Según una información de ‘The Times’, las teorías de Heller no aportan pruebas sobre la existencia de Dios, toda vez que introduce dudas respecto a la existencia material del mundo que nos rodea; sin embargo, su especialidad son las complejas fórmulas que hacen posible explicarlo todo a través del cálculo matemático. A juicio de
"Si nos preguntamos sobre las causas del universo deberíamos preguntarnos sobre las causas de las leyes matemáticas. Haciendo esto volvemos al gran diseño del pensamiento de Dios sobre el universo, la cuestión de la causalidad última: ¿Por qué existe algo en lugar de nada?", señaló en un comunicado Heller, actual profesor de la Facultad de Filosofía en
"La ciencia es un esfuerzo colectivo de la mente humana para leer la mente de Dios", concluye Heller, que trabajó con el Papa Juan Pablo II cuando éste ejerció de arzobispo de Cracovia y tuvo el placer de ser uno de los numerosos académicos y científicos a los que invitaba cada verano a Castel Gandolfo, la residencia veraniega del Papa, para debatir sobre los últimos descubrimientos en sus respectivos campos. Su gran referencia científica ha sido el filósofo Gottfried Wilhelm Leibniz, que una vez escribió: "Cuando Dios calcula y piensa a través de las cosas, el mundo es creado".