La empresa de relojes inteligentes fue en 2007 cofundada por James Park y su amigo Eric Friedman con el nombre Fitbit. La idea inicial era cear un dispositivo que controlara la actividad física y que se pudiera llevar puesto, independientemente de los teléfonos móviles, para animar la gente a que saliera a hacer ejercicio. Actualmente su compañía, con sede en San Francisco, vende más de 15 millones de aparatos al año: pulseras y relojes que registran tu frecuencia cardíaca, el número de pasos que das y otras estadísticas.
Tras su despegue inicial, ahora pasa momentos difíciles, por el auge de la competencia que le hacen gigantes tecnológicos como Apple y Samsung; los mismos dispositivos de Fitbit pero con la marca Xiaomi son lanzados al mercado a bajo coste y precio. Incluso marcas de relojes de lujo también venden ya sus relojes inteligentes, caso de Rolex o Tagheur.
Además, se ha frenado el interés de los usuarios por estas smartbands: las ventas cayeron el último año un tercio, hasta los $1.600 millones, al tiempo que se duplicaron sus pérdidas, hasta los $277 millones. Pero Park, quien ocupa el cargo de jefe ejecutivo de la empresa, se muestra seguro de poder revertir la situación, a través, entre otras cosas, de la expansión de Fitbit en el sector sanitario.
A mediados de los años 2000, los deportistas y amantes del fitness no tenían muchos equipos para elegir distintas a las pulseras de Fitbit. La empresa irrumpió entonces en el mercado y ocupó su lugar, registrando un rápido crecimiento. Fitbit permitió a los usuarios conectarse unos con otros y competir.
"Vimos cómo el aspecto social de Fitbit motivó a otras personas a hacer ejercicio", recuerda Park. "Nos dimos cuenta de que cada amigo que añadías a tu comunidad Fitbit incrementaba el número de tus pasos al día en 700".
Ese impulso llevó a Fitbit a entrar en bolsa el 17 de junio de 2015. Sus acciones registraron un máximo de hasta $50 en julio de 2015, pero ahora se cotizan en torno a los $5.
Ramón Llamas, analista tecnológico del grupo IDC, considera que Fitbit necesita ampliar la oferta para superar este mal momento, según revela BBC Mundo."Si yo utilizara Fitbit, querría consejos y otra información que pudiera ayudarme. Pero no están proporcionando eso", explica.
Park dice que está seguro del lugar de Fitbit en el sector en el que se mueve. Según BBC, este año Fitbit invirtió $6 millones en Sano, una empresa que desarrolla un monitor de glucosa del tamaño de una moneda que los usuarios llevarán como si fuera un parche.
También trabaja con la firma de biotecnología Dexcom para permitir que los usuarios de Fitbit puedan ver sus niveles de glucosa en sus relojes."Queremos que nuestros negocios vayan más allá de los artículos de vestir", manifiesta Park.
"En unos cinco años, queremos que las personas nos vean como una empresa de productos electrónicos pero también como una firma de salud digital, que ofrece aparatos y software para ayudar a las personas a cumplir con sus objetivos fitness y controlar sus problemas de salud".