jueves,18 agosto 2022
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Tienen un sueño de peor calidad y les cuesta dormir

Las tablets perturban el sueño

Redacción
Las tabletas y otros dispositivos electrónicos que emiten luz perturban el sueño si se utilizan antes de ir a dormir, según alerta una investigación de la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.) presentada en la revista PNAS y del que se hace eco lavanguardia.com.

Los investigadores han comprobado que las personas que leen en un iPad a última hora de la tarde se sienten más despiertas al final del día que las que leen un libro, les cuesta más dormirse después de apagar la luz, tienen un sueño de peor calidad y se encuentran más soñolientas a la mañana siguiente. “Leer con un dispositivo emisor de luz en las horas antes de ir a la cama puede afectar negativamente al rendimiento, a la salud y a la seguridad”, escriben los investigadores en PNAS.

Los resultados del estudio, afirman, son extrapolables a otros dispositivos electrónicos que emiten luz y a otras actividades distintas de leer. En cambio, no son válidos para los lectores electrónicos que no emiten luz como los Kindle.

Estudios anteriores habían demostrado que la luz ambiental regula el reloj interno del cuerpo humano. Una luz tenue al final del día favorece que se libere melatonina -una hormona que facilita el sueño-. Por el contrario, una luz intensa inhibe la liberación de melatonina, especialmente si la luz tiene una longitud de onda corta como es habitual en las tabletas.

Preocupados por el posible impacto de los dispositivos electrónicos, los especialistas en medicina del sueño de Harvard reclutaron a doce jóvenes voluntarios para participar en un estudio de dos semanas de duración. Les ingresaron en el hospital Brigham and Women’s de Boston y les pidieron que leyeran durante cuatro horas cada día antes de apagar la luz para dormir. Una de las dos semanas leyeron un libro convencional. La otra, leyeron en un iPad.

Según los resultados del estudio, los voluntarios tardaron diez minutos más en dormirse cuando habían leído en un iPad que cuando habían leído un libro. Si con un libro les costó una media de 15 minutos, con el iPad les costó 25. Además, tuvieron periodos más cortos de sueño REM, el que resulta más reparador, a lo largo de la noche. Si los voluntarios que habían leído un libro disfrutaron de una media de 121 minutos de sueño REM cada noche, los que habían leído en iPad sólo consiguieron 109 minutos de sueño REM –un 10% menos-. Por lo tanto, aunque en ambos casos los voluntarios leyeron ocho horas, la calidad del sueño fue peor después de leer con un iPad que de leer un libro.

Los investigadores también han comprobado que la luz que emite el iPad –que durante el experimento se reguló a un nivel de brillo máximo durante las cuatro horas de lectura- afecta a la secreción de melatonina. Así, a última hora de la tarde el nivel de la hormona que induce el sueño fue un 55% más bajo al utilizar un iPad que al leer un libro. A medida que avanzó la noche, la melatonina se elevó también entre los usuarios de iPad. Pero lo hizo con un retraso de 90 minutos respecto a los lectores de libros, lo que explica que les costara más conciliar el sueño.

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