jueves,18 agosto 2022
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Madrid duplica las de 2009 pese a las bajadas de Cifuentes

Las tasas universitarias seguirán congeladas en casi toda España, pero un 30% más caras que en 2010

Redacción
Las tasas universitarias seguirán congeladas en casi toda España en próximo curso 2017-2018, pero un 30% más caras que en 2010. Solo dos comunidades autónomas han anunciado de manera m nto que bajarán el precio de las matrículas en sus universidades: Aragón y Canarias. Pero en Madrid el precio de cada crédito ha sido el curso que ahora termina el doble que en 2009, tras un año de congelación y dos de bajadas de Cristina Cifuentes. Cataluña, otra comunidad de gran población, le sigue en carestía.

Andalucía, Asturias, Castilla La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Galicia y las Islas Baleares ya han anunciado que mantendrán congeladas las tasas de sus universidades.El resto aún no lo ha hecho oficial, aunque es la línea que han mantenido en los últimos años, como puede verse en los dos primeros cuadros de evolución del precio medio de cada crédito según los datos oficiales para los a estudios de grado, seguidos en España por 1,2 millones de estudiantes. Los siguientes cuadros estadísticos con precios de los masteres y estudios de doctoradohan ido a la zaga, aunque son menos  mayoritarios al sumar apenas otros 300.000 estudiantes entre ambos.

Queda la duda de Madrid, que si sigue en la dinámica que mantiene Cristina Cifuentes desde que es presidenta hace dos años, bajará las tasas por cada crédito, tras su congelación en el curso anterior.  Pero pese a todo ello el coste medio de matrícula por crédito es todavía el doble que en 2009, cuando apenas alcanzaba los 13,6 euros en estudiantes de  grado, frente a los 25,94 euros del último curso. 

Cabe recordar que según las ultimas normas en vigor por Decreto de 2015 las titulaciones de Grado en España tendrán que tener, con carácter general, un mínimo de 180 créditos y un máximo de 240 créditos. Por tanto cuesta a cada estudiante madrileño unos 5.000 euros durante los cuatro años que ha tenido hasta ahora como forma general.

Así, las comunidades optarán de nuevo el próximamente curso  por mantener los precios públicos y no bajarlos en el primer curso en el que el Gobierno anunció que de alguna manera empezaba otra etapa: por primera vez desde la crisis y la subida de precios, el Ministerio de Educación permitía a las comunidades bajar el precio de los másteres no habilitantes (que el propio Ejecutivo había subido). Con el coste del grado, no necesitaba hacerlo porque ya podían bajarlas, pero nunca lo hicieron. Contrasta por tanto esta congelación generalizada de los precios con la subida mayoritaria que sí se registró cuando se pudo.

Esta situación de casi libre subida de los precios, dentro de una horquilla fijada por Educación (las comunidades podían cargar a los estudiantes entre el 15% y el 25% del coste real de los estudios), provocó que se dispararan las diferencias existentes en el coste de la tasa que existían entre estudiar en una comunidad u otra

Cada región ha seguido su propia política a la hora de fijar precios, pero también para establecer qué cuesta más y qué cuesta menos. Así, en algunas comunidades los grados más experimentales (los de ciencias) son sensiblemente más caros, mientras que en otras cuestan todos lo mismo. Las diferencias, por tanto, no son ya solo entre autonomías, también dentro de las propias autonomías.

El Observatorio del Sistema Universitarios de Cataluña, que estudió en un informe los precios de la universidad en toda España para el curso que ahora finaliza, concluyó respecto a este galimatías que "en general, los precios y los criterios para su establecimiento no son coherentes entre comunidades autónomas, no tienen justificación aparente, explicitada en los decretos de precios, y, en algunos casos, no se atienen a las normas dictadas en la ley".

Ahora mismo, estudiar el mismo grado puede ser hasta tres veces más caro en una universidad que en otra. Cataluña, Madrid y Castilla y León fueron las comunidades que más subieron sus precios cuando pudieron. Galicia, Extremadura y Cantabria, en el otro extremo, apenas los han tocado.

El informe del observatorio catalán divide los estudios en seis grandes bloques en función de la rama del conocimiento (ciencias de la salud, ciencias experimentales, ingenierías y arquitectura, formación del profesorado, ciencias sociales y jurídicas y humanidades).

Sin entrar a desgranar cada uno, en los gráficos se observa que Cataluña aparece destacada del resto en todas las categorías, con precios de hasta 2.372 euros en los grados más caros, más que triplicando los 757 que indica para Andalucía. La diferencia se reduce a algo más del doble en las carreras más baratas (1.516 euros en Cataluña, 596 en Galicia). Entre la región catalana, la más cara siempre, y la más barata (a veces Galicia, a veces Andalucía) la diferencia nunca baja del doble.

Las diferencias entre comunidades son tan grandes que se llega a dar el caso de que una cuarta matrícula en un grado de ciencias sociales y jurídicas en Galicia (a partir de la segunda matrícula los precios se disparan hasta acercarse, y a veces sobrepasar, el 100% del coste real de la asignatura) es más barato que la primera en Cataluña.

La situación no es mucho más clara en cuanto a las políticas de precios en los másteres no habilitantes (los que no son necesarios para ejercer un oficio, como sí ocurre en la abogacía, por ejemplo). Sí se mantiene, sin embargo, la situación dispar del precio del grado: un máster en Cataluña cuesta, de media, 3.952 euros al año. En Castilla-La Mancha, la más barata, el coste mínimo es de 728 euros (más de cinco veces menos) y el máximo 1.132 (casi cuatro veces menos).

Entre medias se sitúan el resto de regiones, aunque con algunas particularidades. Por ejemplo, los "másteres a precios especiales", como relata el Observatorio catalán que ocurre en determinadas comunidades: Asturias, Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid, Región de Murcia y el País Vasco. En estos casos, el precio de un curso se puede ir hasta los 13.500 euros al año.

En paralelo a esta subida de precios en la universidad pública, en los últimos años se ha producido un trasvase de alumnos de estos centros a los privados. La causalidad no está demostrada, por lo que quizá habría que hablar de correlación, pero muchos expertos y representantes de profesores y estudiantes achacan este proceso, en parte, a la escalada en los costes de estudiar en campus públicos. "Si me va a costar casi lo mismo, considero las universidades privadas", vendría a ser el razonamiento.

Así, en el periodo entre los cursos 2008-09 y 2014-15, los estudiantes de máster en los centros públicos han subido un 167% (de 42.753 alumnos a 114.198) y los de los privados se han disparado un 587% (de 7.668 estudiantes a 52.710). Traducido, esto quiere decir que las universidades privadas han pasado de tener un 15% de los alumnos que cursan máster a que un 32%, prácticamente uno de cada tres, lo hace en uno de sus centros.

Cambios en el curso que ahora termina

La mayoría de las comunidades autónomas anunciaron que el curso 2016/2017 congelarían  las tasas universitarias. La Comunidad de Madrid las baja por segundo año consecutivo, con un 15% menos en los dos últimos cursos tras un incremento previo del 62%. Pero, pese a ese esfuerzo, se mantiene entre las regiones donde estudiar es más caro, un grupo que encabeza Cataluña y en la que figuran además Castilla y León, Comunidad Valenciana 

Las diferencias de precios entre los campus públicos se agudizaron en plena crisis. El Ministerio de Educación aprobó en el año 2012 un cambio normativo que permitió a los Gobiernos autónomos aplicar las subidas que quisieran, mientras antes se hacía el cálculo en función de unas horquillas que fijaba el Ejecutivo central. Entonces, Educación estimó que la subida media del coste de la matrícula para el recién llegado sería de 540 euros.

Cuatro años despuésCataluña es la que más ha incrementado los precios. La subida en su caso supera los 1.000 euros en la matrícula de grados técnicos como Ingeniería Eléctrica. El precio de un año de matrícula asciende a 2.372 euros por 60 créditos (la extensión habitual de un curso universitario). En la rama sanitaria, por ejemplo Medicina, el incremento es de 949 euros hasta 2.372 anuales. Y en grados de humanidades o jurídicos, como Derecho, suben 607 hasta 1.516 euros. Cataluña, no obstante, incluye hasta seis escalones distintos de precios.

A la matrícula hay que sumar además el coste de la vida en cada capital. Y el precio se incrementa significativamente por encima del 300% en algunos casos para aquellos que repiten y apuran hasta la cuarta matrícula de una asignatura.

En la rama técnica, otras cuatro regiones han subido los precios por encima de los 300 euros. Son Madrid (748 euros más hasta 1.591 por año de matrícula); Castilla y León (439 de subida hasta 1.663 euros); Comunidad Valenciana (con 368 más hasta 1.431 euros) y Canarias (331 hasta 1.137). En Medicina también están por encima de los 300 euros de subida Comunidad Valenciana, Madrid y Canarias; en Derecho, solo Castilla y León además de Cataluña.

Más de 30.000 universitarios quedaron al borde de la expulsión por impago en 2013, según los cálculos que hizo entonces este periódico. El motivo era la subida de tasas académicas y la restricción de becas por un endurecimiento de los criterios de reparto aprobado en 2012.

En estos años, nunca se ha ofrecido una cifra oficial de cuántos alumnos han podido quedarse fuera por motivos económicos, pese a que las universidades y los colectivos estudiantiles confirman la existencia de casos. El Ministerio de Educación informó a principios de agosto de los 1.416 millones de euros destinados en 2016 para becas, la “cifra más alta de la serie histórica”.

A pesar de ese récord, a las universidades siguen llegando personas con problemas para pagar, como corrobora el presidente de los rectores, Segundo Píriz, que explica que los campus han desarrollado sus propios sistemas de ayudas. “La gran mayoría de las universidades las hemos puesto en marcha. En la mía [la Universidad de Extremadura], destinamos 100.000 euros para socorrer a 100 alumnos de los 22.000 que tenemos”, añade. La mayoría de los campus han flexibilizado además los plazos para pagar la matrícula a lo largo del curso académico.

Desde colectivos de alumnos como FAEST o el Consejo de Estudiantes de las Universidades de Cataluña alertan además del aumento de universitarios que se matriculan de menos créditos para poder trabajar a tiempo parcial mientras estudian.

Además de Galicia y Asturias, que no han subido ni un euro los precios a pesar de que la normativa lo permitía, hay más comunidades donde los incrementos han sido casi testimoniales o incluso han aplicado rebajas para algunos estudios concretos. Cinco regiones subieron menos de 100 euros en Ingeniería Eléctrica: Andalucía, Extremadura, La Rioja, País Vasco y Cantabria; a las que se suma la Universidad Nacional de Estudios a Distancia (UNED). En el caso de Derecho, no llegan a los 100 euros de subida Andalucía, La Rioja, Extremadura, País Vasco, Navarra, Aragón y la UNED. En Medicina, ocurre otro tanto en Andalucía, Extremadura, País Vasco, Cantabria y Castilla y León.

Andalucía y Castilla-La Mancha, además, han aplicado rebajas en estudios de máster que los alumnos necesitan para poder trabajar, como el de Formación del Profesorado. En las universidades andaluzas cuesta menos de la mitad que en 2012, con hasta 821 euros anuales y en las manchegas, una cuarta parte menos hasta 728 euros.

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