María José Arroyo Paniagua, coordinadora del Area de Matemáticas y miembro del Comité de Gestión del proyecto, explicó que esto implica generar materiales para visualizar cómo los métodos de enseñanza-aprendizaje y evaluación pueden ser más eficaces.
Indicó que el trabajo se inició a principios de 2005 y culminó en febrero de 2007 definió resultados de 27 competencias genéricas y de carácter específico para cada una de las 12 áreas involucradas en el proyecto. Estas áreas son Administración de Empresas, Historia, Matemáticas, Educación, Medicina, Arquitectura, Derecho, Enfermería, Física, Geología, Ingeniería Civil y Química.
Para el estudio, precisó, se hizo un sondeo entre más de 22.000 22 personas de 180 universidades en 18 países de Latinoamérica, de los cuales 20 por ciento se llevaron a cabo entre académicos, 32 por ciento a graduados, 41 por ciento a alumnos y siete por ciento a empleadores.
Arroyo Paniagua señaló que el trabajo ofrece información sobre "lo que podemos hacer en la universidad para que los alumnos al apropiarse del conocimiento, desarrollen las habilidades y actitudes que les son requeridas en su desarrollo profesional".
La investigadora destacó que con el estudio se comprobó que hay coincidencia entre las opiniones de los sectores encuestados sobre las competencias que debe poseer un profesional.
Ejemplificó que entre las principales competencias genéricas se encuentran: compromiso ético y con la calidad, capacidad de aprender y actualizarse, aplicar conocimientos en la práctica e identificar, plantear y resolver problemas.
Consideró que la propuesta tiene un carácter propositivo y no vinculante. Es, insistió, una reflexión que puede ser considerada en los diseños o rediseños de los modelos curriculares, pues es un proyecto hecho por las universidades para ellas mismas.
