P.- ¿Cuáles son sus objetivos prioritarios? ¿Qué será lo primero que haga si llega a la Rectoría?
R.- Estudiar detalladamente nuestra situación económica de partida, tanto en la universidad como en la fundación, y hacer un plan de incentivos para el personal de nuestra universidad que plantee un horizonte claro para los próximos cuatro años.
P.- Excelencia, internacionalidad, innovación… Los tres candidatos a la Rectoría parecen defender los mismos lemas. ¿Qué tiene usted que no tengan sus contrincantes?
R.- He estudiado y he sido profesor en las universidades que utilizamos como referencia de excelencia, he contribuido a crear grupos de excelencia en la universidad y he ocupado puestos de relevancia en asociaciones y organizaciones internacionales de prestigio científico en mi campo de especialidad. He escrito libros que se utilizan como texto en España y Latinoamérica y he investigado en nuevos métodos de impartir docencia, publicados en revistas internacionales. He dirigido la introducción de las técnicas de calidad y evaluación en nuestra universidad como Presidente del Comité de Calidad durante ocho años.
R.- Los alumnos y las escuelas de negocios se quejan de la falta de conexión entre la Universidad en general y el mundo laboral. ¿Qué propone ante ello?
Más prácticas para los estudiantes, más colaboración docente e investigadora con las empresas y más proyectos europeos conjuntos.
P.- ¿Qué líneas estratégicas defiende para mejorar la Investigación y evitar la llamada “fuga de cerebros”?
R.- Incentivos económicos, mejor ambiente de trabajo con menos carga administrativa y burocrática, más apoyo a la investigación de calidad, criterios transparente y públicos de contratación y promoción y reconocimiento de los logros de nuestros profesores en la imagen pública de la universidad.
P.- Por último, defina cómo es para usted la Universidad Carlos III. ¿Cuáles son sus peores defectos y cuáles, sus mejores cualidades?
R.- Su mejor cualidad es su personal: tanto el profesorado como el personal de administración y de servicios realizan su trabajo con resultados apreciablemente mejores que otras universidades de nuestro entorno.
Su peor defecto es haber olvidado lo que fue su virtud inicial : la ambición de crear un centro de referencia en Europa del que la sociedad española pudiese sentirse justamente orgullosa.