viernes,19 agosto 2022
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El Gobierno quiere que sean el eje de su reforma laboral

Los ERTEs españoles, ¿los menos eficaces de Europa para salvar empleo?

Redacción
Todos los países europeos cuentan con diferentes tipos de regulaciones temporales de empleo, conocidas en España como ERTEs. Pero los resultados han sido muy diferentes según cada país.
Los ERTEs han sido una figura históricamente infrautilizada . Así, durante la crisis financiera sólo protegieron al 0,4% del empleo asalariado, según losanálisis del Banco de España

La reforma laboral de 2012 rediseñó esta medida para impulsar su uso, pero no ha sido hasta la pandemia de 2020 cuando la fórmula ha desarrollado plenamente su potencial para frenar la pérdida de empleos. 

Para ello, Gobierno e interlocutores sociales alcanzaron un acuerdo en marzo del pasado año, que ha renovado cada vez con mayor dificultad, para agilizar y flexibilizar el acceso a esta medida especialmente entre medianas y pequeñas empresas.

Esta barra libre ha permitido que en el segundo trimestre de 2020 llegaran a estar protegidos por esta medida 3,3 millones de trabajadores, el 21,9 % de la población asalariada según el Banco de España, y el 17,3% del total del empleo, según datos de EUROSTAT analziados por Ibercampus en el presente artículo.

En cualquier caso, uno de los mayores impactos de toda la Unión Europea. Incluso el Fondo Monetario Internacional elogió la medida y la puso como como ejemplo de prácticas de protección al empleo junto a las de Alemania, Italia o EEUU.

Sin embargo, sobre su eficacia real a medio y largo plazo, (a finales de junio seguían apuntados 447.800 empleos), persisten demasiados claroscuros que se acentúan al comparar su eficacia con la de la del resto de la Unión Europea.

Récord de ERTE… y de paro

 

Gráfico 1 Fuente: EUROSTAT

 

Para ofrecer una visión más amplia del impacto de los ERTE, este gráfico compara la media de absentismo por motivo de una regulación temporal de empleo de los cuatro trimestres de 2020 con la variación del número total de trabajadores entre el cuarto trimestre de 2019 y 2020.

Como se puede apreciar, España registró la segunda mayor tasa de ausencias del trabajo por ERTE tras Chipre junto la mayor caída del empleo neto de la UE.

Aunque Eurostat no recoge los datos de Alemania, sí se ve que nuestros resultados son peores de que los de Italia (menos ERTE y menos destrucción de empleo) o Francia. Pero también incluso que Grecia, que nos sigue en número de absentismo por ERTE pero con una menor destrucción neta de empleo. 

(Lo cual no es impedimento para que los griegos nos superes en las estadísticas convencionales de tasa de paro, si bien partían de una situación peor que la nuestra y además su población activa es mucho menor).  

¿Qué falló con los ERTEs?

A pesar de estos datos y del énfasis del Gobierno en el carácter casi disruptivo de su diseño, la evolución de los ERTEs fue similar en España y en el resto de países de la UE.

Para reflejarlo en una tasa homogénea, hemos cruzado el número de personas ausentes del trabajo por ERTE registrados en el segundo y cuarto trimestres con la del total de los empleos en los mismos periodos. Los resultados, en el gráfico 2 

Fuente: EUROSTAT

Así, se ve que, pese al récord en el segundo trimestre, cerramos 2020 con una tasa de afectados similar a la de Francia o Italia

Esta ineficacia se explica más que por los porios ERTEs por el resto de medidas para proteger empleos, especialmente los no asalariados.

Por un lado, la alta tasa de temporalidad del empleo en España y la atomización del modelo productivo, que hizo que muchas pequeñas empresas se vieran obligadas a despedir (o no renovar contratos) por no poder afrontar el coste de hibernar su actividad. 

En este sentido, el alcance real de la "prohibición de despedir" que el Gobierno introdujo en su refórmulación de ERTEs tuvo un impacto limitado en la protección real del empleo. 

Por su parte, las microempresas y autónomos contaron con  un régimen de ayudas para mantener su actividad poco ágil, basadas en líneas de financiación a las que resulta mucho más complejo acceder que a un ERTEs

Una reforma laboral anti-EREs

 

Aun así, el Gobierno quiere establecer los ERTE como medida de flexibilidad interna permanente, alternativa al despido ante caídas en la actividad de las empresas.

Para ello baraja una reforma de la legislación actual basada en  las medidas extraordinarias aprobadas durante el último año y medio, si bien los expertos ya advierten de que las condiciones de crisis futuras pueden ser muy diferentes a las provocadas por la pandemia.  

Los nuevos ERTEs serán uno de los ejes de la nueva reforma laboral que prepara la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. 

Esta negociación coincidirá con la de una nueva prórroga del esquema actual, que todos los actores dan por hecho tras las restricciones sufridas por el turismo este verano.  

Y con una nueva oleada de despidos colectivos (EREs) ya ha comenzado, liderada, como en la crisis financiera, por la banca. 

La recuperación de la actividad a nivel global, más que la legislación laboral, en la segunda mitad del año será crítica para impedir que se extienda al resto de sectores y el desempleo siga subiendo. 

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