Tras el anuncio este lunes de la anulación de las tres condenas impuestas al expresidente Lula por los casos (hasta 10) que abrió otro juez luego ministro de Justicia y Seguridad del ya presidente Bolsonaro, las acciones de la Bolsa de Sao Paulo cayeron 4% y el dólar alcanzó su máxima cotización desde noviembre. Este martes, la Bolsa operaba estable, en espera de una conferencia de prensa convocada por Lula a las 13H30 locales (16H30 GMT).
Luiz Inácio Lula da Silva, ahora con 75 años, líder del Partido de los Trabajadores (PT), sacaba ante las presidenciales de 2018 veinte puntos en intención de voto a Bolsonaro y las maniobras jurídico-legales le dejaron sin ese posible triunfo electoral. La investigación de Lava Jato generada por el caso Odebrecht, le causó 580 días de cárcel y cinco años en los tribunales, aunque ya puede presentarse a las elecciones presidenciales en octubre de 2022, después de que las elecciones municipales de 2020 terminaron en tablas entre los candidatos afines a Lula y los del presidente Bolsonaro, mientras que la insatisfacción de los latinoamericanos por el funcionamiento de la democracia ha crecido en el Latinobarómetro desde el 52% en 2010 al 71% en 2020, tras lo que el juez español sancionado con suspensión de funciones por las escuchas del caso Gurtell llamó una persecución sistemática de líderes de gobiernos populares latinoamericanos.
Lula estaba acusado por el exjuez Moro de una decena de casos de corrupción que luego se descubrió respondían a un complot de éste con los fiscales, según filtraciones de los chat. Como otras revelaciones posteriores relativas a Petrobrás y a la expresidenta Dilma Rousseff, parecen proceder de infiltraciones de la agencia NSA norteamericana, denunciada por su agente Snowden de pasar de un sistema de vigilancia individual a otro de vigilancia masiva global.
Entre tanto, con la pandemia de COVID, Brasil se ha situado hasta este martes 9 de marzo en tercer país con mayor nùmero de infectados tras los EEUU (29.046.117) e inmediatamente después de India (11.244.786 y 11.051.665, respectivamente), aunque en segundo país del globo con mayor número de muertos después también de los EEUU que acaban de librarse de Trump al menos por ahora ( 525.921 fallecidos en el país ya gobernado por Biden y 266.398 en el que aún gobierna Bolsonaro, quien como Trump se tomó a broma al coronavirus). También es uno de los países del mundo donde la crisis económica causada por la pandemia ha generado mayor déficit público, al tiempo que la corrupción socava sistemas de salud y dificulta erradicar la Covid:Transparencia coincide con G20.
Los tres casos de corrupción por lo que Lula fue juzgado causaron sentencias ahora anuladas y deberán pasar ahora desde el Supremo a la justicia federal en Brasilia, la cual decidirá sobre el curso de cada uno de los diez casos de corrupción, cuando Lula lleva acumuladas por dos de ellos condenas de 29 años de cárcel: por un apartamento triplex en el balneario de Guarujá, en el litoral del estado de Sao Paulo, 12 años de prisión; por una casa de campo en la localidad paulistana de Atibaia, otros 17 años, y por una investigación sobre el Instituto Lula, fundado por el exmandatario, aún no hay sentencia firme.El expresidente salió de la cárcel tras varias demandas desestimadas y cuando el Supremo alteró su propia jurisprudencia y decidió que una persona sólo puede ingresar a la cárcel cuando ya no tenga apelaciones disponibles, que no era el caso del exmandatario. Desde entonces, le han empezado a devolver sus títulos académicos algunas de las universidades que le habían retirado los 35 títulos de doctor honoris causa, entre ellos uno por la Universidad española de Salamanca.
Según la nueva decisión del juez Fachin, las denuncias por los tres citados asuntos corrupción que terminaron en condenas no se limitaban a los desvíos de dinero del Caso Petrobras, y los fiscales que manejaron los sumarios a su antojo junto con el exjuez Sérgio Moro nunca deberían haber acumulado tanta potestad:.Aunque el asunto de la competencia ya hubiera aparecido antes indirectamente, es la primera vez que el argumento reúne condiciones procesales para ser examinado, ya que el Tribunal Supremo ha podido profundizar y perfeccionar la materia, dice en su decisión.



El exjuez y luego ministro de Bolsonaro suspendido por imparcialidad, en 2018, y el hacker que difundió el complot contra Lula. AFP
Otro juez del Supremo después más duro contra Moro en sus opiniones fuera del proceso ha dicho, durante una videoconferencia mantenida en directo y abierta al público por hasta cinco jueces del Supremo para debatir sobre a imparcialidad del suspendido: No se combate el crimen cometiendo un crimen. Se trata de Gilmar Mendes, quien fue precisamente el que tomó la decisión de suspender a Moro por imparcialidad y que este martes acusó al exjuez de practicar populismo jurídico, de instrumentalizar la justicia y de protagonizar el mayor escándalo judicial de la historia de Brasil.
Esa suspensión fue adoptada a raíz de que hacker de 31 años, Walter Delgatti, "Vermelho" (el rojo, o colorado), logró acceder a través de Telegram y filtró públicamente un chat privado entre Moro y fiscales que se complotaron para condenar al expresidente Lula. El joven Delgatti fue por ello detenido en 2019, pasó seis meses de cárcel en Brasilia y ahora cumple arresto domiciliario por haber filtrado millones de archivos de conversaciones de personalidades públicas, entre ellos la familia del presidente Jair Bolsonaro.
Al igual que el previo espionaje a la expresidenta Dilma Rousseff, las grabaciones parecen proceder de la infiltración realizada por la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA), a la que otro joven también autodidacta informático de la NSA luego refugiado en Rusia, Edward Snowden, acusó en 2013 de montar un sistema digital de vigilancia masiva para sustituir a los casos de vigilancia individual, lo que explicó en su libro Vigilancia permanente. Sí está probado al menos que la NSA se filtró en el ipad de Dilma Rousseff y en los sistemas informáticos de Petrobras durante el gobierno de Barack Obama, cuyo vice y actual presidente, Joe Biden, tuvo que viajar a Brasilia para disculparse.En el caso posterior del espionaje a Moro y los fiscales, las filtraciones más graves ilustran cómo con el aval del juez Moro se predisponían investigar a posibles testigos, extorsionar a acusados para ser delatores y usar a periodistas para publicar operaciones de prensa.
Sin embargo, los abogados de Lula da Silva argumentan que la anulación de esas sentencias no repara los daños irremediables causados por el exjuez Sergio Moro y por los fiscales de la Operación Lava-Jato al expresidente, al sistema de Justicia y al estado democrático de derecho. En primer lugar, porque la anulación de las sentencias no significa que se le declare no culpable. Y también porque la decisión deja a salvo al exjuez Sérgio Moro, de manera que hasta 14 procesos que alegaban su parcialidad en la persecución política contra Lula da Silva han perdido su vigencia.
No obstante, la izquierda brasileña ha recibido con satisfacción el nuevo vuelco dado al mapa político. Desde el Partido Comunista de Brasil, uno de los habituales aliados del PT, Flávio Dino (gobernador del estado de Maranhão), declaró a Público que "políticamente, esto recoloca al expresidente Lula en el centro del debate actual y de las articulaciones electorales".
Por su parte, desde el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), organización más joven y que fue oposición de izquierda a los gobiernos del Partido de los Trabajadores, definen el movimiento del juez Fachin como "una victoria democrática", porque "retirar a Lula de las elecciones fue un fraude y una decisión política de las élites con la interferencia y actuación ilegal del exjuez Sérgio Moro, que abrió el campo a Bolsonaro, quien acabó ganando las elecciones, entrando Moro como ministro de Justicia".
La alegría que invade al Partido de los Trabajadores y sus seguidores es compartida internamente por parte del equipo de Bolsonaro, tras la fractura causada por el implacable impeachment a la expresidenta Dilma Rousseff en 2016. Pero el presidente Jair Bolsonaro, que lo es gracias a los procesos contra Lula ahora anulados, se mostraba calmado ayer en su primera reacción, convencido de que "a final de cuentas, toda la sociedad tiene claras las bajezas de aquel gobierno". Puede que un escenario que le coloque en frente a Lula da Silva en la segunda vuelta de las próximas elecciones presidenciales sea lo que más le convenga para ser reelecto, pudiendo así explotar al máximo el rencor de parte de la población contra el Partido de los Trabajadores.
el Bolsonaro contra Lula, de nuevo favorito en las encuestas
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva superaría al actual mandatario, el ultraderechista Jair Bolsonaro en las elecciones de 2022, según reveló este domingo una encuesta que mide el potencial voto de diez candidatos posibles, según Telesur TV.
El sondeo publicado en medios locales mostró que el 50 por ciento de los encuestados consideró que votaría o podría hacerlo por Lula si se presentara de nuevo.Los que absolutamente no elegirían al fundador del Partido de los Trabajadores (PT) representan un 44 por ciento del total.Por su parte, Bolsonaro tiene 12 puntos porcentuales menos en el voto en potencia (38 por ciento) y 12 más en el rechazo a su mandato (56 por ciento).
Ante esa supuesta tesitura de Bolsonaro contra Lula en las presidenciales del año que viene, candidatos con opciones en la derecha tradicional, como el gobernador de São Paulo, João Doria (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB), o en el centroizquierda, como Ciro Gomes (Partido Democrático Trabalhista, PDT), temen quedarse en posición de fuera de juego, según Público. "Bolsonaristas radicales propagan la idea de que ser contrario al presidente es estar a favor de Lula, y viceversa", publicó Doria en sus perfiles de redes sociales: "La polarización favorece a los extremistas, que destruyen el país. Brasil es mucho mayor que Lula y Bolsonaro".