jueves,18 agosto 2022
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Director de Desarrollo Corporativo de GMV

Miguel A. Martínez Olagüe: «Para innovar y tener éxito una vez es necesario equivocarse otras 99 veces»

ibercampus.info
"Deberíamos ser capaces de conseguir que dentro de 10 años una parte de la tecnología presente en nuestras vidas sea el resultado de una actividad investigadora nacida en el seno de la universidad española y madurada en la industria", asegura Miguel A. Martínez Olagüe en esta interesante entrevista concedida a ibercampus.es. El Director de Desarrollo Corporativo de la empresa tecnológica GMV aborda aspectos tan cruciales para el posicinamiento futuro de nuestro país como las políticas de innovación, la migración de científicos o el papel de la nueva Universidad en el ámbito de la investigación.

 

P.- Recientemente, Bruselas ha anunciado novedades normativas que permitirán contratar a científicos de distintos países y encarar el mercado único europeo de la investigación: ¿Qué le parecen estas medidas?

R.- Cualquier medida que facilite la incorporación de talentos técnicos y científicos vengan de donde vengan me parece esencial. Actualmente la burocracia existente hace imposible contratar un físico o un ingeniero de fuera de la UE por brillante que sea para que trabaje en España. En la actualidad, es muy difícil encontrar expertos en determinadas materias, mientras que países como EEUU dan todo tipo de facilidades de inmigración a ese tipo de perfiles, en España la inmigración de personal cualificado es imposible en la práctica.

P.- Según datos oficiales, el número de ocupados en la innovación en España ha crecido un 132% desde que se aprobara la Agenda de Lisboa. ¿Cómo está el empleo en las empresas innovadoras?

R.- Realmente la situación actual es muy preocupante, hay mucha más demanda de personal cualificado que oferta. Por una parte estamos sufriendo la caída de natalidad en la España de los 80, por otra, tenemos la impresión de que el nivel de preparación orientado a actividades de I+D no se ha mantenido en algunos casos. La mayor amenaza para el crecimiento de nuestro sector no es la desaceleración económica sino la falta de personal cualificado, la falta de talento.

P.- Los avances en I+D+i en España son innegables, pero los criterios de medición son –cuando menos- discutibles. En su opinión, ¿el número de patentes generadas por las empresas es más fiable que –por ejemplo- los artículos científicos publicados?

R.- Es cierto que la mayor parte de los indicadores de I+D de que disponemos han ido mejorando en los últimos años, sin embargo, estamos todavía muy lejos de ocupar la posición que nos debería corresponder en el mundo teniendo en cuenta nuestro PIB. Según el ranking publicado por The Economist, España no está en la lista de los 24 países con mejor índice de innovación, en términos de gasto en I+D ocupamos la posición 30 de la tabla, y en cuanto a número de patentes por cada 100.000 habitantes no aparecemos siquiera en la lista de los 20 primeros países, estando por debajo de Portugal o Esolovenia. Los avances en I+D hay que medirlos con variables que realmente estén conectadas al desarrollo de nuevas ideas y tecnologías. No es extraño oír hablar de cantidad de conexiones ADSL por cada 100 habitantes en algunos foros o libros blancos sobre I+D. Eso es absurdo, la disponibilidad de información facilita la innovación pero no sirve como índice de la misma.

P.- Pero el número de artículos científicos publicados nos sitúa en mucho mejor lugar…

R.- El número de artículos científicos publicados debería en teoría ser un buen indicador, pero cuando este no se refleja, como es el caso de España, en patentes deberíamos preguntarnos porqué es así (según datos oficiales las publicaciones científicas española representan el 2,9% del total mundial, lo cual está por encima de lo esperable, sin embargo, las patentes solo representan el 0,23%). Esta discrepancia nos lleva a preguntarnos si es que acaso hay falta de novedad en lo publicado o es que se publica mucho como ejercicio puramente académico o si el motivo es que hay falta de interés en patentar porque en España no hay una cultura alrededor de esta práctica. Probablemente se trata de una combinación de todas esas situaciones. También hay que mencionar el hecho de que iniciativas como los programas marco europeos establecen una reglas sobre la propiedad intelectual obtenida del proyecto que hacen muy difícil la generación de patentes, el resultado es que se publica y presenta mucho pero se patenta poco. Esas reglas deberían cambiarse y es más, deberíamos preguntarnos hasta qué punto un proyecto de investigación ha sido exitoso y valioso si no ha sido capaz de producir ninguna idea novedosa y útil al punto de que merezca ser patentada. En mi opinión, las patentes, especialmente patentes europeas (porque incluyen un examen muy exhaustivo de novedad que asegura una mayor validez y solidez de la patente) son el indicador más riguroso de que se han producido nuevas ideas o tecnologías valiosas, si miramos los países y empresas líderes mundiales podemos comprobar que son a su vez los países y empresas que más patentes tienen y presentan al año.

La innovación es el resultado de personas con conocimiento y buenas ideas”

P.- GMV fue una pyme, y desde sus orígenes investigó e innovó. ¿Cuál es el ‘abc’ de una empresa innovadora para alcanzar el éxito?

R.- Invertir en talento. La innovación es el resultado de personas con conocimiento y buenas ideas. El acceso a la información, los recursos y medios disponibles son muy importantes, pero lo único imprescindible son las personas, sin ellas la innovación es imposible. Invertir en talento es una inversión muy rentable. En 1984, GMV era una pequeña inversión de capital de apenas medio millón de pesetas y media docena de ingenieros. Hoy en día y gracias exclusivamente a la reinversión de los beneficios generados, sin el apoyo de ningún gran grupo financiero o industrial, GMV emplea a 1.000 personas y factura 80 millones de euros.

P.- Los países más avanzados se caracterizan por una gran inversión privada en innovación y desarrollo, todo lo contrario de lo que pasa en España. ¿Qué diagnóstico hace de la situación española en la ecuación público/privado en I+D+i?

R.- El sector privado español tiene una gran aversión a equivocarse, forma probablemente parte intrínseca de nuestra cultura. Para innovar y tener éxito una vez es necesario equivocarse otras 99 veces. En EEUU, el sector privado apuesta todos los años por miles de nuevas ideas, solo unas pocas de ellas llegarán a nosotros como un enorme éxito comercial dentro de unos años. Cuando no se está dispuesto a equivocarse ni una sola vez y se quiere innovar sobre seguro siempre vas a la cola, y son otros los que inventan. Tampoco el sector público español apuesta en ocasiones por nuestra capacidad de I+D, muchas veces se compra fuera lo que una empresa española puede perfectamente desarrollar aquí, o se prefiere esperar hasta que exista un producto suficientemente probado fuera antes de lanzarse a un desarrollo nuevo. La administración pública apoya fuertemente el I+D privado a través de subvenciones, sin embargo, cuando quiere dotarse de alta tecnología compra fuera lo que podría comprar o desarrollar en España.

Para nosotros es mucho más útil competir en igualdad de condiciones por un contrato para desarrollar un sistema de alto contenido tecnológico que el no poder hacerlo y recibir subvenciones por otro lado.

P.- Algunas grandes empresas españolas presumen de invertir en I+D+i, pero lo cierto es que apenas se conocen sus aportaciones a la innovación global. ¿Quién investiga en España, de verdad…?

R.- Los grandes de la sector privado español con presencia mundial son fundamentalmente grandes operadores (telecomunicaciones, banca, infraestructuras, moda, turismo,…) en los que se innova esencialmente a nivel de procesos. En todos esos campos España cuenta con uno o varios líderes mundiales de primerísimo orden, cuya forma de hacer la cosas se estudian en algunos casos en la mejores escuelas de negocio. Sin embargo la tecnología utilizada es mayoritariamente procedente de otros países, la aportación nacional en la mayor parte de los casos es en la ingeniería e integración de sistemas y componentes basados en tecnologías de otros. La realidad es que en España solo unos pocos hacen "I grande".

P.- El impulso de la Universidad a la Ciencia y la investigación será inevitable gracias a Bolonia. Pero, ¿qué papel tendrían que jugar las universidades en el ámbito de la investigación?

R.- Existe una cierta tendencia en la Universidad y Centros de Investigación a apostar por el desarrollo de tecnologías que tengan una pronta aplicación de mercado. El argumento que se utiliza es que hay que investigar sobre campos próximos al mercado. Aunque el argumento en sí puede parecer valido, el problema es que terminamos investigando nuevamente sobre seguro y nos alejamos abiertamente de la posibilidad de hacer innovaciones rupturistas, además al aproximar la Universidad al mercado de hoy, Universidad y empresa en lugar de colaborar pueden terminar compitiendo. En mi opinión, hay que fomentar que la Universidad se vuelque sobre la "I grande" e investigue sobre nuevas tecnologías con una visión muy ambiciosa y de largo plazo, pensando no en el mercado de hoy sino en liderar el de dentro de 10 años. El resultado de esa investigación debería alimentar el sector privado o facilitar la creación de nuevas empresas nacidas a partir de la explotación de esas nuevas tecnologías.

P.- Los grandes avances de las tecnologías de la información se han producido gracias a la investigación básica. ¿Quién tendría que ocuparse en España de inventar o desarrollar con visión de muy largo plazo?

R.- Desde mi punto de vista la Universidad debe ser el líder natural de ese proceso (como lo es en EEUU por ejemplo). Deberíamos ser capaces de conseguir que dentro de 10 años una parte de la tecnología presente en nuestras vidas sea el resultado de una actividad investigadora nacida en el seno de la universidad española y madurada en la industria. Para ello, debemos, por un lado, elevar el nivel de la universidad y hacerla cada día más exigente y, por otro, tenemos que atraer al mejor talento de dentro y fuera de nuestro país y proporcionarle los recursos que precisen. En la industria debemos cambiar nuestra mentalidad y apostar por abrir líneas de investigación básica o explotar líneas abiertas en la Universidad.

En GMV ya hemos dado ese paso y estamos invirtiendo abiertamente en el desarrollo de tecnologías a sabiendas de que su mercado está aún muy lejos, estamos convencidos de que sin apuestas de ese tipo podremos crecer como integradores de sistemas pero las tecnologías base serían siempre de otros. Hemos demostrado que en España disponemos de personas con talento, ¿porqué hemos de esperar a que otros confíen e inviertan en ese talento para desarrollar la tecnología del futuro?, hagámoslo nosotros.

 

 

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