Francisco Tomás, en un acto organizado por la Societat d´Amics del País, lamentó, tal y como publica El País, el exceso de leyes que se han sucedido en los últimos tiempos.
No se ha salvado de sus críticas el proceso de adaptación europea surgido a raiz de la declaración de Bolonia, aprobada en 1999, que debía poner en marcha un proceso de armonización de la enseñanza superior que culminase en el año 2010. Por si el plazo no era bastante largo, afirmó, hoy, la coordinación entre los países implicados "brilla por su ausencia".
La reforma de la LOU debía tener como finalidad ampliar la capacidad de maniobra de las universidades a la hora de proponer títulos. El Gobierno dejaba de imponer un catálogo de títulos, y eran las facultades las encargadas de diseñarlos teniendo como referente las demandas de
Las universidades no obtendrán directamente las nuevas carreras cumpliendo con los requisitos. Será la administración autonómica quien tenga la última palabra. Con el riesgo de que la decisión no se base en criterios académicos, sino en criterios "políticos", explica el rector en la información recogida por El País.
La capacidad de proponer títulos con total libertad que luego puedan ser efectivamente aprobados, hizo notar el catedrático de Química Física, plantea una nueva dificultad a la pretensión de coordinar el sistema, sobre todo a escala europea.