Muchos medios de comunicación están controlados por lobbies de presión e ideológicos para mantener esta sensación de inseguridad e incertidumbre. En un telediario o boletín de la radio, priman las noticias de catástrofes, terrorismo, sequías o inundaciones, o asesinatos en cualquier lugar del mundo. Después vienen los deportes contados en un tono épico que entusiasma (sentirse dioses) a seguidores, jugadores, árbitros y demás farándula que se mueven por cifras multimillonarias. Esta temporada están aquí, la próxima en otro equipo o en otro país. En los encuentros internacionales se abrazan y se besan, no por fair play ni por ser del mismo país o por hablar la misma lengua, sino porque han coincidido en muchos equipos. De la lengua es mejor no hablar porque, ganando esas millonadas, habitando mansiones en las que deben sentirse como pulpo en un garaje, sacan a pasear coches escandalosos y pasan su tiempo jugando a la Playstation o mirando videos repetidos. Muchos son analfabetos funcionales: saben leer pero no entienden ni son capaces de hacer un resumen de lo leído u oído, y, en cuanto a hacerse entender, no hay más que padecer esas entrevistas que les hacen. “Bueno, si, no, bueno, el míster, el equipo, es duro, tenemos que ganar”.
Basta con seguir la programación de las cadenas para obtener una radiografía de las mentes de quienes tienen que decidir con su voto los destinos de la nación y de instituciones que asemejan la Unión Europea a un paquidermo vacilante.
Hace más de cuarenta años que ha muerto en su cama el dictador de España; han desaparecido fascismos, nazismos y los regímenes soviéticos. La propaganda desde occidente quería mentalizar a la
Causa pavor constatar el desentendimiento de los ciudadanos ante los comicios electorales que influirán decisivamente en la vida, la justicia, la libertad y en el derecho a la búsqueda de
No se trata de seguridad ni de paz si no son fruto de
¿Cómo se explica esta apatía de los ciudadanos antes sus derechos y responsabilidades en un Estado democráticos?
¿Cómo se explica la actitud que supone no participar en las tareas del Estado, o de las instituciones supranacionales?
En el mal ejemplo y catadura de los políticos, “sus representantes”. Pasadas las elecciones, no vuelven a pisar la demarcación por la que han sido elegidos. ¿Quién recuerda la rendición de cuentas a la ciudadanía de los elegidos para el Parlamento Europeo? ¿Qué ejemplo dan con la ausencia en los debates parlamentarios de
Los lobbies financieros que controlan la economía de casino, los paraísos fiscales, el blanqueo del dinero del crimen organizado, el precio de las cosas acaparando o anegando los mercados; las oligarquías financieras que manipulan las elecciones, los gobiernos y la justicia son responsables de la apatía, del desencanto y la desesperanza que dominan a los ciudadanos europeos.
Por eso, ya que las ideologías religiosas o políticas no ofrecen refugio, utilizan a los medios de comunicación para el adormecimiento y el desarraigo de las audiencias, de los ciudadanos.