P.- Su libro ´La universidad en la encrucijada´ advierte que la Universidad europea está perdiendo la partida ante
R.-En el libro he analizado de forma detallada el sistema universitario de EEUU y los sistemas universitarios (porque hay muchos) de Europa, comparándolos entre sí. Aunque no es conveniente generalizar (en todos los países hay buenas y malas universidades), es cierto que los estudios que han hecho los especialistas llegan a esa conclusión: la universidad de EEUU es mejor que
Tengo la impresión de que la transmisión científica se realiza con eficacia, tanto allí como en Europa. Los estudiantes salen bien preparados, en general. Pero la generación del conocimiento no: EEUU produce mucha más ciencia, y de más calidad. Nos aventajan en investigación básica y en
El sistema universitario en EEUU es flexible y variado, a diferencia del europeo, excesivamente rígido. El sistema norteamericano (incluso el público) está muy poco regulado y las universidades gozan de gran autonomía, lo que permite que se puedan diferenciar entre ellas, y competir con garantías.
P.- Dice que en América se invierte mucho más en Universidad… ¿Cuánto más? ¿Qué supone esto en la práctica?
R.- Para hacernos una idea, y quedarnos con cifras más o menos claras, por cada euro que se invierte por alumno universitario en España, en Europa se invierte casi el doble, y 3 veces más en EEUU. En términos de inversiones en I+D, el hueco que se está abriendo entre EEUU y
Los resultados en la práctica: un 80% más de investigadores por cada mil habitantes que en
La sociedad norteamericana confía en la universidad y está muy orgullosa de ella. Por eso está muy poco intervenida y tiene un sistema fiscal generoso que hace posible que las universidades reciban muchísimo dinero a fondo perdido, tanto por parte de empresas como por parte de particulares.
P.- Uno de los principales puntos débiles del sistema europeo es la investigación, ¿cómo se puede impulsar?
R.- La UE debe fomentar sistemas mayores de colaboración, favoreciendo contactos, movilidad, etc., entre los investigadores. En muchos países, entre ellos España, debe reducir de forma drástica la burocracia y el papeleo, para que los investigadores concentren todo su esfuerzo en investigar. Por supuesto, se debe evaluar la investigación, pero más a posteriori que a priori, al revés de lo que sucede ahora.
Se deben fomentar centros de excelencia, capaces de atraer fondos públicos y privados y es necesario disponer de grandes infraestructuras que puedan competir a nivel mundial. Es preciso abordar investigaciones, marcando prioridades, de nivel europeo. Estamos demasiado atomizados, y aunque eso quizás no sea malo en algunas especialidades, hay que abordar investigaciones de mayor dimensión. Se deben atraer especialistas de fuera de la UE.
P.- El proceso de Bolonia, con su sistema homologable de títulos en toda Europa, ¿ayudará a acercarnos a EE UU?
R.- El proceso de Bolonia es un factor muy importante de competitividad. Bolonia impulsa unas directrices muy generales, con las que es muy difícil no estar de acuerdo. ¿Cómo no vamos a pretender tener unos títulos equiparables, homologables, que se puedan entender de un país a otro? Avanzar en ese tema es imprescindible. Ahora bien: aquí también nos puede suceder que nos perdamos en papeles y burocracias. No acabo de ver la necesidad de dar cursos para demostrar que el estudiante debe hacer un trabajo más personal. ¿Tan difícil es aplicar un poco el sentido común? Bolonia no va a fracasar, pero el proceso puede ser más largo de lo que pensamos si nos empeñamos en dar las mismas materias y el mismo contenido con un envoltorio un poco diferente
P.- ¿Cuál es su receta para colocar a la universidad europea, y concretamente a la española, en el lugar que se merece?
R.- No existen recetas. Hay que abordar cambios a largo plazo y con cautela: menos normativa, más confianza en la universidad, menos tutela del estado, más inversiones, evaluaciones con exigencia de responsabilidades, más reconocimiento a la enorme aportación que ha realizado la universidad… por encima de todo: hay sistemas que funcionan relativamente bien. Aprendamos de ellos.
P.- ¿Qué le parece la propuesta de que la financiación universitaria esté sujeta a resultados? ¿Y la propuesta de Pedro Schwartz quien defiende la financiación directa al estudiante universitario?
R.- Parte de la financiación debe estar sujeta a resultados. Eso es evidente. De hecho hoy en día pasa ya algo de eso. La propuesta de Schwartz no
P.- Usted es un crítico de la endogamia y tengo entendido que tampoco defiende demasiado el sistema de funcionariado…
R.- La universidad no es más endogámica que la propia sociedad, ni más endogámica que nuestras empresas. Se han producido abusos, es cierto, y se dan casos que llaman la atención, pero no conozco estudios serios (más allá de estadísticas no explicadas suficientemente) sobre este tema. Hay otras endogamias, graves, que no llaman la atención: ¿por qué hay que elegir a los dirigentes universitarios entre los profesores de la casa? ¿Por qué están tan unidas las materias de docencia a la especialidad de cada profesor? El funcionariado es una traba más en un sistema rígido y burocrático como el que tenemos. No ayuda al cambio.
P.- ¿Cómo tiene que ser la universidad del futuro?
R.- Me encantaría tener