Al encuentro han asistido representantes de los colegios profesionales de médicos, enfermería, farmacéuticos, biólogos, nutricionistas, terapeutas ocupacionales, dentistas, podólogos y psicólogos. También han acudido responsables de los colegios de ópticos-optometristas, dietistas-nutricionistas, físicos y fisioterapeutas.
Por parte del Ministerio han estado presentes el secretario general, Faustino Blanco, la directora general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia, Patricia Lacruz, la directora general de Farmacia, Pilar Aparicio, el director general de ordenación profesional, Rodrigo Gutiérrez y la directora de la Agencia del Medicamento y Productos Sanitarios, María Jesús Lamas.
El Plan, elaborado junto con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y cuenta con distintas líneas de actuación.
El objetivo de esta iniciativa es proteger la salud como derecho básico frente a las sustancias, productos, actividades o servicios con pretendidas finalidades sanitarias que no tienen evidencia ni conocimiento científico suficiente que avale su eficacia y seguridad. Además, incluye medidas para evitar que las pseudociencias se impartan en las universidades españolas.
También contempla modificaciones normativas para evitar la publicidad engañosa. Estos cambios reforzarán los mecanismos de control existentes para evitar la promoción comercial de prácticas que no estén amparadas por el conocimiento científico en ámbitos como internet, redes sociales, actos o jornadas.
Otro de los objetivos del Plan consiste en eliminar de los centros sanitarios la práctica de las pseudoterapias así como garantizar que todas las actividades sanitarias se realicen por parte de profesionales que dispongan de la titulación oficialmente reconocida.
Hace poco poco más de un año, el Comité Científico Asesor de las Academias europeas (EASAC, por sus siglas en inglés) hizo público un informe en el que asegura que "no existen enfermedades conocidas para las cuales exista evidencia robusta y reproducible de que la homeopatía sea eficaz más allá del efecto placebo". Además, al igual que hiciera el pasado mes de junio la Real Academia Nacional de Farmacia, los académicos europeos advierten de que el consumo de homeopatía "puede suponer un daño significativo para el paciente".
Los autores de este nuevo informe afirman que "la promoción y el uso de productos homeopáticos es peligrosa", ya que puede retrasar la búsqueda "de atención médica adecuada, basada en la evidencia, o, peor aún, disuadir al paciente de hacerlo". Además, consideran que la promoción de este tipo de productos puede "socavar la confianza del paciente y del público en el valor de la evidencia científica para la toma de decisiones en el cuidado de la salud y otras prioridades sociales".
Según los académicos, los pacientes y los consumidores deben recibir "información precisa y clara" y aseguran que las afirmaciones científicas realizadas sobre la homeopatía son "inverosímiles e inconsistentes". "Cualquier efecto reivindicado de los productos homeopáticos puede explicarse por el efecto placebo o por estar atribuido a un diseño pobre del estudio, una variación aleatoria, una regresión hacia la media o un sesgo de publicación", sentencian los investigadores.
El informe también hace hincapié en la regulación de estos productos y afirma que "es esencial implementar un marco regulador estandarizado y basado en el conocimiento para cubrir la eficacia del producto, la seguridad y la calidad y las prácticas publicitarias precisas en toda la Unión Europea" e insiste en que "los reclamos promocionales de eficacia, seguridad y calidad no deben realizarse sin pruebas demostrables y reproducibles".
Homeopatía: ¿Ciencia o pseudociencia?. Poco principio activo o puro azúcar. Autoengaño o confianza a la larga. Muchos dilemas aparecen cuando nos sumergimos en el campo de la medicina alternativa. ¿Por qué se es tan escéptico con este tipo de métodos curativos y por qué a su vez para la mayoría de la comunidad científica no es una ciencia per se?
La homeopatía es considerada por muchas personas como una medicina milenaria, una alternativa menos dañina a los diferentes fármacos que circulan en el mercado con amplio abanico de químicos y excipientes. Homeopatía: ¿Ciencia o pseudociencia de la salud? Por Santiago Evora Soldó en Elsevier.
La OMS desaconseja su uso
Muchos argumentan que al ser una medicina basada en los recursos químicos-naturales contemporáneos de las sociedades de hace más de 200 años (cuando se implementaba) deba funcionar para las diferentes enfermedades que se presentan hoy en día. Otros establecen que es una alternativa eficaz a los medicamentos a los que hoy en día se prescriben en la población –rechazando la sobremedicación debido a las consecuencias secundarias que puedan acarrerar– o simplemente creen que no se debería alterar la naturaleza preprogramada en un individuo o incluso apelando a la llamada memoria del agua. Sea como fuere, lo que está demostrado es que serle exclusivamente fiel a la homeopatía puede llegar a ser realmente peligroso, ya que no está demostrado en absoluto que, por ejemplo, pueda tener efectos curativos en un paciente con enfermedades autoinmunes o en pacientes con cáncer. Y lo peor es que muchas veces se vende como tal aprovechando la situación del enfermo, lo que han criticado duramente las comunidades científicas. De hecho, hace unos meses la Asamblea Nacional de Homeopatía española, en representación de médicos, veterinarios y farmacéuticos, precisaban que esta medicina alternativa en ningún caso sustituye a otros tratamientos oncológicos sino que más bien la homeopatía permite mejorar su calidad de vida y tratar los síntomas asociados a los efectos secundarios de la quimio o radioterapia, proporcionando una mejora a la hora de llevar los ciclos de tratamiento y pueda concluir la terapia, alegando también que los medicamentos homeopáticos los hace perfectamente compatibles con los tratamientos oncológicos. Incluso la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja el uso de homeopatía para el tratamiento de enfermedades como la gripe común, tuberculosis, malaria, SIDA o diarrea infantil.
Efecto placebo y fe
Sí, probablemente la homeopatía carezca de efectos secundarios pero no por ello cura enfermedades. Desde el punto de vista metodológico y científico, la homeopatía funciona como un efecto placebo, o lo que es lo mismo, el paciente cree estar tratado con la mejor medicina posible y pone toda su fe en ella; se han demostrado casos de pacientes que han abandonado los tratamientos crónicos o puntuales para pasarse a la homeopatía, relatando una mejoría en su vida. No obstante, no hay que olvidar que los medicamentos testados una y mil veces tanto en ratones como en humanos (siguiendo exhaustivamente los principios de los comités bioéticos) no sólo poseen el efecto placebo sino que también actúan en pos de curar o paliar una enfermedad de forma adecuada y probada, teniendo una sólida base detrás de sí que ha culminado después de años de investigación.
Según las comunidades médicas, “decantarse por un fármaco de dudosa eficacia que puede poner en riesgo tu vida está más cerca de ser un acto de fe que de naturismo”.
Y es aquí donde se abre el debate… ¿Homeopatía como ciencia de la salud? En vez de tenerla como medicina alternativa, ¿debemos llamarla medicina como tal?
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En 1948, Wurmser y Loch investigaron el efecto de microdiluciones de diversas sustancias sobre la longitud de onda y la intensidad de la luz, y detectaron cambios relevantes y medibles.
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En 1963, mediante técnicas de resonancia magnética, se observaron cambios estructurales en el alcohol con diluciones de azufre, comparándolo con alcohol sin dilución y con diluciones sin sucusión.
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En 1930, V. M. Persson obtuvo resultados significativos en estudios con controles del efecto del cloruro de mercurio en la fermentación de almidón; los repitió tres años después, confirmando los resultados.
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En 1954, W. Boyd volvió a confirmarlos en Edimburgo. En todos los casos, las diluciones empleadas no deberían contener, según las teorías físicas clásicas, ninguna molécula del cloruro de mercurio original.
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Kolisko mostró en 1923 cómo el sulfato de hierro, el trióxido de antimonio y la sal doble de cobre en diluciones bajas promovían el crecimiento del trigo. En 1965, Wilhelm Pelikan y Georg Unger comprobaron un efecto similar con microdosis de nitrato de plata, repitiendo el experimento con controles 240 veces.
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En 1923, Krawkow demostró con conejos el efecto relajante de las microdiluciones, comparándolas con controles. Han seguido numerosas experiencias: reducción de tasas de mortalidad de moscas con nitrato de mercurio; variación de efectos según los grados de dilución en renacuajos con nitrato de plomo y de plata; alteraciones de la excitabilidad neuromuscular en corazones de rana y tortuga…
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El 1980, médicos homeópatas y alópatas investigaron en Glasgow el tratamiento homeopático de la artritis reumatoide. Un grupo de 46 pacientes recibió antiinflamatorios convencionales, a 23 se les administró además un preparado homeopático y a la otra mitad, un placebo. El ensayo a doble ciego –ni los pacientes ni los médicos sabían quién tomaba placebo o preparado– dio como resultado que los que recibieron medicamentos homeopáticos mostraron una mayor mejoría, determinada por los cambios en el índice articular, el tiempo de recuperación, la flexibilidad, la fuerza de asimiento y el dolor que los que tomaron placebo
¿Le preocupa el movimiento antivacunas en España?
Sacará la homeopatía de las farmacias, propondrá subir el IVA,…? ¿Qué hará?