Unas 50 personas asistieron al acto de celebración en Madrid de este primer día mundial de la economía colaborativa, en el que intervinieron Carmen Valor, profesora de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (ICADE); Luis Tamayo, sociólogo experto en análisis de tendencias y profesor del Instituto Europeo de Diseño (IED) y de EAE Business School, y Lucía Fernández, coordinadora del área de Economía Social y Solidaria de EsF.
El modelo afecta a la producción (crowdsourcing, plataformas de innovación colectiva, open software, contenidos generados por usuarios y coworking); a la financiación (iniciativas de crowdfunding) y al consumo.
Esta es una economía centrada en las personas, cercana, pero no exenta de problemas, como son las dificultades de definición; el acceso y la superación de barreras culturales; la gestión y el gobierno; la desinstitucionalización económica o la posible caída del empleo asociada a la bajada de producción. Tales dificultades no invalidan el modelo, puntualizó Valor, sino que son retos que deben superarse mientras se avanza.
Encuentros previos
En el encuentro se resaltó que la sociedad civil toma la palabra para explicar propuestas que encaran la actual crisis social, política y ambiental. Alternativas que se desarrollan en distintas partes del planeta y que se adaptan a cualquier contexto. Respuestas reales a las políticas que no respetan los derechos humanos de todas las personas.
En las dos jornadas se dió a conocer el trabajo que desde distintos lugares se están poniendo en práctica para romper los dogmas que las teorías y prácticas económicas ortodoxas ponen de manifiesto en nuestra sociedad.
Según los organizadores, es relevante, por un lado, combatir la idea, tan arraigada en muchas personas, de que no hay otras formas de "hacer economía", así como visibilizar algunas de las experiencias que están surgiendo desde abajo y que demuestran que sí es posible otro modelo económico, que ya existe una economía real que está rompiendo los clichés impuestos por el pensamiento único mediante la puesta en práctica de otros valores, como la participación y la colaboración entre las personas, la sostenibilidad medioambiental, el ecofeminismo, el cooperativismo, el decrecimiento…, en definitiva, nuevas formas de entender la economía, pero también la vida en sociedad.
En este frente han destacado hasta ahora las colaboradiones con Economistas sin Fronteras de econoNuestra, FUHEM Ecosocial, Plataforma 2015 y más, y Medialab-Prado (Estación de Trabajo de Economías del Procomún).