En un reciente documento publicado por la ANECA denominado "Principios y orientaciones para la aplicación de los criterios de evaluación" se establece de manera explícita y concreta las directrices del proceso de acreditación.
El texto elaborado por la ANECA resulta controvertido para profesores y catedráticos y muestran su “grave preocupación" ante el baremo que fija un sistema de puntuación, con máximos y mínimos para acceder a la figura de catedrático.
El documento establece una serie de méritos que se deben valorar a la hora de nombrar a un catedrático. Muchos de estos criterios son valorados como "discutibles".
Así, según manifiestan, "este baremo hará que muchos se autoexcluyan del proceso. Aun suprimiendo las puntuaciones, el simple listado de méritos que hace ese documento ya puede producir este mismo efecto".
Los firmantes del documento aseguran que siguiendo estos principios un premio Nobel, por ejemplo, no podría ser catedrático en España y en el mejor de los casos competirían con un científico de perfil medio que "hubiese dedicado sus esfuerzos y talento a tareas políticas y de gestión".
Este "método puede tender a impedir el acceso de los mejores al puesto más alto al que podrían aspirar y favorecer su supeditación a colegas menos dedicados a crear y transmitir conocimiento".
Por tanto, creen que este nuevo sistema establece una "rigidez indeseable" y que modifica los valores que se supone tendrían que prevalecer en la carrera docente e investigadora.