El experimento, puesto en marcha por el vicepresidente de la universidad, Eric Darr, culminará con una encuesta y con una serie de ensayos redactados por los alumnos. Durante una entrevista con la cadena de radio norteamericana NPR, Darr ha asegurado que quería que la comunidad experimentase la sensación de no poder acceder a las redes sociales, y que no se conformase con teorizar sobre el fenómeno. Según el vicepresidente, "a menudo existen comportamientos, hábitos, maneras de utilizar la tecnología que no somos capaces de examinar porque no somos conscientes de ellas". Es decir, que la universidad de Harrisburg no está en contra de la tecnología… sino que quiere demostrar que los alumnos dan por hecha su existencia sin ninguna reflexión. E irónicamente, en Twitter se ha generado ya un intenso debate sobre el asunto.
Sin embargo, la existencia de los llamados ´smartphones´ [o teléfonos inteligentes] dificulten los objetivos del experimento. El propio Darr es consciente de que los alumnos contarán con esta posibilidad, pero asegura que también será interesante analizar ese fenómeno: "si alguien siente la necesidad de pedir el teléfono a un amigo para mirar su Facebook, será interesante hacerse una pregunta al final de la semana. ¿Por qué ha sentido la necesidad de hacer eso?". La universidad también se preguntará si los universitarios han tenido que recorrer largas distancias para conectarse: "podríamos haber capado todas las señales de WiFi -dice Darr-, pero no lo hemos hecho. Si van hasta la cafetería que está a dos manzanas de la universidad para conectarse… ¿qué les impulsa a hacerlo?".
Fuente: Cadena Ser