jueves,18 agosto 2022
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Réplica al profesor García Landa: Los filólogos somos necesarios, que parece que no, pero si

Redacción
Siento en el alma tener que escribir estas líneas para que sean publicadas en Ibercampus. Una plataforma de comunicación académica no parece que sea el lugar más adecuado para ventilar un conflicto en redes sociales, lo más parecido al patio de un colegio. Pero, dado que se airea mi nombre, dejaré por un rato otras ocupaciones más gratificantes y paso a responder a su artículo difundido aquí mismo. Agradezco a los administradores de Ibercampus su deferencia.

Si, yo fui uno de los administradores que decidió su expulsión del grupo Los filólogos somos necesarios, que parece que no, pero si. Para quienes no lo conozcan es un grupo de FB que en la actualidad se acerca a los 14.000 miembros. Muchos de ellos filólogos en ejercicio, otros titulados ejerciendo otras profesiones y no pocos simples aficionados que comparten la curiosidad por la filología, las lenguas y la literatura. Estos últimos siempre han sido bienvenidos al grupo. Que gente que no pudo estudiar, o de otras disciplinas,  acuda a consultar dudas, a pedir información u opiniones nos parece muy positivo y es una de las cosas que le dan sentido a nuestro grupo.

Pertenecer a un grupo de FB no es un derecho fundamental de las personas ni una oposición ganada.  Los grupos de FB son agrupaciones informales de gente que comparte algún interés común. Para pertenecer a ellos no es necesario nada más que observar unas mínimas normas de convivencia. En nuestro caso están expuestas al alcance de todos.

Dice usted, profesor García Landa, que fue expulsado por cuestionar la existencia del panocho como lengua y la pretensión de alguno de dotarlo, incluso, con una academia. Falta a la verdad. Se le expulsó por la falta de respeto con que se dirigió a los otros participantes en la conversación (lo que por otra parte ha sido la tónica en los meses que pasó usted con nosotros) y, además, por sus descarados intentos de desviar la cuestión hacia un debate político (otra constante en él)  que no deseamos en el grupo. Me permitirá, profesor, que cite la primera de sus intervenciones en aquella discusión. Al fin y al cabo usted también ha publicado fragmentos de conversaciones de mi muro. Aquí sus primeras palabras en una larga conversación:

“En este país hay suficientes políticos autonómicos interesados en comprar como para venderles motos de gran cilindrada. O burras cojas.”

Y aquí el primer toque de atención que, como administrador, me vi obligado a darle:

“José Angel García Landa, creo que lo que procede aquí es debatir si existe algo que pueda ser descrito como "lengua murciana" o es una simple habla, de dónde viene, qué grado de pervivencia/presencia tiene, quienes son sus hablantes y cual es su contexto sociocultural, si tiene o no tiene una morfología o una sintaxis propia o es sólo un cierto léxico local, etc…

Es decir, una discusión objetiva en términos estrictamente filológicos. Y ahí en unas cosas estaremos de acuerdo, en otras no. Pero algo aprenderemos todos.

Lo que me parece completamente fuera de lugar es el comentario "En este país hay suficientes políticos autonómicos interesados en comprar como para venderles motos de gran cilindrada. O burras cojas." Que será cierto o no, que afectará a políticos autónomicos o a la administración central (que alguna moto comprará también, digo yo), pero que ya es entrar en temas que superan en mucho los objetivos del grupo, llevando la cuestión directamente al debate político y al juicio de valor. Para ello hay otros foros más adecuados que este.”

Nuestras normas son muy claras en tres aspectos: dejar el debate político fuera, respetar TODAS las lenguas y a sus hablantes y mantener un mínimo tono de cortesía en las intervenciones. Las tres han sido sistemáticamente incumplidas por usted desde que se unió al grupo. Y no han sido pocas las advertencias que desde la administración le hemos hecho y ha desoído. Su brillante y muy respetable currículum académico no le exime de su cumplimiento.

De su reciente artículo, creo que merecen comentario un par de cuestiones:

“Mi interpretación (de parte, claro) es que mi defensa continuada en este foro de la oficialidad del español, y mis críticas a las políticas lingüísticas nacionalistas son las que han llevado a mi expulsión del grupo. En él, como en tantos otros foros, aunque hay gente de todo pelaje, es más visible y activo el componente nacionalista (catalanista, podemita, euskaldún, etc.). Y la defensa del español frente al discurso localista-nacionalista, siquiera sea recordando los hechos, y la distancia que separa a la lengua española de las lenguas periféricas o cooficiales, se acepta muy mal. Como en tantos otros sitios, en cambio, el antiespañolismo explícito y falsario es muy bien recibido.”

Mire usted, profesor García Landa, nuestro grupo no es un grupo de defensa de la oficialidad del español. Nos parece innecesario puesto que nadie ha cometido la insensatez de cuestionar eso. Al fin y al cabo es un grupo en el que una mayoría muy amplia son hispanistas. Pero también hay gente de otras especialidades. Incluso miembros extranjeros. Todos, siempre, hemos mantenido una actitud de estima y respeto hacia el español, como es lo esperable en un grupo de filología. Igual que es esperable el respeto a otras lenguas, también oficiales en España, a las que usted siempre se ha referido con el mayor desprecio. Muchos miembros del grupo se han sentido molestos con ello y han pedido tan solo reciprocidad en el respeto.

Y desde luego, expresiones como que “aunque hay gente de todo pelaje, es más visible y activo el componente nacionalista (catalanista, podemita, euskaldún, etc.)” tan sólo denotan el espíritu de cruzada con el que usted ha venido participando siempre.

El caso es que, al cabo del tiempo, usted se convirtió en una persona non grata para muchos de los miembros del grupo. Muchos le bloquearon para no tener que soportar sus soflamas. Y muchos nos han preguntado a los administradores cómo no se le ha expulsado antes para que busque otro foro en el que crear mal ambiente y lucir sus frecuentes descortesías.

Finalmente, el tema del panocho colmó nuestra paciencia y fue usted expulsado. No por una opinión, sino por una actitud continuada que no es de recibo.

 

Como no es de recibo, permítame que se lo diga, trasladar a un portal académico como Ibercampus sus rencillas y sus ataques personales.

Por mi parte doy por acabada esta conversación y no voy a responder a ningún otro escrito suyo. Mi tiempo quizá no valga mucho, pero algo vale. Y polémicas como esta retratan sobradamente a cada uno de los polemistas. Ya hemos puesto, ambos, suficientes cartas sobre la mesa para que quien nos lea se forme su opinión. Tan sólo le pido que se abstenga de volver a publicar mi nombre ni aquí ni en ninguna otra parte. Si necesita villanos a los que combatir, búsqueselos en otra parte y a mi déjeme en paz.

Atentamente

Paco López Barrio.

 

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