viernes,19 agosto 2022
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Director General del Libro, Archivos y Bibliotecas

Rogelio Blanco: «Una sociedad democrática se debe medir por la cantidad y calidad de sus lectores»

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España es la cuarta potencia mundial en producción de libros y es ésta la industria cultural más importante del país. Doscientas editoriales son ya multinacionales, las bibliotecas públicas, que reciben al año más de cien millones de visitas, constituyen la red cultural más importante del Estado. Y, si hablamos de archivos, debemos recordar que España se considera, junto con Italia, la principal potencia archivística del mundo. De una u otra manera todo pasa por Rogelio Blanco, quien está al frente de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas. UneLibros, la revista de la UNE que recoge las novedades editoriales de las universidades, le ha entrevistado.

 

P.- ¿Qué ha mejorado la Ley de la lectura, del libro y de las bibliotecas aprobada en 2007?

R.- Esta ley aporta el valor de la lectura como valor cívico, democrático, ético, estético y utópico. Reconoce la importancia del libro y de sus industrias, de los creadores, del sistema bibliotecario y de la pluralidad lingüística, y apuesta por el precio fijo. Hemos creado el Consejo de Cooperación Bibliotecaria, en el que participan todas las comunidades autónomas y la Coordinadora de Bibliotecas de la Administración General del Estado, con la finalidad de aprovechar toda nuestra riqueza bibliotecaria. Asimismo se ha creado el Observatorio de la Lectura y del Libro para la realización de estudios que informan sobre la situación en la que estamos en cada momento.

Era una ley necesaria, democrática, consensuada y de apuesta rotunda por la lectura y sus consecuencias. Una sociedad democrática se debe medir por la cantidad y la calidad de sus lectores

P.- ¿A quién ha beneficiado más de todos los sectores implicados?

R.- Es la Ley de la lectura, por tanto, a todos los ciudadanos. En 2004 la ratio de libro por habitante en bibliotecas públicas no llegaba a 1,20 documentos. La IFLA/UNESCO fija, como mínimo, 1,50. El programa económico de inversión que acompañaba esta ley se está aplicando en construir bibliotecas y en dotación bibliográfica. Esto ha supuesto que, en estos momentos, nos aproximemos al 1,70.

Por fin hemos superado la ratio mínima y por fin a la capacidad de producción se aproxima la capacidad de dotación y de disponibilidad de libros.

P.-¿Qué campañas de promoción de la lectura son más eficaces?

R.- Las que se hacen en las familias y en la escuela. Los hábitos se adquieren en edades tempranas. De ahí nuestro eslogan «Si tú lees, ell@s leen». Al joven que se le inocula el virus de la lectura, puede tener algunos momentos de descenso, pero queda maravillosamente vacunado para el resto de su vida.

P.- ¿Hay un lector perfecto?

R.- Para mí, el lector perfecto es El Quijote. Dice Cervantes que leyó hasta papeles encontrados, todos los libros y no le fue suficiente, tuvo que salir a leer los caminos, la realidad y la vida. Antes hablaba de que recibimos contenidos y los transformamos en conocimientos.

Cuando hay un lector perfecto, a esas dos «c» añado otra que es la «c» de compromiso. El Quijote se comprometió con los más débiles. Si yo tuviera que elegir un libro, el más rico, del que más contenidos se reciben y en el que necesitamos más experiencia para transformarla en conocimiento, sería el rostro del prójimo. Es el gran libro, por la abundancia de contenidos que emite.

P.-Los libros ¿son caros?

R.- No. En España la media no alcanza los trece euros, según datos de la Federación de Gremios de Editores de España. Existen unos 40.000 títulos en bolsillo, a un precio que ronda los 6 euros. Opino que es un producto barato y, en última instancia, más cara es la ignorancia.

P.-¿La industria editorial se va a ver afectada por la crisis?

R.- El área editorial se considera una isla resistente. Los últimos datos que tenemos de ventas son esperanzadores. Las personas que tienen hábitos culturales nunca los van a perder y, como he dicho antes, el libro no es un producto caro. Hay que reconocer también que el sector del libro es muy maduro, tiene mucha experiencia, en los momentos de bonanza no se estrangula en ingenuidades fáciles, actúa siempre con mucha cautela, es muy profesional y tiene mucha capacidad de ajuste.

P.-Dénos su opinión sobre el libro electrónico

R.- Tendrá que convivir con el libro de la Galaxia Gutemberg. Lo que importa es el lector y tengo claro que el que lee en digital, lee libros en soporte papel. Por otro lado, la tecnología más avanzada es la más autónoma y aún no se ha superado el modelo Gutemberg porque es más autónomo. No van a competir los dos modelos, sino colaborar en pro de la lectura.

P.- ¿Cómo valora el trabajo de las editoriales universitarias?

R.- La unión de las editoriales universitarias ha contribuido a que los libros universitarios sean conocidos y reconocidos y que jueguen en el mercado como otra producción editorial más. Hay que valorar este esfuerzo sobre todo para que estas producciones no sean esclavas de bodega. No hay que conformarse con sacar libros a una clientela cautiva (los alumnos), algunas investigaciones son muy atractivas y de mucho interés y deben salir fuera de los espacios universitarios.

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