Según la Asociación Española de Promotores de Cursos de Idiomas (Aseproce) “cada vez es más frecuente que adultos con una alta cualificación formativa y laboral se animen a estudiar un curso específico para su perfil”. Se trata de programas ‘Business’ en grupos pequeños, cursos ‘hechos a medida’ para determinados sectores de la actividad profesional como médicos, farmacéuticos, contables, banqueros o abogados, o incluso programas de ‘plena inmersión’ o en ‘casa del profesor’.
“Este tipo de programas suelen tener poca duración, una o dos semanas pero son muy intensos, ya que un ejecutivo no dispone de demasiado tiempo libre”, señala Marta Galea, secretaria general de Aseproce que recalca que “estos estudios están diseñados para conseguir el máximo progreso en el mínimo tiempo”.
Existen empresas especializadas en crear cursos en el extranjero específicos acordes a las exigencias y los objetivos de cada colectivo laboral. De esta manera, cada profesional perfecciona el idioma teniendo en cuenta la terminología técnica del propio sector de actividad. Estas lecciones se estructuran según las necesidades del alumno en un marco profesional concreto con el fin de cumplir las metas del estudiante. Abogados, médicos, enfermeras, contables o banqueros, entre otros profesionales, son los perfiles que buscan estos programas lingüísticos.
Sin embargo, los cursos que mayor demanda los estudiantes ejecutivos, según Aseproce, son los ‘Business’, principalmente en grupos reducidos, y los de carácter privado. En ambos programas los estudiantes hacen una inmersión en la comunicación profesional y comercial, aprenden a hacer presentaciones, descripciones de productos, a llevar a cabo negociaciones, además de mejorar la comunicación telefónica y el uso de la escritura en el contexto administrativo y de negocios.
Una de las ventajas de los programas para grupos reducidos es que los profesionales pueden interaccionar entre ellos e intercambiar impresiones con otros ejecutivos de distintas nacionalidades; mientras que los cursos privados se aprovechan de una serie de lecciones particulares que permiten avanzar rápidamente en el conocimiento lingüístico y rentabilizar así la formación.
Además, este tipo de programas se pueden combinar con lo que se tienen los beneficios de ambos: el contacto con otros profesionales internacionales y clases particulares según las aspiraciones laborales.
Hay ejecutivos que se decantan por cursos de ‘plena inmersion’. Suelen tener una o dos semanas de duración y permiten un aprendizaje personalizado que se centra en las prioridades del estudiante. Para ello, se elaboran lecciones particulares totalmente personalizadas que se acompañan con horas fuera del aula con el profesor.
De este modo, el estudiante sigue practicando el idioma y fortalece la capacidad de comunicarse en diversas situaciones de la vida. Mientras que otra de las opciones es asistir a “cursos en casa del profesor”, disponibles para una o dos personas, en las que el alumno vive y recibe clases en el propio domicilio familiar del docente.
“La participación en cualquiera de estos programas es totalmente eficaz porque están diseñados para lograr grandes avances en el menor tiempo. La inmersión de los estudiantes en el idioma es completa y como se trata de cursos dentro de un marco profesional concreto el aprendizaje les resulta más atractivo”, manifiesta Marta Galea.
