Dicho examen produce en los chicos/as una gran ansiedad debido, por una parte, a su imprevisibilidad y, por otra, a las consecuencias radicales cara al futuro académico y profesional de los examinandos,al constituirse la Nota en factor determinante de la Carrera a elegir.
Hasta el punto de que los miles de alumnos extremeño obligados a repetir tan doloroso trance se han levantado "en armas" – y con toda razon – contra el brutal atropello.
Llama la atención que las pruebas de Selectividad se celebren al albur – en cuanto a fechas y contenidos de las mismas- de cada Comunidad Autónoma, lo que – de entrada- ya las tiñe de cierta arbitrariedad puesto que deja al alumno sin capacidad para organizarse con carácter previo ante un examen de contenido imprevisible.
Y al no ser un examen cuyas pruebas sean iguales por cada Asignatura para todos los alumnos están teñidas – igualmente- de prácticas sospechosas de arbitrarias, parciales y escasamente democráticas.
El libérrimo y sacrosanto derecho decimononico del derecho de los profesores a su "libertad de cátedra" y su casi nula preparación pedagógica para programar y evaluar lo que enseñan convierte a los exámenes y pruebas que imponen a sus pupilos en un potro inadmisible de tortura.
Al carecer las Asignaturas del Curriculum de Bachillerato de objetivos didácticos precisos impide elaborar de antemano pruebas e "items" de examen que hayan superado las pruebas de validez y fiabilidad y que puedan ser conocidas de ante mano por todos los alumnos españoles y que doten al examen de Selectividad de un mínimo y exigible grado de predictibilidad al tiempo que de administración en condiciones de igualdad y equidad.
Inútil empeño porque la que llaman profesión – la de profesor– es una de esas "artesanías" que se heredan de generación en generación y desde siglos donde cada nuevo profesor – y como los salmones – reproducen en las aulas lo mismo que hicieron los suyos cuando eran niños.
Porque si hay algún "gen" heredado y atávico que determina el comportamiento de muchos profesores es que lo suyo es decir y hacer en el aula lo que les parece bien (que para eso disfrutan de libertad) y que su poder consiste en examinar de forma "selectiva" a sus alumnos/as pero "jamásdelosjamases" examinarse a sí mismos y lo que hacen en las aulas con ellos y ellas.