P.- ¿El emprendedor nace o se hace? ¿Cuáles son las características de la persona emprendedora?
R.- Diríamos que nace o que se hace en los años muy tempranos. Depende mucho del entorno familiar, escolar y profesional en el que se encuentre o busque. De los impulsos y mensajes que estos entornos le transmitan. Si el entorno que crea la familia es de iniciativa, seguridad, amor al riesgo, no miedo tendrá mucho ganado. Es importante despertar en el/la niño/a cierta inquietud por emprender, explorar. En el libro se dedica un apartado a analizar los atributos del emprendedor. Hemos identificado dos bloques de atributos: aquellos que conforman la base del talento (inquietud, iniciativa, visión, intuición…) y aquellos otros que conforman la capacidad de resistir y avanzar (rebeldía, sentido del riesgo, confianza…)
P.- En nuestro país no solo hay poca vocación emprendedora para crear nuevas empresas, sino que aquellos que apuestan por ello, no las hacen crecer. ¿A qué se debe? ¿Es una cuestión cultural o tiene que ver con trabas o pocas facilidades administrativas?
R.- No se hacen crecer por el hecho de que no nacen con vocación de ser empresa. Nacen con la estrecha visión de ser “algo para ir tirando” y si hay suerte “dar algún que otro pelotazo”. Hay baja capacidad emprendedora pero aun menor es la capacidad de gestión, de management de calidad directiva. Esas son las razones por las cuales el 50% de las pymes no tienen ningún empleado.
P.- ¿Qué recetas dan en este libro para llevar a la práctica con éxito una idea emprendedora?
R.- No hay recetas. El éxito surge con mucho esfuerzo, vocación y entusiasmo. Si eres capaz de convertir en negocio tu máxima afición y a ello le dedicas mucho esfuerzo y entusiasmo es posible que logres el éxito empresarial.
P.- En dicho libro hay un capítulo titulado “Errores a no cometer”. ¿Podrían enumerar algunos de los más comunes?
R.- Creemos que el más corriente, el más habitual, es no dedicar un tiempo a analizarse uno mismo. A saber de verdad quién eres, en qué eres bueno, cuál es tu máxima afición, qué es lo que más te divierte, qué pretendes hacer con tu vida, tu tiempo. Ahí está el embrión de tu negocio. El siguiente error más común es imitar lo que ya han hecho otros. ¿Para qué?, ya lo hacen otros. Nos sorprende observar cuando paseamos por las ciudades y vemos: aquí un quiosco de periódicos, a
P.- ¿Qué consejos darían a un joven estudiante que en estos momentos de crisis está planteándose crear una empresa?
R.- Dos los consejos básicos: primero saber si tiene los atributos del emprendedor. Es básico que se analice interiormente y vea si es poseedor de la colección de atributos que el libro menciona. Si le falta alguno, puede que no sea la mejor idea dedicarse a emprender. Si la respuesta es afirmativa, si los tiene; y, el segundo consejo es que vea en que es bueno. Qué cosa hace bien. Qué es lo que le gusta hacer y le llena de satisfacción. A qué cosa dedica la mayor parte de de su tiempo, de forma gratificante, sin remuneración. Ahí está el núcleo de su actividad emprendedora. Que sea capaz de desarrollar una idea en torno a ello y articular un plan de negocio. AH! Y… además… mucho esfuerzo e ilusión. La actividad emprendedora debe asentarse en la vocación. Que bonita palabra que hemos desterrado de nuestro vocabulario y sustituido por la anglosajona competencia. Que no es lo mismo.
