jueves,18 agosto 2022
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Primer estudio de lo insano de la pobreza, donde más afecta

Sube la luz un 27% en plena ola de frío y con evidencia de que la pobreza energética daña la salud

Redacción
Según la primera investigación que analiza la asociación entre la intensidad de la pobreza energética y la salud en el Sur de Europa, la probabilidad de padecer bronquitis crónica, depresión y ansiedad es entre tres y cinco veces superior en las personas que sufren esa pobreza respecto a aquellas sin problemas con el suministro eléctrico. La noticia se conoce justo cuando en España, país con mayores precios en la UE, este viernes tendremos la luz un 27% más cara y en su mayor precio en 22 años.

El precio de la luz se ha disparado un 27% en este arranque de 2021, alcanzando los 16,81 céntimos por kilovatio hora (kWh) con la tarifa regulada (PVPC), la que más afecta a los pobres, frente a los 13,24 céntimos del mismo periodo de 2020. Según datos de Facua-Consumidores en Acción, en los primeros siete días del año, la factura eléctrica del usuario medio se situaría en 80,71 euros, con incremento del 19,3% sobre los 67,67 euros de las mismas fechas del año pasado. Con datos del Operador del Mercado Eléctrico (Omie), el precio superará los 100 euros por MWh en prácticamente la mitad de las franjas horarias, con un pico de 108,97 euros por MWh entre las 20.00 y las 21.00 horas. A ello está contribuyendo la ola de frío y la presión en los precios en el mercado del gas. Así, según los datos de Mibgas, el precio alcanzaba este jueves los 38,9 euros por MWh, un 22,4% más que el marcado ayer. Según Facua, la factura del usuario medio no llega a 80 euros desde diciembre de 2018, aunque el mes pasado el recibo experimentó su primera subida interanual tras 19 meses consecutivos de bajadas, con subida del 7,2% para el usuario medio.Así, la factura mensual con la tarifa media del kWh de diciembre de 2020 representó 69,28 euros, frente a los 64,62 euros de diciembre de 2019.

En cuanto al estudio sobre la pobreza energética, no se ha realizado en la Cañada Real de Madrid, cuyos habitantes crecieron de acceso a electricidad estas navidades y las autoridades estatales en pobreza y ODS 2030 han culpado por ello a la Comunidad de Madrid, sino entre los habitantes de la ciudad de Barcelona que sufren pobreza energética presentan una peor salud que aquellos que pueden garantizarse los suministros domésticos de energía. Es la principal conclusión del estudio que investigadores del Institut d'Investigació Biomèdica Sant Pau, la Asociación Bienestar y Desarrollo, la Agència de Salut Pública de Barcelona, CIBERESP y otras instituciones publican en la revista Gaceta Sanitaria(Juli Carrere et al. Energy poverty, its intensity and health in vulnerable populations in a Southern European city).

Se trata de la primera investigación que analiza la asociación entre la intensidad de la pobreza energética y la salud en el Sur de Europa. Para realizarla se han comparado los datos de 1799 mujeres y 671 hombres que forman parte de un programa del Ayuntamiento de Barcelona contra la pobreza energética (llamado Energía, la justa) con los de 1393 mujeres y 1215 hombres sin problemas energéticos de la Encuesta de Salud Pública de Barcelona en 2016.

La probabilidad de tener bronquitis crónica es 4,94 veces superior en mujeres y 5,43 más en hombres que sufren pobreza energética que en aquellas personas sin ese problema, y respecto a la depresión y la ansiedad, entre 3 y 4 veces más

El estudio ha analizado diversos parámetros de salud física y mental: percepción personal de mala salud, asma, bronquitis crónica, depresión y ansiedad. En todos ellos, los participantes en el programa contra la pobreza energética han reportado un peor estado de salud. Las mujeres presentan una mayor prevalencia de todos los parámetros de salud en ambas poblaciones.

La probabilidad de experimentar una peor salud es bastante superior entre los ciudadanos que padecen pobreza energética, sobre todo en cuanto a la bronquitis crónica, la depresión y la ansiedad. En concreto, la probabilidad de tener bronquitis crónica es 4,94 veces superior, en el caso de las mujeres, y 5,43 veces mayor entre los hombres que sufren pobreza energética que entre aquellos ciudadanos que no se enfrentan a este problema. Y en el caso de la depresión y la ansiedad, la probabilidad entre la población con pobreza energética es 3,23 veces superior entre las mujeres y 4 veces superior en el caso de los hombres. 

El estudio también muestra una asociación entre la intensidad de la pobreza energética y el estado de salud dentro del colectivo de Energía, la justa. A excepción de la bronquitis crónica en hombres, hubo diferencias significativas en todos los indicadores, de manera que, a mayor pobreza energética, peor salud. La depresión y la ansiedad en las mujeres y el asma en los hombres fueron estadísticamente significativas en todos los niveles de intensidad de pobreza energética.

Diferencias no solo energéticas

Las diferencias entre la muestra del programa contra la pobreza energética del consistorio barcelonés y la población general de Barcelona ya se manifiestan en los parámetros demográficos, socioeconómicos y de características del hogar.Por ejemplo, el número de personas nacidas fuera de la Unión Europea se acercó a la mitad en la muestra de Energía, la justa (mujeres, 49,0 %; hombres, 42,2 %), pero fue mucho menor en Barcelona (mujeres, 17,5 %; hombres, 15,6 %). Y las madres solteras en este colectivo duplicaron a las de la encuesta de Barcelona (21,3 % versus 10,4 %, respectivamente).

Tanto el nivel educativo como la posición socioeconómica fueron más bajos en los ciudadanos del programa contra la pobreza energética, y la mayoría de sus participantes eran inquilinos (mujeres, 76,8 %; hombres 72,7 %), mientras que la mayoría de la muestra de población de la ciudad condal eran propietarios (mujeres, 66,2 %; hombres 63,4 %).

La población vulnerable afectada por la pobreza energética es desproporcionadamente elevada en mujeres, inmigrantes, personas con bajos niveles de educación, desempleados e inquilinos en una ciudad del sur de Europa como es Barcelona

Una alta proporción de participantes del programa contra la pobreza energética informaron que no podían permitirse mantener la temperatura adecuada en el hogar los meses de frío (mujeres, 78,0 %; hombres, 74,8 %) y una alta proporción de ellos tenía atrasos en las facturas de los servicios públicos (mujeres, 68,3 %; hombres, 68,1 %).

“Este estudio muestra que la población vulnerable afectada por la pobreza energética es desproporcionadamente elevada en mujeres, inmigrantes, personas con bajos niveles de educación, desempleados e inquilinos en una ciudad del sur de Europa, como es Barcelona”, señalan los autores.

“Esta población sufrió una prevalencia impactantemente mayor de mala salud autopercibida, morbilidad respiratoria y mental en comparación con la población sin pobreza energética –añaden–. Así, las políticas y los programas específicos para aliviar la pobreza energética deben coexistir con políticas estructurales más amplias destinadas a mejorar las condiciones de vida, trabajo y vivienda. Ambas estrategias combinadas reducirían los efectos sobre la salud y las desigualdades en salud en poblaciones afectadas por múltiples privaciones sociales”.

Además, ante la actual pandemia, los mismos autores advierten: “La anterior crisis económica agravó la pobreza energética en España, y a la luz de la actual crisis económica desencadenada por la covid-19 se espera que el problema de la pobreza energética se agrave con consecuencias adversas graves para la salud”. 

Los investigadores temen que, a la luz de la actual crisis económica desencadenada por la covid-19, el problema de la pobreza energética se agrave 

Las comercializadoras más caras son Feníe, Holalu y Lucera,y la menos, EcoEasy Luz, de Naturgy).

Holaluz, Feníe y Lucera son las comercializadoras eléctricas más caras, según el último análisis realizado por Facua-Consumidores en Acción, que ha detectado diferencias entre el precio del kilovatio hora de hasta un 53 por ciento.

Según Facua, cada kilovatio hora (kWh) de electricidad cuesta hasta un 52,7 % más.

De las diez ofertas analizadas por Facua, la más cara es la de Holaluz, la comercializadora que se publicita con reclamos como "yo también puedo cambiar el mundo", "súmate a la luz justa" y "usamos la tecnología para ofrecerte siempre tarifas de luz con el máximo ahorro".

El precio del kWh de su tarifa Pago Clásico se eleva a 18,95 céntimos (impuestos indirectos incluidos), frente a los 12,41 céntimos que representó de media el PVPC el mes pasado, asegura la organización, que advierte de que el recibo del usuario medio es hasta un 34,8 % más caro en el mercado libre.

Según el análisis sobre ofertas de diez comercializadoras, un usuario medio que tenga contratada una tarifa de mercado libre paga una factura entre un 8,9 % y un 34,8 % más elevada que si retornase a la tarifa semirregulada.

Traducido a euros, los 64,61 que se pagarían con el PVPC teniendo en cuenta la tarifa media del kWh del último mes se elevan, como mínimo, a 70,33 euros con la tarifa de mercado libre menos cara de las analizadas por Facua (la EcoEasy Luz de Naturgy).

"Si el usuario ha caído en la trampa de contratar la más cara (el Pago Clásico de Holaluz), el recibo del usuario medio se dispara a 87,10 euros", sostiene.

El estudio abarca las tarifas sin discriminación horaria y precio estable por cada kW de potencia contratada y kWh de energía consumida de Cepsa, CHC Energía, Endesa, Feníe, Holaluz, Iberdrola, Lucera, Naturgy, Repsol y Som Energía.

Después de la de Holaluz, completan el ranking de las tarifas más caras la de Feníe (Megavatio 2.0), que supone una factura de 84,84 euros para el usuario medio, y la de Lucera, 82,97 euros.

Todas las ofertas analizadas por Facua incrementan la factura mensual del usuario medio con respecto al PVPC, que en octubre ha experimentado una bajada del 3,2 % con respecto a septiembre.

El perfil de usuario medio utilizado por la asociación fue obtenido tras el análisis de decenas de miles de facturas de viviendas habitadas: su potencia contratada es de 4,4 kilovatios (kW) y consume 366 kilovatios hora (kWh) al mes.

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