jueves,18 agosto 2022
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España estudia también incentivos contra el fraude fiscal

Tasa Tobin a los capitales desde 2015

Redacción
La tasa Tobin sobre los capitales que ayer anunció España a partir del próximo año tendrá un impuesto muy limitado, según los expertos, aunque se diga que recaudará en nuestro país cerca de 5.000 millones de euros, sobre todo al gravar las acciones. Por eso algunos países consideran necesarias medidas adicionales y España estudia también incentivos fiscales contra el fraude y la evasión.

El impuesto sobre las transacciones financieras que ayer anunció el ministro Guindos a partir del próximo año tendrá un efecto muy limitado sobre algunos de sus objetivos, y en concreto sobre la evasión de capitales y el fraude fiscal, aunque se cumpla el pronóstico de que el fisco español llegue a recaudar al año casi 5.000 millones de euros con el mismo. De ahí la importancia de acompañar esas medidas con otras iniciativas específicas contra el fraude, también estudiadas por Hacienda, entre ellas los incentivos fiscales a la sustitución de dinero efectivo por tarjetas u otros medios de pago electrónicos, que sí dejan siempre rastro y puede seguirse su huella, además de favorecer la inclusión financiera.

La limitación del inicial objetivo europeo se explica principalmente en que esa modalidad continental de Tasa Tobin fue al principio planteada para todos los miembros de la Unión Europea. Pero al final, tras varios años de debates, sólo están dispuestos a aplicarla 11 de los 28 países europeos, y aún así muy parcialmente, por dos motivos. Uno es que se aprobará mediante una Directiva, no por un Reglamento, único instrumento legal europeo que tiene total carácter vinculante para los países. El otro es que ya se han descolgado desde el principio no solo siete países de la Eurozona (la zona más comprometida en la integración monetaria desde unos tratados que prometieron las principales libertades de circulación). 

Sin embargo, lo más relevantes radica en que entre los países ya descolgados incluso del proyecto de Directiva destacan algunos de los que menos impuestos ponen a los flujos del dinero, entre ellos miembros del euro como Holanda, Luxemburgo e Irlanda. Pero también principalmente que entre los países fuera de la Eurozona el más importante en su control e influencia de las transacciones financieras europeas e intercontinentales (Gran Bretaña) no sólo se descolgó desde el principio, sino que ha promovió un movimiento de resistencia jurídica además de política a su implantación. 

Por tanto, el dinero seguirá contando dentro de la propia Eurozona y especialmente en todo el resto de la UE-28 con amplios márgenes para fluir hacia o desde los países que mejor lo traten. Por eso incluso algunos países dispuestos a aplicar la futura Directiva del nuevo impuesto limitarán el tipo de transacciones. 

En consecuencia, las batallas en torno al fraude y la elusión fiscal tendrán motivos para seguir abiertas más allá del próximo año. De poco han servido los informes en torno a que la UE pierde cada año cerca de un billón de euros como consecuencia del fraude fiscal y la evasión de impuestos, una cantidad equivalente a todo el PIB español, cercano al 11% de toda la Eurozona y próximo al 7% del conjunto de la UE-28.

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El ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció ayer un principio de acuerdo entre los once países, entre los que se encuentra España, precursores de la denominada tasa Tobin, que gravará las transacciones financieras. "Hemos llegado a un acuerdo político", anunció De Guindos en rueda de prensa al término de la reunión informal del Ecofin que tuvo lugar en Atenas.

Los diarios detallan que el compromiso queda pendiente de formalizarse y todo indica que podría quedar cerrado en la próxima reunión de ministros de Economía de la Unión Europea (UE) del 6 de mayo. El ministro explicó que el acuerdo final es "muy parecido al que defendía España", de forma que el impuesto se aplicará de manera "gradual", se espera que no entre en vigor antes del próximo año, y en un primer momento sólo gravará "las transacciones en acciones, tanto al contado como en el mercado de derivados". Posteriormente, según añadió, el ministro, "lo iremos extendiendo a otro tipo de productos".

Asimismo, los ministros acordaron que se aplicará el principio del lugar de emisión. En virtud del mismo, los instrumentos financieros emitidos en los once estados que aplicarán la tasa serán gravados cuando sean objeto de negociación, incluso si los negociadores implicados se encuentran fuera de la zona de aplicación del gravamen. De este modo, fondos internaciones que lleven a cabo alguna operación en España tendrán que abonar esta tasa, aunque tributen fuera de nuestro país.

En lo que respecta al impacto económico, Bruselas calcula que la aplicación de la tasa permitiría recaudar entre 30.000 y 35.000 millones de euros al año, de los cuáles, cerca de 5.000 millones se recaudarán en España.

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