Caminamos por un sendero de estabilidad en el crecimiento, pero con múltiples tensiones y riesgos.
Como dice Maurice Obstfeld, el economista-jefe del FMI, parece que nos movemos "de lado" (ni adelante ni atrás), sin terminar de salir de un crecimiento demasiado lento durante ya demasiado tiempo:
La crisis ha dejado un coctel de herencias interactuando entre sí (altos niveles de deuda, riesgos de impagados en créditos bancarios, presiones deflacionistas, baja inversión y capital humano erosionado) que continúan deprimiendo los niveles potenciales de crecimiento. Porque inversores y consumidores se han vuelto más cautos ante el temor de que sus ritmos de mejora de ingresos puedan retrasarse durante más tiempo.
Los ritmos de crecimiento del PIB mundial calculados por el FMI (corregidos por paridad del poder de compra de las monedas de cada país) se situaron alrededor del 5-6% durante los años previos a la crisis y llevan ya tiempo estabilizados en poco más del 3%.
Naturalmente, las diferencias entre países y áreas geográficas son muy acusadas: el conjunto de economías avanzadas sólo superarán el 1,5% de crecimiento el presente año, mientras las economías emergentes de Asia multiplicarán por cuatro esta tasa.
Pero no se vislumbra una acción conjunta a escala mundial que permita recuperar los ritmos previos a la crisis. Los países mas desarrollados parecen incapaces de acelerar más su crecimiento y los emergentes muestras síntomas iniciales de posible, aunque suave, desaceleración.
Este crecimiento global, relativamente estable aunque sea a un ritmo reducido, no está exento de tensiones y riesgos a corto y largo plazo. En un reciente artículo, Federico Sternberg (Tendencias y riesgos económicos y geopolíticos para la economía mundial, Economía Exterior nº 78) repasa riesgos como los de China, Brexit, precios de petróleo y otras materias primas, mercados bursátiles, de bonos y cambiarios o los geopolíticos.
Su conclusión, que compartimos, es que aunque existan importantes focos de riesgo, no es probable que se materialicen de forma abrupta generando una crisis sistémica. Al final parece que seguiremos en una tensa estabilidad económica global, al menos durante 2016-17
Antonio Pulido http://www.twitter.com/@PsrA