viernes,19 agosto 2022
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Encuesta de IESE

Un 18% de ejecutivas renuncian a la baja por maternidad

ibercampus.info
¿Cuál es el precio de la igualdad entre hombres y mujeres? ¿Conciliar la vida laboral y familiar es una quimera para muchos trabajadores? Son las preguntas de fondo que surgen ante los ejemplos de mujeres de la esfera pública que renuncian a agotar todo su permiso de maternidad para reincorporarse a sus puestos de trabajo.

No sólo los personajes de gran calado público renuncian a parte de su baja maternal, hay ejecutivas con altas responsabilidades que se ven abocadas a esa misma situación. Un estudio del Centro Internacional Trabajo y Familia de la Escuela de Negocios IESE ya demostró en 2006 que una de cada tres directivas no había disfrutado de este tipo de permiso tras el parto. En 2007, la encuesta reveló que la cifra había disminuido, pero seguía siendo elevada: el 18% de las mujeres que ocupaban altos cargos renunció a su baja de maternidad. Y de las que se acogieron a ese derecho, la mitad reconoció que había tenido consecuencias negativas en su trayectoria profesional.

¿Es incompatible la maternidad con altos puestos de responsabilidad? ¿Tienen que hacer las mujeres sacrificios semejantes para ser consideradas iguales a sus compañeros de trabajo? ¿Son estos ejemplos los de madres que abandonan el nido, las "rabenmutter" -madres cuervo, una especie que deja sus crías a su suerte- como despectivamente las denominan los alemanes? ¿O son "superwoman", con un espíritu inalcanzable para el resto de mujeres?

"No se puede comparar los altos cargos al resto de trabajadoras. Rachida o Chacón son referentes para el resto de la sociedad", explica Consuelo León, investigadora del IESE. "Las directivas viven de otra manera la baja maternal. Cuentan con más soportes para el cuidado de sus hijos: guarderías, servicio doméstico… Disponen de más flexibilidad en sus horarios, pueden trabajar desde casa a través de las nuevas tecnologías, sobre todo los primeros días hasta que se incorporan totalmente a su puesto… Funcionan por objetivos, no como muchas trabajadoras que tienen que estar presentes en su puesto".

Y sin duda, aunque muchos no lo admitan, existen presiones invisibles: el miedo a perder el puesto o el temor a no ser promocionada condiciona decisiones tan trascendentales de la vida. De hecho, la ministra de Justicia francesa Rachida retomó sus responsabilidades tras anunciar su jefe, el presidente francés Sarkozy, cinco días después de dar ella a luz, una profunda reforma del sistema judicial. Además, existía otro pormenor: la remodelación del Gobierno, del que ella podía quedar fuera.

"Es una responsabilidad y unas presiones mal entendidas -apunta la profesora del IESE Nuria Chinchilla-. Muchas mujeres que ocupan altos cargos pueden tomar las decisiones desde casa y delegar el resto del trabajo durante la baja maternal". Sin duda, "puede tratarse de presiones interiorizadas por uno mismo", como explica Celia de Anca, directora del Centro de Gestión de la Diversidad del IE Bussines School. "Es una cuestión de poder elegir. Nadie obliga a cumplir la totalidad de la baja por maternidad", señala. En efecto, la ley concede 16 semanas por la llegada de un hijo, las seis primeras obligatorias para la recuperación física de la madre. Las diez restantes, pensadas para el cuidado del bebé, pueden ser compartidas con el padre.

En la otra cara de la moneda se encuentra un 30% de ejecutivas que renuncia al cargo por no poder atender su trabajo y la crianza de sus hijos. Y es que el sentimiento de culpabilidad se hace presa de muchas de ellas: el hecho de no estar al cien por cien en cada una de las facetas que desarrollan, como madre y como profesional.

Fuente: ABC

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