En 1989, un equipo alemán que trabajaba en la necrópolis real de Abidos descubrió una tumba de un rey prehistórico datada en el
Con el artículo que ahora publica el Dr. Jiménez Serrano, que en la actualidad dirige una excavación en la necrópolis faraónica de los nobles de Asuán, se sientan las bases de un nuevo sistema que parte de un análisis que considera mucho más simplificado la primitiva escritura jeroglífica. Éste se basaría en la existencia de logogramas y signos fonéticos. Éstos últimos facilitarían la lectura de los primeros. Todo ello significa que la escritura jeroglífica no había desarrollado en ese momento otro grupo de signos característicos en la escritura jeroglífica posterior que son conocidos como determinativos. La ausencia de este tipo de signos es en cierto modo lógica puesto que el número de palabras escritas en jeroglífico en esa época era muy reducido y no habría problemas de homofonía y, por lo tanto, las confusiones serían mínimas.
Al extenderse el uso de la escritura en la administración durante los cien años siguientes, aumentó el número de palabras que necesitaban ser escritas y, por tanto, se incrementó la posibilidad de que una misma palabra tuviera más significados. Ello fue solucionado con el aumento del número de fonogramas, de logogramas y con la creación de los determinativos. De esta forma, la escritura jeroglífica estaba totalmente desarrollada en torno al
Este nuevo sistema de lectura, de los más antiguos signos jeroglíficos, permite a los investigadores traducir las palabras escritas más antiguas del mundo y conocer con mayor profundidad cómo se desarrolló y cimentó la civilización que quinientos años después, con la ayuda del sistema de escritura jeroglífica, pudo construir las famosas pirámides.