El documento ofrece la información que los propios ministerios de Educación proporcionaron a estas agencias de Naciones Unidas, al Banco Mundial y a la OCDE en la encuesta global sobre las respuestas nacionales en materia de educación frente a la COVID-19, así como datos de otros instrumentos de monitoreo, a través de los cuales se identificaron prácticas comunes, actividades y programas realizados durante ese periodo.
En su análisis, la publicación revisa la información de apertura de escuelas en 2021; luego repasa las principales medidas reportadas por los países para planificar la reapertura de escuelas y promover una mayor presencialidad. Asimismo, aborda las medidas para enfrentar las brechas de aprendizaje y dedica un espacio a las poblaciones expuestas a situación de vulnerabilidad y las medidas de apoyo a los docentes. El texto, además, examina temas de financiamiento educativo de cara a los desafíos para el año 2022.
Jean Gough, Directora Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, dijo “No hay recuperación sin los niños y las niñas más vulnerables. Debemos invertir ahora en su educación, y a gran escala, para garantizar un futuro mejor para toda la región.”
Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago) manifiesta que «La publicación resalta que un número bajo de países ha incorporado en sus planes de respuesta a la COVID-19 medidas específicas que aborden las brechas de aprendizaje de grupos más vulnerables, como aquellos estudiantes en riesgo de abandono, estudiantes de niveles socioeconómicos más bajos, inmigrantes, refugiados y minorías. Es urgente que los países de la región levanten información sobre el impacto diferenciado que ha tenido la pandemia en estos grupos e implementen políticas de apoyo inclusivas que aseguren el derecho a la educación de todos y todas».
La implementación de evaluaciones diagnósticas y formativas en las escuelas es clave en un escenario en el que es necesario flexibilizar las condiciones de aprendizaje. Definir las políticas de recuperación de aprendizajes. La necesidad de incrementar el personal docente y de apoyo. La formación del profesorado no solo en el ámbito pedagógico sino en el nuevo contexto de salud mental y bienestar emocional del mundo post pandémico, para lo que será necesario un sólido compromiso de los Estados en la repartición de los recursos.
Antes de 2020 se preveía que los países difícilmente lograrían invertir lo necesario para alcanzar las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, y la pandemia empeoró esta situación. Una buena señal es que, de acuerdo con la encuesta, el 42% de los países reportan un aumento del gasto público en educación. Asegurar la sostenibilidad de estas medidas y lograr acuerdos nacionales para financiar el proceso de recuperación es de vital importancia para garantizar el resto de las iniciativas, aseguraron desde la UNESCO y UNICEF.
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000381715/
https://es.unesco.org/monitoreo-planificacion