Entre otras iniciativas, tanto alumnos como profesores han ayudado a impulsar proyectos en países como India, Honduras, Nicaragua, Egipto o Ghana, tanto colaborando con organizaciones que trabajan en la zona como llevando a cabo iniciativas propias de los alumnos.
Así, los miembros de la comunidad universitaria han contribuido a mejorar las infraestructuras de algunas de las zona, a fin de garantizar el acceso a agua potable o al suministro de energía y han colaborado en la mejora de las comunicaciones entre poblaciones y en la difusión de la cultura de la paz o prestando apoyo en puestos de salud. Asimismo, han llevado a cabo otras iniciativas para impulsar la práctica deportiva en algunas zonas como "instrumento de cambio social".
La universidad ha indicado que tanto alumnos como profesores se han "implicado" en la organización de los programas en que han participado y han recibido formación para ello. En este sentido, ha destacado la "oportunidad" que supone para los estudiantes el orientar su proyecto final de la carrera hacia una causa benéfica, colaborando con las organizaciones de desarrollo.
En este sentido, la responsable del Plan de Sostenibilidad Curricular, Laura Gómez Cuesta, ha explicado que, a través del compromiso social, la institución busca los estudiantes desarrollen "competencias básicas coherentes con la sostenibilidad" que, en el futuro, "les permitirán tomar decisiones de forma adecuada en su vida personal y profesional y contribuir a un desarrollo humano sostenible".
Por su parte, la profesora de la Escuela Politécnica Olga Bernardo ha señalado también que este tipo de iniciativas ayudan a que los jóvenes puedan "aplicar los conocimientos adquiridos en el aula en un ambiente distinto al habitual y en condiciones de precariedad, lo que –a su juicio– obligan a adquirir unas habilidades y competencias vinculadas al desarrollo de su formación y su aplicación".
