En un futuro próximo, ninguna escuela de negocios podrá “andar por ahí” sin su respectiva universidad al lado. Las exigencias de Bolonia para el 2010 dictan que estas instituciones se adscriban o pertenezcan a alguna universidad.
Algunas llevan años funcionando así, por el simple hecho de que muchas escuelas de negocios nacen en el seno de un campus universitario; como es el caso de la Universidad de Navarra y el IESE.
Más atípica y única ha sido la historia de la recién nacida IE University, creada el año pasado a partir de la compra por parte del IE Business School de la antigua universidad SEK.
Otras, la mayoría de los casos, tratan ya de simplemente arrimar el hombro a las universidades a través de acuerdos y convenios, como es el caso de ESADE, que el curso entrante impartirá su grado en Dirección de Empresas la universidad Ramón Llull; EAE, adscrita a la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) o ESERP, adscrita a la Universitat de Vic, a la Camilo José Cela y a la Rey Juan Carlos de Madrid.
Y pese a sus diferentes biografías, si algo deberán tener en común todos estos matrimonios de conveniencia es una exigencia fundamental del Plan Bolonia: la obligación de permanecer en estrecho contacto con el mundo empresarial, así como favorecer y velar por la movilidad de sus estudiantes.