Cuando una empresa cambia su logo ábrela veda a nuevas estrategias, como antesalas para lanzar nuevos productos. Un logo busca transmitir iideas de la empresa a sus consumidores, pues la imagen de marca es cada día más importante y valiosa en el mundo de los intangibles, sobre todo si ha de servir de cobertura a una empresa tan implantada desde que en el año 1937 lanzaba el logo a partir del cual se han desarrollado los ochos siguientes, como refleja la ilustración. El de 2019 será el décimo y necesitará mayor transformación que los anteriores, a juicio de los expertos en marketing.
Otros especulan que, a la vista del historial de cambios en el diseño del logo de la firma alemana, lo más probable es que no asistamos a una revolución. Al menos hasta ahora la costumbre se centra en restylings y cambios generacionales muy comedidos.
En 1937, justo cuando empezó la Segunda Guerra Mundial, la imagen de Volkswagen no se parecía tanto a la actual, porque contaba con aspas a modo de cruz gamada. Se notaba que estaban en el Tercer Reich, así que las cosas no cambiaron hasta 1948, cuando Adolf Hitler ya no hacía de las suyas y la “V” y la “W” integraron el logo como iniciales de Volks y Wagen (coche del pueblo).
Volkswagen quiere convencer a sus clientes, desde que recibió dicho nombre, con la calidad adecuada a los precios, aunque a partir de ahora la aplicación de las nuevas tecnologías puede deparar a sus clientes más comolidad, más seguridad y experiencias de viaje saludables.
Según apuntó Jochen Sengpiehl, director de Marketing de VW en una rueda de prensa en Berlín, el logotipo se actualizará para funcionar tanto en vehículo como en pantallas de Smartphones. "La marca no está en buena forma en comparación con años anteriores por tratar de ser demasiado alemana, no solo por el escándalo del diésel", justificó el directivo.
Además de rodearse de las mejores agencias de comunicación, publicidad y marketing para desarrollar una nueva imagen y una estrategia global, según Bloomberg, la compañía prevé instalar el centro de marketing en sus principales mercados, para adaptar sus mensajes y acciones al territorio para que la población los integre más rápido.
El cambio también se debe a la intención de la casa germana de refrescar su imagen y convencer a los consumidores más escépticos de los beneficios de adquirir un coche de batería en detrimento del motor tradicional. Se trata "del gran desafío", tal y como lo ha definido Sengpiehl.
Para ello, Volkswagen anunció recientemente una inversión de 20.000 millones de euros en electromovilidad hasta 2030 y su intención de quintuplicar el número de fábricas que posee para producir cero emisiones desde ahora hasta 2022.
