jueves,18 agosto 2022
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¿Piensan los políticos en las personas y el bien común?

Y mientras tanto…, España sigue en paro

Gobierno y bien común
¿Es posible comparar la situación y actitud de una persona que se queda en paro con un país como España, que vio en menos de un año multiplicada por tres su tasa de desempleo? En este artículo analizo cómo las personas somos mucho más activas y sensatas que los gobiernos y partidos.

Espero que sirva para la reflexión positiva. Comencemos.

 

¿Qué hace una persona cuando se queda en paro?

 

Todos conocemos la respuesta ya que el proceso suele ser siempre bastante parecido. Además, en los últimos años en España un tercio de la población activa ha pasado por ese proceso y casi todos tenemos amigos y familiares que han tenido que superar el shock de quedarse en el desempleo. El proceso que siguen estas personas puede sintetizarse en cuatro fases claramente diferenciadas.

 

1. Período de shock

Los primeros días e incluso semanas se pasa por lo que podemos llamar un estado de shock, en especial cuando el despido era inesperado o cuando el sector en el que la persona estaba especializada está en crisis y no ofrece oportunidades de recolocación. Muchas emociones afloran y la cabeza no piensa con claridad. Somos humanos y este estado es normal y debemos aceptarlo como tal. Eso si, como humanos somos capaces de superarlo y pasar a la siguiente fase.

 

2. Reducir gastos

Las cuentas no salen. Al desaparecer el único o uno de los principales ingresos familiares los costes superan a los ingresos y los ahorros no dan para mucho. Toca reducir gastos y aplicar alguna medida de "austeridad". Esto suele hacerse en el primer mes o primeros dos o tres meses tras el despido. Ya no se puede salir a cenar cada fin de semana. Toca reducir algunos caprichos y revisar muy bien todas las partidas de gastos para ver cuales pueden reducirse sin afectar a la calidad básica de vida de la familia. Incluso lo crítico de la situación puede conllevar algo positivo y llevarnos a tomar esa decisión siempre aparcada y que será a la larga beneficiosa como, por ejemplo, dejar de fumar.

 

3. Nueva estrategia

Pero sabemos que reducir gastos no es suficiente y además es duro. El sentido común de todas las personas les lleva a pensar en una nueva estrategia. En paralelo con la reducción de gastos, en los primeros meses nos ponemos a pensar en como reconducir nuestro futuro. Como todo diseño estratégico, primero hay que hacerse las preguntas clave ¿Qué oportunidades tengo con mi perfil? ¿qué me gustaría hacer? ¿necesito formarme o aprender algo nuevo para ampliar mis oportunidades? En definitiva ¿Y ahora a qué me dedico? Hablamos con amigos, con expertos de los servicios de empleo, nos informamos en internet y vamos dando forma a nuestra estrategia. De nuevo, esta fase puede llevarnos a sacar algo positivo de la situación. Quizá este es el momento de dedicarnos a eso que siempre quisimos y, por aquello de la seguridad que aporta un empleo teóricamente estable, nunca nos atrevimos a hacer. De este modo, nuevas alternativas como emprender un negocio propio o estudiar un oficio vinculado a nuestra pasión personal aparecen como opciones viables en nuestra estrategia.

 

4. Plan de Acción

Una vez definida la estrategia llega la hora de pasar a la acción. Como toda buena estrategia, las personas suelen centrarse en objetivos concretos pero también ser flexibles e ir adaptando el plan de acción según surgen nuevas oportunidades: Formación, investigación sobre un sector en el que nos interesa trabajar, analizar que empresas pueden ser el objetivo para la búsqueda de empleo, ver que portales ofrecen más oportunidades acordes a nuestro perfil, hacer un buen CV con al apoyo de amigos y expertos, ensayar una entrevista de trabajo o aprender como emprender cierto negocio son parte de las actividades que se incluirán en el plan de acción.

 

¿Qué tienen en común este proceso individual y el proceso que debería seguir un país cuyo paro se multiplica por tres de manera repentina?

A nivel de proceso, todo.

 

En el año 2008 "España se quedó en paro". Pasar de un 8% a un 25% de paro total con una tasa de desempleo juvenil cercana al 50% puede ser asimilado al caso de una familia en la que una persona que aporta un importante ingreso a las cuentas familiares se queda en paro afectando seriamente a toda la economía familiar. La crisis del modelo económico internacional, unida a la elevada dependencia nacional del sector de la construcción, envío a millones de personas en España al paro en unos pocos meses. ¿Cómo han actuado los sucesivos gobiernos y los partidos políticos ante esta situación? Analicémoslo.

 

Período de shock

Todos recordamos como el Presidente Zapatero y su gabinete "negaron la mayor" durante muchos meses. Para ellos no había crisis. Si hubieran sido una persona, al ver como esa persona negaba el "haberse quedado en paro", sus amigos y familiares la habrían recomendado acudir a algún especialista para que entendiera lo que la estaba ocurriendo y saliera de su estado de shock. Afortunadamente, finalmente acabaron reconociendo la dura situación del país. Hoy, el PP parece sufrir la misma enfermedad manifestada a través de su ya tradicional "España va bien".

 

Reducir gastos

Tanto el gobierno del PSOE como el nuevo gobierno del PP entendieron que lo primero que hay que hacer al "quedarse en paro" es reducir gastos. Lo que quizá no entendieron ninguno de los dos, es que se deben reducir los gastos innecesarios y mantener aquellos que afectan a la calidad de vida de la unidad familiar. Dejo aquí este comentario ya que ambas políticas de austeridad darían para un único artículo, o incluso más.

 

Nueva estrategia y Plan de Acción

Estas dos importantes fases para salir del paro y reconducir la vida, en este caso, de todo un país, es donde PSOE, PP e incluso las nuevas formaciones políticas como Podemos y Ciudadanos, a mi entender, han fracasado o ni siquiera han pensado en ellas. Si analizamos las acciones realizadas por PSOE y PP y los programas políticos de las formaciones emergentes, encontramos que su estrategia de "búsqueda de empleo" es prácticamente inexistente. Las principales acciones o propuestas de todas ellas se centran entorno a la macroeconomía y la llamada ingeniería fiscal. Que si subir o bajar un impuesto a las empresas o a las personas, que si subir o bajar la inversión pública aquí o allá, que si pasar esta partida presupuestaria de un concepto a otro. Con independencia de cual es el enfoque más adecuado para cada una de estas políticas, todas ellas no sirven para nada sino se afrontan las preguntas verdaderamente importantes, que son idénticas a las anteriormente mencionadas.

 

Y ahora, ¿a qué me dedico como país?

¿Qué oportunidades tengo con mi perfil como país? ¿qué me gustaría hacer? ¿necesito formarme o aprender algo nuevo para ampliar mis oportunidades? En definitiva: Y ahora, ¿a qué me dedico?

 

En un país altamente dependiente del ladrillo y en el que el sector industrial se ha ido destruyendo en los últimos quince años – destrucción apoyada desde lo público al fomentar la deslocalización de la industria a terceros países con subvenciones del ICEX y otras agencias – es obvio que en algún momento tocaba pensar en ¿Y ahora a qué me dedico? ¿En qué somos buenos como país? ¿cuáles son nuestros puntos fuertes? ¿cuales son las tendencias y las oportunidades para nosotros en la economía mundial? y en función de ello ¿qué sectores potenciar de manera coordinada desde el gobierno central? ¿qué sectores potenciar en cada región e incluso localidad en función de sus diversas potencialidades? ¿cómo involucrar al sector empresarial, a los autónomos, al tercer sector y a la sociedad civil en esta estrategia conjunta? En definitiva, ¿qué nuevo modelo económico queremos seguir, cuales son sus principios, valores, estrategias y planes de acción a desarrollar de manera coherente y coordinada?

 

Este análisis no ha existido en ya ¡ocho años! por prácticamente ninguno de los partidos políticos de nuestro país.  No puedo dar respuesta a todas esas preguntas en un solo artículo, pero si me gustaría enumerar algunas pistas para dejar claro que España y sus regiones tienen muchísimo potencial y que tenemos una oportunidad histórica para repensar nuestro modelo económico. Aquí algunas pinceladas.

 

Nuevos modelos económicos

La sociedad mundial está cambiando y con ella la forma de entender la economía. Agotada por la avaricia y violencia generada por el actual modelo económico – fundamentado en una competitividad en la que solo unos pocos pueden ganar y muchos pierden – la ciudadanía se ha abierto a nuevos modelos económicos orientados a las personas y respetuosos con el medio ambiente tales como la Economía del Bien Común, la Economía Social y Solidaria, la Economía Circular y modelos innovadores y basados en las relaciones entre las personas tales como la Economía Colaborativa. Estos modelos, en su conjunto, aportan valores y fundamento a una estrategia país con la que salir de nuestra situación de "paro nacional". Todos ellos conforman un nuevo modelo económico viable y que nos puede diferenciar y aportar grandes ventajas.

 

Creación de una identidad país en cuanto al modelo económico. ¿Imaginas que otro país, pongamos como ejemplo Italia o Portugal, lanzará la siguiente estrategia y campaña?

 

"Vamos a ser el país que liderará la economía mundial en cuanto a una economía coherente con los valores de las personas y por lo tanto, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París sobre Cambio Climático y otras convenciones internacionales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos. A partir de ahora, todas nuestras políticas serán coherentes con estos valores y objetivos."

 

¿No podría ser España ese país? A partir de esta declaración de intenciones, sería fácil vislumbrar una estrategia que potenciara sectores específicos, con influencia directa en la microeconomía y, por lo tanto, en la vida de las personas. Veamos tan solo unos ejemplos y pinceladas.

 

Autosuficiencia y sostenibilidad en la alimentación, vestido y vivienda, es decir, en aquellos sectores clave para la vida de las personas. Alimentación ecológica, recuperación del sector textil diferenciándose y liderando el mercado internacional de la emergente "moda ética" y potenciación de la bioconstrucción, la rehabilitación ecológica y el urbanismo sostenible a todos los niveles.

 

Autosuficiencia energética. Fomento de la soberanía energética, las energías limpias, la energía distribuida y la eficiencia energética. De este modo, aumentando nuestra autosuficiencia y resiliencia frente a las crisis internacionales tanto energéticas como económicas.

 

Conocimiento, innovación y emprendedurismo por el bien común. La sostenibilidad se fundamenta en ser capaces de generar y retener conocimiento y, a partir de este, potenciar la innovación y facilitar el emprendedurismo fundamentado en valores y la contribución al bien común (de manera opuesta al emprendedurismo orientado al egoísmo y la avaricia personal). 

 

Vida saludable. Repensar el sistema de salud transitando desde el actual modelo correctivo a un modelo preventivo en el que la calidad de vida de las personas sea lo primero. Alrededor de esta estrategia se podrían potenciar muchas actividades del sector servicios orientadas a jóvenes, adultos y mayores y que generarían crecimiento económico sin impacto en el medio ambiente.

 

Soberanía económica, bancaria y financiera. Ser líderes en las nuevas tendencias e cuanto a creación y democratización del dinero así como la banca y las finanzas éticas De este modo, se minimizaría la dependencia de los fluctuantes mercados internacionales y se involucraría a la ciudadanía en la creación de un sistema bancario-financiero fundamentado en valores y desde abajo hacia arriba.

 

Estos son solo algunos ejemplos de cómo diferenciarse como país y encontrar nuestro lugar en la esfera internacional. El resto de políticas fiscales, territoriales y de inversión estarían alineadas con los mismos valores y, de este modo, la macroeconomía y la ingeniería fiscal serviría a la microeconomía y las personas y no al revés.

 

 

Además, a pesar de ser una persona viajera que ama muchos otros lugares de este maravillosos planeta, mi corazón y mi cabeza me dicen que España podría ser el país que liderará el cambio de paradigma que este planeta nuestro esta demandando. Ese cambio va a ocurrir, ya está ocurriendo. Es cuestión de nosotros como ciudadanos y de nuestros representantes políticos decidir si, una vez más, llegaremos tarde al cambio o, por el contrario, queremos liderar ese cambio de modelo que beneficiará no solo a la ciudadanía española sino a los habitantes de todo el planeta. En mi opinión, liderar la transición hacia este nuevo modelo económico sería un bello y beneficioso empleo para España.

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