viernes,19 agosto 2022
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Proyecto Nanoate

«Ya no somos los becarios, ahora somos los jefes»

Celia Baña
Ruy Sanz, Miriam Jaafar, Vicente Perez, Oscar de Luis y José Antonio Mas componen el equipo de Nanoate, un proyecto emprendedor en el área de la biotecnología que recibió el pasado mes de noviembre el premio especial Centro de Iniciativas Emprendedoras (CIADE).Esta joven empresa cuyo proyecto está destinado a mejorar las técnicas diagnósticas actuales ya cuenta con alojamiento en el Parque Científico de Madrid. Ibercampus.es ha hablado con sus creadores para conocer de primera mano sus valiosas impresiones.

 

P.- ¿Podíais explicar a nuestros lectores en qué consiste vuestro proyecto?

R.- Nuestro proyecto consiste en emplear técnicas avanzadas de nanolitografía para dos aplicaciones que parecen alejadas pero que para nosotros se dan la mano: Calibración de equipos de microscopia electrónica y atómica, y generar superficies nanoestructuradas para aplicaciones biomédicas con la posibilidad de fabricación a medida de cada cliente.

P.- ¿De qué forma os ha ayudado u os está ayudando el CIADE para poner en marchar vuestra idea emprendedora?

R.- La ayuda que nos han proporcionado ha sido y es muy valiosa. Desde asesorarnos en temas económicos y de gestión, aspectos jurídicos, problemas de incompatibilidades, informarnos de cursos, ponernos en contacto con gente interesada en nuestro proyecto y con entidades como Madri+d que nos ha dado acceso a foros de inversión especializados. Además, lo cual es muy importante, el trato ha sido siempre muy personalizado, muy cercano y con mucha confianza.

P.- ¿Crees que se dan las suficientes facilidades a los emprendedores para poner en marcha sus iniciativas? ¿Qué barreras habría, a tu juicio, que retirar?

R.- Actualmente se está haciendo el esfuerzo de potenciar la creación de EBT ya que es el futuro de la economía y de la investigación. Todavía se tienen que quitar trabas (tipo incompatibilidades del personal que trabaja al servicio de las Adm. Públicas, mala opinión por parte de algunos elementos de la comunidad científica… pero se está trabajando en ello. Se están poniendo en marcha diversas ayudas, formas de financiación, programas de contratación de personal, etc…

Por otra parte un aspecto importante y que nos afecta directamente en nuestro caso es que en los planes de fomento de EBT no contemplan que no haya una patente a nombre de la institución, y menos aún que personal predoctoral o no contratado/funcionario sea el promotor de los proyectos. Por tanto, estas instituciones pierden la oportunidad de aprovechar el personal que ha costado tanto tiempo y dinero en formar. Sin contar con la oportunidad de generar más riqueza por medio de la creación de empresas de alta tecnología. Creemos que es la falta de flexibilidad lo que limita la creación de empresas en este momento.

Afortunadamente Parque Científico de Madrid y la Universidad Autónoma, por medio de su fundación, ha creído en nosotros y nos está apoyando, no solo con buenas palabras…

P.- En vuestro caso, ¿ha sido difícil convertir una idea emprendedora en una empresa?

R.- De momento lo más difícil para nosotros ha sido lo de echar números y cambiar el chip del laboratorio a la empresa: ya no somos los becarios, ahora somos los jefes y sobre todo darnos cuenta que ya no juegas con el dinero público de un proyecto de investigación, si no que juegas con tus recursos, en nuestro caso los ahorros de varios años, y los recursos de las personas y empresas que han visto futuro en tu idea, lo que supone una responsabilidad enorme. Seguro que nos iremos encontrando más dificultades según vayamos avanzando, por eso ya estamos siguiendo cursos específicos de formación empresarial para estar lo mejor preparados para afrontarlas.

P.- La nanotecnología es una de las áreas de investigación más pujantes y con más posibilidades…

R.- La nanociencia y la nanotecnología han irrumpido con fuerza en los últimos años como uno de los pilares de la investigación actual, tanto desde el punto de vista fundamental como también aplicado. Sin mencionar los nuevos efectos que ocurren en la nanoescala, su importancia se puede explicar mediante sus aplicaciones más conocidas. En electrónica se resume en un concepto simple: Los dispositivos más pequeños son más rápidos, consumen menos energía y pueden incluirse un número mayor de ellos en espacios más reducidos, lo que redunda en mayor eficiencia a un precio menor. De una forma similar se puede ampliar a las aplicaciones biomédicas en donde en muchos casos la disponibilidad de material biológico está limitada, luego si se usan dispositivos de análisis que necesitan poco material biológico y, además estos te permiten analizar un mayor número de parámetros en un mismo test, se reduce de manera asombrosa los tiempos necesarios para estos análisis y aumenta la eficiencia de los mismos. Otra de las aplicaciones en el que se esta avanzando rápidamente es en la modificación de las superficies de materiales, para mejorar su biocompatibilidad (en el caso de implantes médicos) o simplemente para que sean más fáciles de limpiar o presenten mayor adherencia. Tampoco hay que perder de vista aplicaciones en generación de energía como catalizadores que reduzcan emisiones y células solares más baratas y eficientes. En todas las aplicaciones mencionadas ya hay empresas que ofrecen “nanoproductos” e incluso hay algunos que están a disposición del gran público. Como muestra dos ejemplos: Una conocida marca de electrónica ya incluye nanotransistores, menores que 50 nm, en sus chips para portátiles, y otra que vende un líquido para no resbalarte en la bañera.

Uno de los valores de la nanotecnología es la multidisciplinaridad, incluso se está diciendo que es la nueva revolución industrial. España perdió o se subió tarde a los trenes anteriores de desarrollo tecnológico. Ahora mismo no se puede permitir el lujo de subirse tarde, máxime cuando la generación de científicos e ingenieros actuales son las más preparadas de su historia.

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