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Para reducir diferencias en ciencia,tecnología e innovación

Así es la recomendación UNESCO para la ciencia abierta, consenso mundial a aprobar en noviembre2021

Redacción/ actualizada en sus enlaces 14-6-2021
Se acaba de publicar el proyecto de Recomendación sobre la Ciencia Abierta de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), instrumento normativo internacional impulsado por la 40ª reunión de la Conferencia General, que reunió en noviembre de 2019 a 193 países. El texto final tendrá que ser aprobado por los Estados Miembros de la UNESCO en su Conferencia General de noviembre de 2021,para reducir diferencias en ciencia, tecnología e innovación.

Tras una amplia consulta mundial, la UNESCO presentó el miércoles 30 de septiembre a sus 193 Estados Miembros un proyecto de Recomendación sobre la Ciencia Abierta (Hacia una recomendación de la UNESCO sobre la ciencia abierta: crear un consenso mundial sobre la ciencia abierta), un importante paso para facilitar la cooperación internacional y el acceso universal al conocimiento científico.

A finales de 2019, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura estableció una Alianza Mundial para la ciencia abierta ( The Global Alliance of Open Access Scholarly Communication Platforms (GLOALL) que reúne entre otros socios a academias, universidades, bibliotecas, editoriales y jóvenes investigadores, siguiendo la hoja de ruta adoptada en noviembre de ese año en su 40ª Conferencia General y tras la iniciativa impulsada en abril por seis plataformas ( AmeliCAAJOLÉruditJ-STAGEOpenEdition, and SciELO Network Y). Un Comité Científico, compuesto por 30 expertos de todo el mundo, fue encargado por la UNESCO de preparar un borrador preliminar de la Recomendación sobre la Ciencia Abierta tras una consulta mundial a expertos, ciudadanos, ONG y organismos de las Naciones Unidas.

El proyecto de recomendación recién presentado refleja la riqueza de opiniones, propuestas y expectativas expresadas durante las consultas. En su calidad de instrumento de derecho internacional, el proyecto acordado tiene en cuenta los retos a los que se enfrenta la comunidad científica en su conjunto, pero también las especificidades regionales, en particular en África. De manera general, reconoce el potencial revolucionario de la ciencia abierta, destacando su importancia para salvar las brechas digitales, tecnológicas, de género y de conocimientos que pueden existir entre los países, pero también entre las personas de un mismo país. Además, el texto subraya que lograr la necesaria transición hacia una ciencia abierta, cuyos primeros pasos se dibujan en el proyecto, requiere una transformación de la cultura científica, que deberá favorecer un enfoque colaborativo más que competitivo y tener en cuenta la dimensión ética en los procesos de creación científica.

Este proyecto de Recomendación  es un momento esencial en la construcción del consenso internacional en torno a la ciencia abierta y sus promesas: una ciencia más inclusiva, más cooperativa y también más innovadora, una ciencia que pueda desplegar todo su potencial y sea capaz de responder a los grandes desafíos de nuestras sociedades contemporáneas, como el calentamiento global, la lucha contra el colapso de la biodiversidad y la lucha contra las pandemias, declaró Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO

El proyecto incluye una propuesta de definición de la ciencia abierta, sus objetivos, un marco de valores y principios compartidos y un análisis de los esfuerzos necesarios para lograr aprovechar el vasto potencial de la ciencia para la sociedad, incluidos los sistemas de conocimientos de los pueblos indígenas. El texto final tendrá que ser aprobado por los Estados Miembros de la UNESCO en la próxima Conferencia General, en noviembre de 2021.

¿Por qué la ciencia abierta como instrumento normativo internacional?

En el contexto de los apremiantes desafíos planetarios y socioeconómicos, las soluciones sostenibles e innovadoras requieren esfuerzos científicos eficientes, transparentes y dinámicos, no solo de la comunidad científica, sino de toda la sociedad. Para asegurar que la ciencia beneficia realmente a las personas y al planeta y no deja a nadie atrás, es necesario transformar todo el proceso científico. La ciencia abierta es un movimiento que pretende hacer la ciencia más abierta, accesible, eficiente, democrática y transparente. Impulsada por los avances sin precedentes en nuestro mundo digital, la transición hacia la ciencia abierta permite que la información, los datos y los productos científicos sean más accesibles (acceso abierto) y se aprovechen de manera más fiable (datos abiertos) con la participación activa de todas las partes interesadas (apertura a la sociedad).

Al alentar a que la ciencia esté más conectada con las necesidades de la sociedad y promover la igualdad de oportunidades para todos (científicos, innovadores, encargados de la formulación de políticas y ciudadanos), la ciencia abierta puede marcar un punto de inflexión para hacer efectivo el derecho humano a la ciencia y reducir las diferencias en materia de ciencia, tecnología e innovación entre los países y dentro de ellos.

Sin embargo, en el fragmentado entorno científico y político, todavía falta una comprensión global de lo que significa la ciencia abierta, así como de las oportunidades que ofrece y los retos que plantea. En consecuencia, la UNESCO está tomando la iniciativa en la creación de un consenso mundial sobre la ciencia abierta, que incluye una definición común, un conjunto de valores compartidos y propuestas de acción.

La ciencia abierta tiene el potencial de transformar todo el proceso científico. El movimiento de la ciencia abierta ha surgido de la comunidad científica y se ha extendido rápidamente de un país a otro, pidiendo que se abran las puertas del conocimiento. Inversores, empresarios, encargados de formular políticas y ciudadanos se están sumando a este llamamiento.La cuestión ya no es si la ciencia abierta es una realidad, sino más bien cómo todos pueden contribuir a esta transición y beneficiarse de ella.

La UNESCO, en su calidad de organismo de las Naciones Unidas con un mandato en la esfera de las ciencias, es la organización mundial legítima capacitada para definir una visión coherente de la ciencia abierta y un conjunto compartido de principios generales y valores comunes. Por ello, en la 40ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO, los 193 Estados Miembros encomendaron en noviembre de 2019 a la Organización que elaborara un instrumento normativo internacional sobre la ciencia abierta en forma de una recomendación de la UNESCO en la materia. Esa 40ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO (12-27 de noviembre de 2019) aprobó un nuevo marco mundial de Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS para 2030) que se aplicará en el decenio 2020-2030, que sucede al Programa de Acción Mundial sobre la EDS (GAP, 2015-2019).

Las recomendaciones de la UNESCO son instrumentos jurídicos en los que “la Conferencia General [formula] principios y normas destinados a reglamentar internacionalmente una cuestión, e [invita] a los Estados Miembros a adoptar cualesquiera medidas legislativas o de otro carácter que sean necesarias según las particularidades de las cuestiones de que se trate y las disposiciones constitucionales de cada Estado para aplicar en sus respectivos territorios los principios y normas formulados”. Dimanantes del órgano rector supremo de la Organización, las recomendaciones tienen por objeto influir en el desarrollo de leyes y prácticas nacionales.

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