jueves,18 agosto 2022
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El milagro asiático posee dinamismo y crecimiento

Asia Oriental encabeza la economía global tras la recesión

Armengol Mbá
Las economías en desarrollo de Asia oriental tendrán un crecimiento sostenido este año del 5,5%, aunque las políticas en evolución del presidente estadounidense Donald Trump son una incertidumbre importante, según el Fondo Monetario Internacional. Este mismo señala que con este ritmo de crecimiento, las economías de la región de Asia liderarán el crecimiento global en los próximos 20 años.

Según elEconomista.es Asia Oriental lidera el crecimiento mundial 20 años después de una crisis financiera que hizo sucumbir a gran parte de sus economías, pero de la que salieron reforzadas a base de reformas y una mayor integración regional.

El 2 de julio de 1997 el Banco de Tailandia agotó sus reservas de divisas y se vio obligado a flotar el baht, la moneda local, que como otras de la región, mantenía hasta entonces un cambio fijo con el dólar estadounidense.

Esa decisión marca el inicio de la crisis financiera asiática que se propagó rápidamente por la región, golpeando sobre todo a Corea del Sur, Indonesia, Malasia y Filipinas.

Tailandia había fijado unos altos tipos de interés para atraer inversión extranjera, pero esto alentó también la demanda de crédito en el exterior del sector inmobiliario, lo que creó una burbuja que estalló cuando EEUU subió sus tipos e invirtió el flujo de capital.

La decisión del banco central tailandés hizo que el baht perdiera en cinco meses la mitad de su valor.

La depreciación fue aun mayor en Indonesia, donde la rupia cayó más de un 80 %, y originó una serie de protestas y disturbios que acabaron forzando la caída del general Suharto tras tres décadas en el poder.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) aportó 117.000 millones de dólares, la mitad de ellos en los países de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ASEAN), cuyo PIB se contrajo en un año 220.000 millones de dólares.

La recuperación de estas economías se basó en las exportaciones, impulsadas por la devaluación de las monedas, y se afianzó con una mayor integración en la cadena productiva de China, que ingresó en la Organización Mundial de Comercio en 2001.

A la vez, para evitar una nueva debacle estos países llevaron a cabo una serie de reformas que pusieron fin al cambio fijo con el dólar, dieron más autonomía a sus bancos centrales y potenciaron organismos supervisores nacionales y regionales.

 

Uno de estos es la Iniciativa Chiang Mai (CMI), un mecanismo de intercambio monetario que integra a los diez países de ASEAN, China, Japón, Corea del Sur y Hong Kong, y su Oficina de Investigación Macroeconómica ASEAN+3 (AMRO).

"La crisis asiática marcó el inicio de una mayor cooperación regional en abordar choques externos y el impacto del contagio", indicó AMRO en un informe sobre la crisis de 1997 publicado en mayo.

El organismo atribuyó a la "red de seguridad" creada por reguladores la fortaleza que permitió a las economías de la región evitar la severidad de la crisis financiera global de 2008, que les causó una ralentización del crecimiento de la que se recuperaron rápidamente.

 

 La experiencia de 1997 también ha llevado a la región a multiplicar sus reservas de divisas hasta el punto que los países que integran la CMI acumulan el 50 % de las reservas globales, según el estudio.

La crisis de hace 20 años puso fin a tasas de crecimiento de dos dígitos en estos países, lo que les valió el mote de "tigres asiáticos", pero desde principios de siglo vuelven a estar al frente del crecimiento mundial.

Según el FMI este liderazgo de Asia Oriental seguirá en los próximos años, con una previsión de crecimiento del 5,5 % en 2017, si bien los analistas alertan de varios riesgos como el auge del proteccionismo.

"El clima legal global se enfrenta al riesgo de un cambio hacia un enfoque más bilateral de cara al comercio liderado por EEUU, lo que cuestiona la modalidad y los beneficios de la cooperación económica multilateral", alertó AMRO.

Otros riesgos son la volatilidad que puede provocar un aumento de la inestabilidad en China, el rápido envejecimiento de la población o la caída de la productividad.

El gobernador del Banco de Tailandia, Veerathai Santiprabhob, considera que las salvaguardas implementadas hacen improbable una nueva crisis como la de 1997 en el país pero señaló la necesidad de realizar nuevas reformas para relanzar el crecimiento.

"Nuestro motor de crecimiento necesita una revisión que dirija nuestra economía hacia actividades de mayor valor añadido y basadas en la innovación", dijo.

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