jueves,18 agosto 2022
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Invierte en mujeres y vende Animal,Coppertone y Dr.Scholl´s

Bayer pierde 8.059 millones de euros por el glifosato tras admitir que Monsanto espiaba a críticos

Redacción
La pandemia mantiene a la química europea Bayer en el ojo del huracán, a raíz del escándalo casi permanente de primavera y verano pasado en torno a los daños del glifosato: tras absorber a la norteamericana Monsanto, admitió que espiaba y acosaba Informativamente a periodistas e instituciones. Ahora ha tenido que reconocer pérdidas de 8.059 millones de euros hasta julio, aunque después acaba de anunciar que compra la británica KaNDy Therapeutics por 360 millones para crecer más entre mujeres.

La compañía química y farmacéutica Bayer ha llegado a un acuerdo para comprar el laboratorio británico KaNDy Therapeutics por 425 millones de dólares (360 millones de euros) para expandir su oferta de productos destinados a mujeres. En concreto, Bayer destaca el medicamento NT-814, un tratamiento no hormonal destinado a tratar los síntomas frecuentas de la menopausia.

La firma alemana estima que, una vez aprobado, el producto podría alcanzar un volumen de ventas anuales por valor de más de 1.000 millones de euros. Asimismo, si se cumplen ciertos objetivos, el pago total por la empresa podría elevarse hasta los 450 millones de dólares (381 millones de euros). Bayer también realizará pagos adicionales en función de las ventas del medicamento. "Creemos que bajo el control de Bayer, esta potencial medicina revolucionaria puede ser desarrollada óptimamente para ser un opción de tratamiento no hormonal importante para las mujeres que sufren los síntomas de la menopausia", ha indicado la fundadora y consejera delegada de KaNDy Therapeutics, Mary Kerr.

Entre los meses de abril y junio, la empresa ha perdido 9.548 millones de euros respecto al beneficio neto de 404 millones de euros contabilizado en el mismo trimestre de 2019, mientras que su Ebitda antes de atípicos se ha elevado un 5,6%, hasta 2.883 millones de euros. Sus números rojos se han debido al acuerdo extrajudicial (10.233 millones) para zanjar la mayoría de los litigios por el herbicida cancerígeno RoundUp. Este acuerdo se conoció a finales de junio, cuando las demandas ascendían a más de 125.000, más del doble que las que había tres meses antes (52.500), y ha sido el principal motivo de que el impacto negativo de los atípicos haya sido de 13.150 millones.

Sus ventas han ascendido a 22.899 millones (-0.3%). De estas, las del negocio agrícola han aportado 11.636 millones (+3,6%); las del área farmacéutica, 8.538 millones (-2,7% pese al coronavirus, que ha aumentado ingresos de otras farmacéuticas); y las de medicamentos sin receta, 2.599 millones (-8,4%). Dentro del área farmacéutica, destaca el aumento de los anticonceptivos, pues ya representan el 12% de la facturación de este negocio (eran el 11% en el primer trimestre): los DIU Mirena, Kyleena y Jaydess han tenido unas ventas de 504 millones (-18,6%) y las pastillas anticonceptivas Yaz, Yasmin y Yasminelle, 335 millones (+2,8%). Estos productos, que según algunos medios han provocado problemas de salud en algunas mujeres, ocupan el tercer y el quinto puesto de ventas de la división farmacéutica, donde el número uno sigue siendo el anticoagulante Xarelto (2.172 millones, un 11,7% más), seguido de la medicina para ojos Eylea (1.161 millones, un 2,2% menos).

Werner Baumann, presidente del consejo de administración de Bayer, ha señalado que “gracias al crecimiento de nuestro negocio agrícola, incrementamos el Ebitda antes de elementos especiales, y lo hicimos en un entorno difícil” y ha destacado que la compañía está tomando las medidas necesarias para salvaguardar la continuidad de sus operaciones comerciales.

En junio, Bayer dijo que había llegado a un acuerdo extrajudicial de 12.070 millones de dólares (10.233 millones de euros) para cerrar la mayor parte de los litigios en los que estaba involucrada debido a su compra de Monsanto en el año 2018.

Por otro lado, Bayer ha revisado a la baja sus estimaciones para 2020, cuando espera obtener una facturación de entre 43.000 y 44.000 millones de euros, frente a la anterior horquilla de entre 44.000 y 45.000 millones. Su Ebitda antes de extraordinarios podría alcanzar los 12.100 millones, cuando anteriormente esperaba entre 12.300 y 12.600 millones.Bayer también espera que su beneficio ‘core’ por acción se ubique entre los 6,70 y los 6,90 euros, frente a la horquilla de entre 7 y 7,20 euros prevista anteriormente.

Desinversiones en negocio animal Coppertone® y Dr. Scholl's®

Asimismo, Bayer ha completado la venta de la unidad de negocio Animal Health a la compañía estadounidense Elanco Animal Health Incorporated. Las compañías habían firmado un acuerdo a tal efecto en agosto del año pasado. La transacción se ha completado después de cumplir con las condiciones del cierre, incluida la recepción de las aprobaciones regulatorias.Al cierre de la transacción, Bayer recibió 5,17 mil millones de dólares estadounidenses (antes de impuestos) en efectivo después de la deducción de los ajustes habituales del precio de compra, junto con 72,9 millones de acciones ordinarias de Elanco Animal Health, que corresponden al 15,5 % de las acciones en circulación de la compañía estadounidense. Bayer mantiene su intención de vender la participación en Elanco a su debido tiempo. Las acciones están sujetas a ciertos periodos de retención hasta mediados de 2012.

La desinversión del negocio de Animal Health es la mayor transacción de la serie de medidas en su portfolio que Bayer inició en noviembre de 2018. La compañía ya ha completado la venta de las marcas de Consumer Health Coppertone® y Dr. Scholl's® y de su participación del 60% en Alemania del proveedor de servicios Currenta. El antiguo negocio de Animal Health de Bayer tiene alrededor de 4.400 empleados y logró ventas de 1,57 mil millones de euros en 2019. Desarrolla y comercializa productos y soluciones innovadoras para la prevención y el tratamiento de enfermedades en animales de compañía y animales de granja.

Las escandalosas actividades de Monsanto  ante periodistas e instituciones críticas
 
The Guardian informó el año pasado de una serie de documentos internos de Monsanto, fechados en julio de 2015, que demuestran cómo la adquirida por Bayer ha «trabajado durante años para desacreditar a periodistas, políticos, investigadores y activistas que pretendían poner freno a sus actuaciones», si eran críticos con el producto estrella de la compañía, el glifosato, el herbicida más vendido en el mundo y también el más polémico. Monsanto creó un servicio especial dedicado a la vigilancia de sus «enemigos», llamado «Intelligence Fusion center», una expresión utilizada habitualmente «por las células de contraespionaje en sus actuaciones contra los grupos terroristas».

Este servicio se fijó especialmente en el cantante y activista antiglifosato Neil Young y en la periodista estadounidense Carey Gillam, autora en 2017 de un libro sobre el glifosato titulado «WHITEWASH: The Story of a Weed Killer, Cancer, and the Corruption of Science» (Blanqueamiento: historia de un pesticida, el cáncer y de la corrupción de la ciencia).

También utilizó su 'centro de inteligencia y respuesta' para vigilar a una organización sin ánimo de lucro que indaga sobre cuestiones alimentarias. Se trata de un departamento de la empresa denominado con el mismo término que usan el FBI y otros organismos de inteligencia para nombrar sus operaciones de vigilancia y antiterrorismo.
Los documentos, conocidos como 'Los papeles de Monsanto' y que datan en su mayor parte de entre 2015 y 2017, salieron a la luz como parte de la batalla abierta en los tribunales contra los riesgos para la salud provocados por el herbicida RoundUp -nombre comercial del glifosato producido por Monsanto-.
Según señaló 'The Guardian' esos documentos demuestran que:
– Monsanto planeó una serie de "acciones" para atacar el libro de Gillam, incluso antes de que fuera publicado. Llegaron a escribir argumentarios para terceros con los que criticar el libro y dirigir a "agricultores y profesionales" a la hora de publicar críticas negativas sobre el libro en sus redes sociales.
– La compañía pagó a Google para promover que en sus buscadores aparecieran resultados críticos con el libro cuando se tecleara "Monsanto glifosato Carey Gillam". El equipo de relaciones públicas de Monsanto también mantuvo conversaciones internas para ejercer una presión significativa sobre Reuters. Llegó a decir que "continúan presionando a los editores [de Gillam] en cada oportunidad que se presenta" y que esperaban "que la asignaran a otra cobertura".
– Los responsables del 'centro de respuesta' de Monsanto escribieron un largo informe sobre el activismo del cantante Neil Young contra Monsanto, en el que se detallaba su impacto en redes sociales y se consideraba la adopción de 'medidas legales'. Ese 'centro' también siguió de cerca y redactó informes semanales sobre la actividad en redes de la organización no gubernamental US Right to Know (Derecho a saber) o USRTK por sus sigla en inglés.
– Empleados de Monsanto mostraron en repetidas ocasiones su preocupación ante la publicación de noticias sobre las relaciones económicas de la empresa con científicos que podrían ratificar las acusaciones de que 'se encubrían las investigaciones poco favorables'.”

En 2015, el cantante y guitarrista canadiense Neil Young publicaba «The Monsanto Years», un álbum que era una crítica al gigante de la agroalimentación y que fue el desencadenante de una guerra sin cuartel de la multinacional (hoy propiedad de Bayer) contra el músico y otros activistas.

El documento de Monsanto recoge los diferentes artículos aparecidos en la prensa dedicados al álbum de Neil Young, identificando en las letras de las canciones los posibles temas que más interesan al autor, con el objetivo de poner en marcha una estrategia proactiva de respuesta y estar preparados por si hubiera que denunciar al músico ante la justicia.
Los documentos incluyen una nota con gráficos precisos del impacto del documental y el álbum de Neil Young en las redes sociales, así como un estudio de las canciones de «The Monsanto Years», con un listado de los «potenciales temas» que el cantante podía abordar al presentar cada una de las canciones: «Estamos elaborando un plan para prepararnos a intervenir en torno a seis sujetos, que parecen ser los próximos objetivos de Neil», se lee literalmente en la nota de Monsanto, y después se enumeran los temas, entre los que se encuentran «los derechos de los ciudadanos», «la salud de los trabajadores agrícolas» o «la excesiva influencia política sobre la sociedad». Asuntos que, por lo visto, son tabúes para Monsanto.
Los documentos internos de Monsanto que The Guardian reveló detallan el seguimiento efectuado de la influencia del músico en Twitter entre 2015 y 2017. También que la compañía tenía prevista una serie de acciones para desacreditar a Carey Gillam, habiendo llegado incluso a pagar a Google «para promocionar los resultados que criticaban su trabajo». Una estrategia que también se llevó a cabo con Amazon. «Es mi primer libro –ha declarado Gillam al Guardian- He recibido críticas elogiosas de editores profesionales pero en Amazon se han dicho cosas horribles de mi». Parece ser que incluso estaba previsto presionar a la agencia Reuters, donde trabaja, para que la cambiaran de destino.
Ese mismo año de 2015, Neil Young produjo un documental de diez minutos titulado «Seeding Fear», en el que seguía a la familia del agricultor Michael White, de Alabama, acusado ante la justicia por Monsanto de haberse «atrevido» en 2005 a cultivar, limpiar  y vender ilegalmente soja Roundup Ready sin autorización.Según Quentin Gilles, periodista del diario francés Libération, el portavoz de Bayer, la empresa alemana que compró Monsanto  en junio de 2018, «no ha querido comentar los documentos revelados pero ha declarado que demuestran que las actividades de Monsanto iban encaminadas a garantizar un debate justo, preciso y basado en la ciencia».

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