Los diarios impresos destacan que la manifestación contó con el apoyo de los líderes en Cataluña de CC OO, Javier Pacheco, y UGT, Camil Ros, que se situaron al frente de la marcha, encabezada por una pancarta con el lema de la convocatoria: "Por los derechos y las libertades, por la democracia y la cohesión, os queremos en casa". En sus editoriales, critican la presencia sindical con mensajes destacados: Urge que los sindicatos no sean los 'tontos útiles' del separatismo (EL MUNDO), Vergonzosa presencia sindical en la manifestación independentista (LA RAZÓN, diario que titula la información:’UGT y CCOO marchan contra el poder judicial”), y Una manifestación que no saca al independentismo de su callejón sin salida (EL PERIÓDICO).
Menos destacado aparece así en la prensa impresa que decenas de miles de personas, por otra parte, se sumaron a las manifestaciones convocadas por CC OO y UGT en un centenar de ciudades españolas para exigir "pensiones dignas" y que las subidas de las prestaciones vuelvan a ligarse al incremento del IPC, en lugar del 0,25% aprobado por el Gobierno para este año para el régimen general. La protesta más multitudinaria tuvo lugar ayer en Madrid, donde los manifestantes reclamaron al Ejecutivo que garantice el poder adquisitivo de los jubilados. La manifestación pasó por delante del Congreso de los Diputados, donde los pensionistas ya protestaron de forma espontánea el pasado mes de febrero.
Los líderes sindicales reclamaron al Gobierno garantías para el sistema público de pensiones. El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, abogó por la "negociación" con el Ejecutivo y denunció una "campaña de desprestigio" del sistema público para favorecer las pensiones privadas. "Los trabajadores que hoy tienen 40 años van a ser los grandes perdedores", añadió Luis Miguel López Reillo, secretario general de UGT Madrid.
Respecto a las críticas a la presencia sindical en las manifestación por la libertad de los independentistas presos, en declaraciones a los medios de comunicación, Pacheco defendió la presencia sindical en el acto diciendo que es necesario rechazar en la calle los "elementos de represión e involución democrática" que, a su juicio, se viven en Cataluña. "Estamos aquí porque creemos que es el momento de los puentes y no de los bloques", añadió Ros. La manifestación contó con representantes de todos los partidos soberanistas, así como de Catalunya en Comú-Podem, con Ada Colau y Xavier Domènech al frente. En declaraciones a los medios de comunicación, el presidente del Parlament, Roger Torrent, apeló a la unidad de los demócratas en un "frente transversal y plural", más allá de proyectos políticos e ideologías, para hacer frente a la "agresión" del Estado a los derechos y libertades fundamentales de los catalanes. En la misma línea, el líder de los comunes, Xavier Domènech, dijo que el de ayer es "el primer paso de una movilización transversal que tiene que llevar a la reversión del momento reaccionario que estamos viviendo en términos de derechos y libertades".
Al finalizar la manifestación, representantes de las entidades convocantes leyeron un comunicado en el que, además de pedir la puesta en libertad de los líderes independentistas encarcelados, reclamaron que se busquen "espacios para el diálogo y la negociación política". "Los problemas políticos deben tener una respuesta política y no represiva", subrayaron. También tomaron la palabra familiares de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart para leer las cartas escritas en prisión por los expresidentes de ANC y Òmnium Cultural, respectivamente.
El expresidente catalán Carles Puigdemont apostó este domingo por proponer "otro candidato" a presidente de la Generalitat después de que el número dos de JxCAT, Jordi Sánchez, que permanece en prisión preventiva, no haya podido ser investido. "Nuestra obligación es buscar fórmulas para que no haya elecciones", afirmó en una entrevista concedida a TV3 en Berlín, donde permanece huido de la justicia española. Puigdemont considera que aún hay tiempo para encontrar soluciones que eviten agotar el plazo límite para la investidura, fijado en el 22 de mayo, y "reconducir" los efectos de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, "respetando el mandato" que los ciudadanos expresaron en las urnas el 21-D.
En la primera entrevista concedida tras salir de la cárcel de Neumünster, Puigdemont acusó al "Estado español" de querer forzar la repetición de elecciones en Cataluña. "Es de ser ingenuo pensar que hay riesgo cero de elecciones, porque hay otra parte aquí que juega, que es el Estado. Y no juega siempre con las cartas limpias", afirmó. El expresidente catalán también cargó contra el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que, según dijo, "no se ha presentado a las elecciones" y cuya función es "no intervenir en el poder legislativo". Tras aplaudir la decisión de la Mesa del Parlament de querellarse contra Llarena, el líder de JxCAT dijo que el independentismo debe defender su posición para que el juez tenga que "responder del abuso" que, en su opinión, supone el no permitir a Jordi Sánchez salir de prisión para poder ser investido presidente de la Generalitat.
Según informa EL MUNDO, que desvela hoy algunos detalles de "la acomodada vida de incógnito del prófugo Puigdemont en Berlín", el expresidente catalán pronunciará una conferencia mañana en el Hertie School of Governance. Después tiene previsto grabar para Discovery Channel imágenes que mostrarán su día a día en la capital alemana.
EL PAÍS y LA VANGUARDIA destacan que, seis meses después de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, destacados dirigentes del PSOE lamentan la falta de iniciativa política por parte del Gobierno para resolver el conflicto y critican que haya dejado la solución en manos de la justicia. Además del secretario general socialista, Pedro Sánchez, los expresidentes del Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero reclaman al Ejecutivo que abra un proceso de diálogo en Cataluña.
Según EL PAÍS, la dirección del PSOE y los principales referentes socialistas asisten con malestar a la "incapacidad" del Gobierno para abordar una solución al problema en Cataluña más allá de la respuesta judicial. LA VANGUARDIA dice quePedro Sánchez empieza a desconfiar de la gestión del presidente Mariano Rajoy en Cataluña , a pesar de que mantiene el apoyo a la aplicación del artículo 155; considera que la estrategia de dejar la crisis en manos de los jueces es errónea.
