jueves,18 agosto 2022
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Ángel Luis Vázquez Torres

Cuando el virus pase…

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Cuando el virus pase, y una vez finalicen las declaraciones grandilocuentes de las autoridades y cesen los actos de celebración de la victoria, nos vamos a encontrar con la ruina de miles de familias y negocios, con un pueblo sin aliento, y las arcas del Estado vacías.
Nos vamos a encontrar con que nos ha cambiado la vida, que se ha llevado consigo miles de vidas, unas cercanas, otras conocidas y otras que son solo números de una cruel estadística.
 
Cuando el virus pase, nos vamos a encontrar con millones de ilusiones frustradas, ilusiones familiares, afectivas y proyectos rotos.
 
Cuando el virus pase, y una vez finalicen las declaraciones grandilocuentes de las autoridades y cesen los actos de celebración de la victoria, nos vamos a encontrar con la ruina de miles de familias y negocios, con un pueblo sin aliento, y las arcas del Estado vacías.
 
 
 
Atrás quedarán los actos de solidaridad, las peticiones de aplausos, la congelación de las hipotecas, la paralización de los actos judiciales, los aplazamientos y la concesión de ayudas.
 
Todo volverá a la normalidad, porque siempre vuelve, y los acreedores querrán cobrar y los deudores deberán pagar porque así lo dice la Ley.
Pero cuando todo esto pase, muchas personas se van a encontrar con que su empresa ha desaparecido y ya no tiene una nómina todos los meses.
 
O en el caso de los autónomos, que su negocio ha tenido que cerrar, porque no han obtenido ingresos durante un periodo prolongado, pero, sin embargo, los gastos (el alquiler, la luz, el teléfono, el renting…) han seguido venciendo todos los días cinco de cada mes, y que cuando intenten reabrir su negocio, lo único que se van a encontrar es un montón de facturas por pagar.
 
No quiero ser catastrofista ni agorero, pero este es el escenario que nos vamos a encontrar cuando por fin todo esto del dichoso virus pase, y debemos estar preparados.
 
En estos días de aislamiento obligatorio en nuestras casas, en vez de tanto Netflix, WhatsApp, tanto salir a las ventanas a hacer todo tipo de chorradas, podíamos dedicarle un poquito de tiempo a ver ¿Cómo me voy a encontrar cuando esto termine? A poner blanco sobre negro las finanzas personales.
 
Lo primero de todo es pensar en cuales son mis compromisos mensuales (alquiler, hipoteca, luz, teléfono, gas, colegio, manutención…), y de todos estos determinar cuales son básicos, y cuales son prescindibles.
 
Después ver los recursos de los que puedo disponer en un escenario probable (ni optimista ni catastrofista): los ahorros que tengo en el banco, los ingresos que espero obtener por mi trabajo o de cualquier otra fuente (alquileres, rendimientos financieros, derechos de autor, …).
 
Por el simple ejercicio de confrontar los compromisos con los recursos vamos a poder tener un escenario bastante probable de lo que nos vamos a encontrar cuando todo esto pase.
 
 
Si este escenario es positivo, pues nada, vuelva a Netflix, a salir al balcón a cantar La Traviata, pero, si no es muy positivo, no se quede de brazos cruzados, vea donde puede obtener más recursos, hable con sus acreedores y establezca un calendario de aplazamientos que pueda asumir. Ya sabemos que está todo paralizado, pero las empresas siguen trabajando por teletrabajo y todo el mundo está conectado por mail, bancos, proveedores, profesionales,….
 
Y si el escenario es muy negativo prepare un AEP (Acuerdo Extrajudicial de Pagos), que es una figura jurídica contemplada en nuestra legislación para que los deudores de buena fe puedan conseguir quitas y moratorias adecuadas a su situación financiera que les permita hacer frente a sus compromisos con los acreedores en un plazo determinado.
 
El expediente de Acuerdo Extrajudicial de Pagos, dentro de lo que cabe, es rápido y sencillo. Con la preparación adecuada[1], y la ayuda de un profesional[2], se puede alcanzar un acuerdo para el deudor en circunstancias muy beneficiosas para el mismo, con quitas entre el 30 y el 50% y esperas de entre 5 y 8 años.
 
El proceso se comienza con una fotografía o diagnóstico de la situación del deudor: lo que tiene, lo que debe, lo que gana, lo que necesita para vivir, a quien le debe, cuales son los vencimientos, etc.; por eso es muy importante la recomendación anterior de dedicar un poco de tiempo en estos días de aislamiento forzoso a poner encima de la mesa todos estos datos.
 
Con esta información, un profesional[3] le podrá ayudar a preparar una solicitud que viene tipificada en la Ley y que se presentará a través de un notario en el caso de una persona física no empresario, o en el Registro Mercantil en el caso de una persona física empresario.
 
Bien a través de un notario, bien a través del Registro Mercantil se realizará la asignación de un Mediador Concursal, que es la figura que determina la Ley Concursal para que gestione con los acreedores los términos del acuerdo.
 
 
 
No se trata de dar aquí un compendio de los acuerdos extrajudiciales de pago, pues basta con indicar algunas de las características mas significativas:
 
  • Durante la tramitación del expediente el deudor puede continuar con su actividad laboral, profesional o empresarial.
  • Durante la tramitación del expediente se suspende el devengo de intereses de los créditos afectados por el mismo, lo cual es muy importante sobre todo en los denominados “microcréditos” que con intereses y gastos moratorios superiores al 25% pueden hacer que la deuda se multiplique en poco tiempo.
  • Durante la tramitación del expediente, se paralizan las ejecuciones sobre el patrimonio del deudor, y especialmente en lo que a la vivienda propia se refiere.

 


En definitiva, el Acuerdo Extrajudicial de Pagos es una magnifica herramienta que bajo el amparo de la Ley Concursal (paralización del devengo de intereses, paralización de ejecuciones, …) permite al deudor de buena fe alcanzar acuerdos con los acreedores que le permitan cancelar sus deudas de acuerdo a sus posibilidades.

Y si por desgracia, la situación es tan mala que no se puede alcanzar ningún acuerdo, siempre quedará la posibilidad de solicitar un Expediente de 2ª Oportunidad a efectos de obtener un BEPI (Beneficio de Exoneración de Pasivos Insatisfechos), pero eso se lo contaré otro día ……
 
Cuando el dichoso virus pase, el panorama que nos vamos a encontrar no va a ser muy favorable, por lo que es recomendable que durante estos días de aislamiento obligatorio dediquemos un poco del tiempo disponible a nuestras finanzas personales, para estar preparado para lo que pueda suceder y no nos “pille el toro”.

 

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