jueves,18 agosto 2022
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Aunque la ocupación en EPA y afiliaciones crece más del 3%

Educación y sanidad, ajenos a la recuperación del empleo público pese al alivio presupuestario

Redacción
La educación y en menor medida la sanidad siguen desenganchadas de la recuperación del empleo público impulsada desde los Presupuestos del Estado este año tras iniciarse el 2015 gracias a los mayores ingresos derivados de las políticas expansivas europeas. La ocupación española crece sobre todo en los servicios de mercado y algo en industria, construccion y agricultura. Pero en la educación pública cae un 2,9% anual y en la sanidad aunque no baja su tasa de aumento se desacelera hasta el 2,9%.

El número de funcionarios y trabajadores públicos ha superado ya el nivel que presentaba en 2007, gracias al fuerte aumento que se ha registrado en la contratación por parte de las comunidades autónomas. Así lo expone el Banco de España (BdE), que ayer publicó un informe sobre la evolución del empleo en las Administraciones Públicas a partir de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA)

En concreto, a cierre de 2016, «el número de empleados al servicio de las AAPP se situó algo por encima de los 2.840.000 trabajadores, un nivel ligeramente superior al observado en 2007 (en 30.000 puestos)», afirma el organismo que dirige Luis María Linde. Para llegar a esta cifra, el supervisor explica que ha sido básico que entre 2015 y 2016 el número de empleados de las comunidades haya repuntado con intensidad, «registrando un aumento del 7%». Con estas cifras, añade el BdE, «entre 2007 y 2016 el sector de las CCAA expandió sus efectivos en cerca de un 9%, lo que equivaldría a unas 137.000 personas».

Este aumento contrarresta la reducción registrada tanto en los ayuntamientos como en la Administración central. «Para estas administraciones el bienio 2015-2016 supuso una continuación del proceso de pérdida neta de empleos, de manera que en 2016, ambas presentaban un número inferior de empleados al observado en 2007, en un 7,8% y un 7,3%, para AC y CCLL, respectivamente, lo que se concretó en unos 45.000 y 47.000 puestos menos», explica el Banco de España. 

En su análisis de la evolución del número de empleados públicos, la institución también recuerda que el punto máximo se alcanzó en 2011, con 3,1 millones de trabajadores, «tras registrarse un incremento de 310.000 personas entre 2007 y 2011». En ese momento España estaba ya inmersa en la peor crisis de su historia reciente, pero el incremento es «el reflejo de las medidas de política contracíclica expansivas adoptadas en 2008-2009» por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, así como de «la inercia de las ofertas de empleo de años anteriores». Entre 2012 y 2013, y tras la llegada del PP al Gobierno, «se produjo una reducción de 350.000 efectivos, parte de los cuales se recuperaron entre 2014 y 2016».

Un análisis  de los más recientes estadísticas de empleo publicado este martes por el Banco de España destaca que, en las ramas de servicios de no mercado, la ocupación laboral de la Administración Pública repunta más de 3 puntos, hasta el 3,6%, dejando atrás las caídas que se venían observando desde finales de 2015, lo que contrasta con la desaceleración en actividades sanitarias (2,9 %) y con la caída en la rama de educación (–2,9 %). El desglose por tipo de administración muestra que el conjunto de los asalariados del sector público creció un 1,9 % en el tercer trimestre, acelerándose el crecimiento en las Comunidades Autónomas (2,1%, tras el 0,3% del segundo trimestre) y manteniéndose en las Administraciones Locales (2,6%), mientras que en la Administración Central (0,3%) volvió a cifras positivas, tras los descensos que se venían observando desde mediados de 2015.

Por tipo de contrato, el mantenimiento de la tasa de crecimiento de los asalariados en el tercer trimestre (3,3%) reflejó una mejoría en la evolución del empleo indefinido, que aumentó un 2,7 %, 0,9 puntos por encima del avance en el segundo trimestre, mientras que la de los asalariados con contrato temporal se desaceleró 2,8 puntos, hasta el 4,9 %. Este comportamiento redujo el ritmo de crecimiento de la ratio de temporalidad, que se situó en el 27,4 %, 0,4 pp por encima de su nivel de un año antes. En cuanto a la duración de la jornada, los asalariados con jornada completa crecieron un 3,7 % (3,4 % en el trimestre previo), por encima del crecimiento de los asalariados con jornada parcial (0,8%), lo que redujo la ratio de parcialidad hasta el 15,5 %, tres décimas inferior a la observada un año antes.

Por colectivos, el crecimiento del empleo masculino (3 %) fue algo superior al observado entre las mujeres (2,5 %) mientras que, por edades, volvió a destacar el dinamismo entre los más jóvenes (5,5 %) y entre los mayores de 45 años (4,7 %), mientras que se estabilizó (0 %) en el colectivo de entre 30 y 44 años. Por nivel educativo, el empleo entre los traba- jadores con estudios bajos (–1,2%) encadenó dos trimestres consecutivos de caídas, después de la tímida recuperación del primer trimestre, frente a los crecimientos observados entre aquellos con estudios medios (3,4 %) y altos (2,8 %).

La Encuesta de Población Activa (EPA) mostró un mantenimiento del ritmo de crecimiento del empleo en el tercer trimestre de 2017, con un avance interanual del 2,8% (521.700 ocupados). Este ritmo de crecimiento se acerca al máximo observado en la actual fase al- cista, que se produjo a finales de 2015 y principios de 2016. La evolución del empleo situó el número de ocupados, en el período julio-septiembre, en 19 millones, más de 2 millones por encima del nivel observado a principios de 2014, aunque aún lejos de los 20,6 millo- nes de 2008.

En este tercer trimestre, por el contrario, los afiliados a la Seguridad Social sufrieron una cierta desaceleración, a pesar de mantener todavía una fuerte creación de empleo, superior a la observada en la EPA, con un incremento interanual del 3,5%, tres décimas inferior al observado en el segundo trimestre del año (véase gráfico 1). En términos intertrimestrales de la serie desestacionalizada, se estima un aumento del empleo del 0,8%, en línea con el ritmo del trimestre pasado y superando en una décima al crecimiento de afiliados (0,7%), que se ralentizó en los tres últimos meses. El diferente comporta- miento del empleo mostrado por la EPA y la afiliación ha reducido la brecha que se había abierto entre las dos estadísticas en los últimos trimestres.

En el tercer trimestre del año se moderó en tres décimas el ritmo anual de contracción de la población activa (–0,3%), con una nueva disminución de la tasa de actividad, que se situó 0,4 puntos porcentuales (pp) por debajo de la de hace un año. Este nuevo descenso siguió propiciando que la creación de puestos de trabajo se tradujera en una acusada disminución de los desempleados, de 589.100 personas en el último año (–13,6%), con un descenso trimestral, en términos desestacionalizados, del –2,5%, que, no obstante, fue inferior a la caída observada en los cuatro trimestres anteriores. El número de parados se situó en 3.731.700 y la tasa de paro descendió hasta el 16,4 %, 2,5 pp inferior a la ob- servada un año antes. La incidencia del desempleo de larga duración se redujo sustancial- mente, hasta el 50,7 %, 5,9 pp inferior a la de un año antes.

Por ramas de actividad, el empleo en el trimestre mostró una desaceleración en agricultura y construcción, que se vio compensada por una aceleración en los servicios . En particular, el empleo en la agricultura sufrió una fuerte desaceleración (4,5%), tras los importantes crecimientos observados desde principios de año, mientras que en la construcción el avance se situó en el 4,3 %, 0,9 pp inferior al del segundo trimestre. En la industria, el crecimiento interanual se mantuvo estable en el 5,5%, con aumentos significativos en varias subramas, entre las que destacan la industria química (13,2 %), la del caucho (17,1 %) o la de material eléctrico (12,5 %). Finalmente, en las ramas de servicios el empleo se aceleró hasta el 2,1% (1,7% en el trimestre pasado), reflejando un re- punte tanto en las ramas de mercado —hasta el 2,4 % (2 % en el segundo trimestre)— como en las de no mercado (1,4 %, 0,2 pp por encima del segundo trimestre). Entre los servicios de mercado, la mejora del empleo fue particularmente intensa en la hostelería (2,8 %, dos puntos por encima del trimestre anterior), en las actividades de información y comunica- ciones (12,4%, frente al 8,7% previo) y en las actividades domésticas (3,6%, tras las caídas observadas en los últimos años), mientras que el empleo se desaceleró en el co- mercio (0,3 %) y en las actividades inmobiliarias (10 %, tras el crecimiento superior al 20 % del trimestre previo). En el conjunto de la economía de mercado, los ocupados crecieron un 3,2 % en tasa interanual, 0,1 pp por debajo de la tasa del trimestre precedente.

La población en edad de trabajar mantuvo su crecimiento (0,3%), por lo que se produjo un nuevo descenso de la tasa de actividad, hasta el 58,9%, 0,4 pp por debajo de su nivel de hace un año (véase cua- dro 2). El crecimiento de la población mayor de 16 años reflejó una ligera desaceleración en la población de nacionalidad española (0,2 %), compensada con una recuperación de la población extranjera, que aumentó un 1,7%, consolidando el tímido crecimiento que experimentó al principio del año. La tasa de actividad de la población de entre 16 y 64 años disminuyó hasta el 75,2 %, tres décimas inferior a la de hace un año. Por sexos, se redujo la participación laboral con similar intensidad en ambos colectivos. Por edades, el des- censo de la participación se concentró en el colectivo de edades intermedias (entre 30 y 44 años), mientras que creció entre los mayores de 45 años y, especialmente, entre los más jóvenes (menores de 30 años).

Por su parte, el descenso interanual del número de desempleados (–13,6%) se mantuvo superior al observado por los parados registrados en el SEPE (–8,8 %) y fue más intenso entre los varones, hasta situar la tasa de paro masculina en el 14,8%, más de 3 pp por debajo de la femenina (véase cuadro 3). Por edades, el descenso continuó siendo más acentuado en las edades intermedias (entre 30 y 44 años), mientras que los jóvenes mantienen la tasa de paro más elevada (28,3 %), doblando la del resto de grupos de edad. Por nivel formativo, el descenso del desempleo fue algo más acusado entre aquellos con es- tudios bajos, aunque este colectivo mantuvo una tasa de paro (31,6%) muy superior a la observada entre la población con estudios superiores (8,8 %) o con estudios medios (17 %). Finalmente, la incidencia del desempleo de larga duración (de duración superior a un año) se redujo hasta el 50,7 %, 5,9 pp inferior a la de hace un año, intensificando la tendencia a la baja que viene apreciándose desde principios de 2015 (véase gráfico 1). Aunque esta mejora fue generalizada por grupos de edad, resultó algo más intensa entre los trabajado- res más jóvenes (hasta el 35,4 % entre los menores de 30 años) y de mediana edad (48,6 % entre 30 y 44 años), mientras que entre los mayores de 45 años se situó en el 64,2 %.

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