jueves,18 agosto 2022
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Pese a las puertas abiertas dejadas por Rajoy y Rubalcaba

Educación y Sanidad alejan el pacto para la reforma de la Constitucion entre PP y PSOE

Redacción
La educación y la sanidad son, incluso por encima de las diferencias autonómicas, los principales puntos que alejan el consenso necesario para reformar la Constitución entre los dos grandes partidos mayoritarios, después de que Rajoy y Rubalcaba reconocieran que han hablado de la misma con motivo del 35º aniversario de la Carta Magna, según las impresiones recogidas por Ibercampus entre líderes de las dos formaciones.

Esas impresiones han confirmadas por las últimas noticias sobre las actitudes de Rajoy y el PSOE, consistentes en que el presidente del Gobierno proyecta redoblar su control sobre el PP y dar un giro a la derecha, mientras que el PSOE hará cuestión fundamental de un posible pacto el reforzar la defensa constitucional de la educación y a sanidad. Tales noticias coinciden con los sondeos en el sentido de que un 53% de los españoles ya apoyan la reforma de la Constitución, que cuenta así por primera vez con mayoría, lo que abre la vía para encontrar en la misma una solución al contencioso sobre la consulta catalana.

Por una parte, EL PAÍS asegura este domingo que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha decidido dar un giro conservador a la segunda parte de la legislatura, con el objetivo de recuperar al electorado más reaccionario del PP, irritado por la tensión independentista en Cataluña y, sobre todo, por el fin de la doctrina Parot, que ha permitido la salida de prisión de conocidos etarras y delincuentes. Dentro de esa supuesta ofensiva para recuperar el voto conservador, el proyecto de ley de seguridad ciudadana sería la punta de lanza, a la que se sumará en breve la reforma de la ley del aborto. Ambas normas siguen la estela de la polémica ley de educación diseñada por el ministro José Ignacio Wert y corren el riesgo de abrir un frente en el sector moderado del PP. Según EL PAÍS, el giro a la derecha para tratar de recuperar el voto conservador comenzó a gestarse tras la entrevista a José María Aznar en Antena 3, el 21 de mayo, pero sobre todo tras la manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo del pasado 27 de octubre. Consciente de la pérdida de votos detectada en los sondeos, el Gobierno cree tener ahora algo más de margen político para rectificar su política porque la prima de riesgo ya no aprieta como antes. Aunque los populares temen un voto de castigo en las elecciones europeas del próximo mes de mayo, en el Ejecutivo admiten que la verdadera respuesta para ganar las generales en 2015 está en la economía, en la esperada recuperación y en la reforma fiscal que se presentará en marzo de 2014 y es clave en la estrategia electoral del PP.

En esa misma línea, Rajoy redobla su control sobre el PP para "embridar" a los barones. Según informa LA VANGUARDIA, Rajoy tiene pensado dedicar más atención al PP de la que ha tenido en los dos primeros años de legislatura, tras comprobar que gran parte de los problemas de comunicación y comprensión de las bases de su electorado es que el partido, con sus dirigentes, y sobre todo sus barones, no tenían como referente a un presidente, centrado en la imagen internacional de España. Esa "ausencia", según el equipo del jefe del Ejecutivo, es lo que ha facilitado las discrepancias internas, sobre todo entre los presidentes autonómicos. Rajoy no quiere que la situación se reproduzca el año que viene ante la negociación primero del sistema fiscal y después con la actualización de la financiación autonómica. El citado diario asegura que el presidente quiere atar en corto a sus barones regionales para que actúen en bloque si llega el momento de que el Gobierno central deba tomar decisiones por el proceso soberanista catalán. Rajoy también piensa que el aumento de sus apariciones en público en actos del PP por toda la geografía española puede ayudar a paliar el descenso en intención de voto que apuntan los sondeos.

También EL MUNDO informa que responsables de tres agrupaciones del PP en Madrid reconocen  que existe una creciente "desafección" entre la militancia del partido con las políticas del Gobierno, hasta el punto que en alguno de los casos el pago de las cuotas anuales ha bajado hasta un 40%. "El peligro de cierre de algunas sedes es real", afirma uno de ellos. Los tres están de acuerdo en que la caída de ingresos tiene poco que ver con la crisis y mucho más con situaciones como el caso Bárcenas, la subida de impuestos y las excarcelaciones de etarras. "Vamos camino de convertirnos en un partido de cuadros, no de militantes. ¡Esto cada vez se parece más a la UCD!", señala uno de los consultados.

Educación y Sanidad

Estas noticias sobre los posibles cambios en el PP se han cruzado con las procedentes del PSOE en torno a su actitud ante las conversaciones acerca de futuros pactos con el PP. En una entrevista concedida a ABC, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, pide al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que lidere el diálogo entre socialistas y populares para superar sus discrepancias y reformar la Constitución, llamando al consenso también al resto de partidos, incluidos los nacionalistas no independentistas. "Ahora tenemos una oportunidad histórica, como en el año 78, pero hace falta que los dirigentes políticos estén a la altura del momento. Hace falta diálogo, mucho diálogo y consenso, y un proyecto común en el que todos nos sintamos cómodos, reconociendo pluralidades pero defendiendo la unidad de España en la que yo creo", señala. En su opinión, los cambios en la Carta Magna deberían enfocarse a dos aspectos: "En el ámbito de los derechos, hay que reforzar la defensa de la sanidad y la educación públicas. En el ámbito de la construcción del Estado, hay que reconocer las diferencias, con dos límites: ni agravios ni privilegios". La líder de los socialistas andaluces reconoce que el PSOE ha cometido errores en materia de política territorial e insiste en reivindicar "un proyecto común de España".

Díaz defiende el modelo de Estado federal que propone su partido para reconocer "las singularidades y pluralidades" de todos los pueblos de España, pero siempre con "un límite: la igualdad de los ciudadanos vivan donde vivan". discrepa con los socialistas catalanes que apuestan por permitir la consulta soberanista, pero asegura que el PSC cuenta con el apoyo del PSOE. Según explica, el PSC busca "puntos de entendimiento" para intentar que la sociedad catalana no se fracture. Preguntada qué necesitaría el PSOE para ganar las elecciones, Díaz responde: "Primero, reconocer errores. Segundo, admitir reproches, que todavía algunos ciudadanos siguen molestos con nosotros; tercero, presentar un proyecto creíble y coherente con lo que representa el Partido Socialista, con nuestros valores. Y por último, necesitamos un liderazgo social fuerte". En su opinión, el PSOE "tiene que cambiar, tiene que reencontrarse, y ser un partido más atractivo para los ciudadanos". Asegura que hasta que no conozca los candidatos que se presentarán a las primarias socialistas no decidirá su voto, pero descarta presentarse al proceso para elegir al candidato socialista a la Presidencia porque, según dice, su compromiso en ese momento es con Andalucía. En cuanto al caso de los falsos ERE en que se ha visto implicado la Junta de Andalucía, reitera su compromiso de luchar contra la corrupción con todas las consecuencias. "Dije que no me temblaría el pulso y estoy dando muestras de transparencia y de recuperar hasta el último euro de los fondos públicos". Díaz explica que su intención es conseguir "que Andalucía sea una tierra de confianza que sea atractiva para invertir y genere empleo".

Tales noticias coinciden igualmente con el hecho de que, en cinco años se ha multiplicado por dos el porcentaje de españoles partidarios de una reforma profunda de la Constitución, según los sondeos realizados en este tiempo por Metroscopia para EL PAÍS. En 2008 solo el 29% de los ciudadanos la pedía al entender que la Carta Magna se había quedado desfasada, mientras que hoy ese porcentaje llega al 53%. Además, el 42% restante también defiende la necesidad de introducir cambios, aunque en forma de retoques parciales. El porcentaje de españoles que la califican como "buena" la Constitución está en el 26%, el nivel más bajo desde su aprobación hace 35 años. El 62% opina que tiene "cosas buenas y cosas malas", mientras que un 9% la califica directamente como "mala". Las tensiones territoriales son apuntadas como uno de los factores que, a juicio de los encuestados, obligan a reformar la Constitución. El 75% de los catalanes reclaman una reforma en profundidad y el 82% del total de los encuestados considera que debe modificarse la organización del Estado de las Autonomías. La mayoría (45%) cree que el Estado debe recuperar muchas de las competencias transferidas, mientras que el 35% piensa que las comunidades autónomas tienen que seguir ampliando esas competencias y el 13 % apuesta por dejar las cosas como están actualmente. La mayoría de los encuestados (57% frente a 39%) piensa que todas las comunidades autónomas deben tener exactamente las mismas competencias.

El derecho a decidir y los catalanes

En este contexio, el derecho a decidir de los catalanes divide en dos a la sociedad española, pero lentamente se va abriendo camino, según la conclusión que extrae EL PERIÓDICO del sondeo realizado por el instituto GESOP. Quienes creen que el Gobierno de Mariano Rajoy debería autorizar la celebración de la consulta sobre la independencia, si la Generalitat así lo pidiera, ya superan por un estrecho margen a los que se oponen. El 47,5% de los encuestados defiende que el Ejecutivo central autorice la consulta, frente al 46,8% que sigue oponiéndose. El 40,5% preferiría que el referendo se convocase en el conjunto de España, el 26,6% que sólo votasen los catalanes y el 29,1% que no se celebrara de ningún modo. El 50,4% de los entrevistados ve a España como un Estado plurinacional, mientras que el 42,2% la contempla como una única nación. La encuesta realizada por GESOP también sondea la opinión de los españoles sobre la situación actual del PSOE y el resultado de su Conferencia Política. El 69,9% de los entrevistados cree que el cónclave socialista no ha servido para demostrar que el PSOE cuenta con un nuevo proyecto para España, frente a un 14,2% que piensa lo contrario. También son mayoría (75,5% frente a 15,8%) quienes piensan que Alfredo Pérez Rubalcaba no está promoviendo un verdadero cambio en el partido que lidera. En cuanto a los nombres que suenan como posibles candidatos para encabezar la candidatura socialista a la Presidencia del Gobierno, Carme Chacón es la preferida por los encuestados (268%), por delante de Eduardo Madina (13,8%), Patxi López (12,3%), Rubalcaba (8,2%) y Emiliano García-Page (3,6%).

Sin embrgo, el PP de Cataluña y Ciutadans se mostraron en contra de reformar la Constitución en estos momentos de desafío independentista planteado por CiU y ERC. El sentir de los populares catalanes lo expresaba ayer para ABC su portavoz en el Parlamento autonómico, Enric Millo. "Nosotros consideramos que la Constitución es especialmente vigente ahora, sobre todo el espíritu de concordia que la inspiró, y por eso la celebramos ayer. Ahora bien, como todo, es perfectible. Nunca nos hemos negado a la posibilidad de debatir una mejora, pero para ello deben darse tres requisitos previos: saber cuál es el objetivo exacto de la reforma, y los partidos que la propugnan no lo han dicho; hallar un consenso como el del 78, y que sea el momento adecuado. Y en estos momentos aún hay una prioridad que prevalece encima de cualquier otra, que es salir de la crisis económica", resumió. "Una reforma que sirva para unir más a los españoles sería positiva. Una reforma que sirva para dividir, para romper, nunca estará en nuestra agenda", añadió el portavoz popular. Por su parte, el portavoz de Ciutadans, Matías Alonso, se mostró contrario a la reforma de la Carta Magna al considerar que "el actual desafío secesionista haría que el debate quedara "distorsionado por el ruido rupturista en Cataluña". Además, señaló, "no estamos frente a un nuevo período constituyente como el que parece reclamar Rubalcaba con su propuesta federalista". En el otro extremo, desde ERC e ICV, desdeñaron ayer las palabras pronunciadas por el preside Rajoy con motivo del Día de la Constitución. "Lo que dijo Rajoy no es ninguna noticia. Es una gran continuidad a un planteamiento que es: Si tocamos la Constitución es para hacerla más restrictiva, para restringir aún más el autogobierno", declaró el dirigente de ERC Oriol Amorós. La coordinadora de ICV, Dolors Camats, tildó de "un poco cínico" que el jefe del Ejecutivo pida un amplio consenso para reformar la Carta Magna, cuando la última vez se hizo "sin debate y sin consenso", entre PP y PSOE.

Igualmente, a nueve días de que comience en el Parlamento de Cataluña el debate para la aprobación de los presupuestos de la Generalitat para 2014, ERC redobló ayer su presión sobre el Gobierno de Artur Mas al ligar su voto al acuerdo que debe cerrarse antes de que finalice el año sobre la pregunta, la fecha y el procedimiento de la consulta independentista. En declaraciones a Catalunya Informació, el portavoz adjunto de ERC en el Parlament, Oriol Amoros, dijo ayer que su formación está dispuesta a asumir responsablemente el sacrificio y el desgaste que comporta apoyar unos presupuestos "que a nadie le gustan", siempre y cuando exista la voluntad política de que dichos presupuestos sean "los últimos autonómicos". Si esto no es así, añadió, "entonces no jugamos". Por su parte, la coordinadora nacional de ICV, Dolors Camats, apeló ayer a la "unidad política y social" como factor para que se pueda celebrar la consulta. "La mayor fuerza que tenemos es la unidad en torno nuestra voluntad de cambiar las cosas. Poner en riesgo esa unidad es poner en riesgo el proceso", advirtió.

Por su parte, el primer secretario del PSC, Pere Navarro, advirtió ayer de que no ve "a ningún país que esté dispuesto a reconocer a una Cataluña independiente". En una entrevista concedida a Europa Press, el líder de los socialistas catalanes también advirtió de que si finalmente CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP se ponen de acuerdo sobre la fecha y la pregunta para la consulta soberanista, "será papel mojado" porque no se habrá tenido en cuenta en la negociación al Estado. Navarro acusó a las fuerzas partidarias de la independencia de estar llevando a Cataluña a "un callejón sin salida". "No quieren una consulta, quieren una ruptura que sería muy negativa para los catalanes", afirmó. 

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