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Según la Federación Mundial y Sociedad de Cardiología

El Día Mundial del Corazón 2020 realza que el COVID 19 es una infección multisistémica

Redacción
Diversos estudios publicados con motivo de este 29 de septiembre de 2020 como el Día Mundial del Corazón que se conmemora desde el año 2000, han resaltado que la pandemia de COVID 19 daña no solo los pulmones, sino también ese órgano vital.De ahí que la Federación Mundial del Corazón (WHF) hace hincapié en que son necesarias una serie de medidas preventivas y concienciar a la sociedad sobre la importancia de combatir las enfermedades cardiovasculares.

«Hace unos meses que entendemos que el covid-19 no es solo una infección respiratoria sino una infección multisistémica», dijo a la CNN la cardióloga Dra. Nieca Goldberg, directora médica del Programa del Corazón de la Mujer de la NYU y asesora principal para la estrategia de salud de la mujer en NYU Langone Health en Nueva York, que no participó en ninguno de los estudios. Las evidencias cientificas coinciden en que hay múltiples formas en que puede afectar al corazón». Y según los expertos ese carácter multisistémico y por lo tanto complejo alimentado por la gran diversidad de interrelaciones  apenas fue resaltado hace dos semanas en España por las 55 sociedades científicas de carácter sanitario españolas en su I Congreso COVID, que urgió a gobiernos y ciudadanos que "reaccionen". Tampoco antes por la más amplia representación de la ciencia española en desmarcarse un mes después de iniciarse el estado de alarma de la reiterada apelación del Gobierno a ella durante esta crisis. Menos aún cuando a principios del estado de alarma el presidente Sánchez creara y se reuniera con un Comité Científico del COVID-19 cuyo supuesto carácter holistico ha negado la ciencia española delimitada por la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME), la Crue Universidades Españolas y la Alianza de Centros Severo Ochoa y Unidades María de Maeztu (SOMMa).

Desde España, una encuesta realizada por la Sociedad Española de Cardiología,  que organiza para el 28-31 de octubre próximos su primer congreso virtual con presencia de todas las áreas de conocimiento de la cardiología y más de 150 sesiones, compara una semana normal antes de la pandemia con una semana del mes de marzo, evidenció que durante la primera fase del estado de alarma bajó un 40 por ciento la atención de infarto agudo de miocardio como media en España.Estos datos han sido complementados recientemente con otro estudio en el que han participado 75 hospitales españoles (incluida Policlínica Nuestra Señora del Rosario), y que concluye que la mortalidad hospitalaria por infarto agudo de miocardio se duplicó con respecto a la observada en mismo periodo el año pasado, antes de la pandemia.La reducción en la atención del infarto agudo se sitúa en esta ocasión en un 28 por ciento, manteniéndose esa "preocupante" tendencia de disminución de pacientes con síntomas compatibles con infarto que no fueron asistidos. "Otro aspecto que se sospechaba es que el retraso desde el inicio de los síntomas al contacto sanitario fue mayor durante la pandemia: 105 minutos versus 71 minutos en 2019", ha dicho Vera.

Además de que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en el mundo occidental, otro estudio de la Sociedad Española de Cardiología indicó que los fallecimientos por infarto agudo se duplicaron durante la pandemia, entre otras razones porque en unos casos muchos enfermos no querían ir al hospital por el COVID, y en otros porque el parón de los tratamientos cardiacos por la pandemia ha generado unas listas de espera de muchos meses y que en algunos casos llegan al año, según la geografía y la dolencia.

Previamente, desde foros internacionales se indicaba que uno de los estudios  que avalan el carácter multisistémico de la pandemia actual, publicados en la revista de JAMA Cardiology encontró que, entre 100 adultos que se recuperaron recientemente delCOVID, el 78% mostró algún tipo de afeccion cardíaca en las imágenes de resonancia magnética y el 60% tenía inflamación continua en el corazón.El estudio incluyó pacientes de 45 a 53 años que eran del Registro de Covid-19 del Hospital Universitario de Frankfurt en Alemania. Los datos de resonancia magnética revelaron que, independientemente de las condiciones preexistentes, lo más relevante eran la gravedad o el curso de su infección, el tiempo desde su diagnóstico original o la presencia de síntomas específicos relacionados con el corazón.La anormalidad más común relacionada con el corazón en los pacientes con covid-19 fue la inflamación del miocardio o la inflamación anormal del músculo cardíaco, que puede debilitarlo.Este tipo de inflamación, también llamada miocarditis, generalmente es causada por una infección viral, dijo Goldberg, y agregó que los resultados de este estudio no la sorprendieron.

En el otro estudio de JAMA Cardiology, un análisis de autopsias, encontró que se podía identificar el coronavirus en el tejido cardíaco de pacientes con covid-19 que murieron.El estudio incluyó datos de 39 casos de autopsias de Alemania entre el 8 y el 18 de abril. Los pacientes, de entre 78 y 89 años, dieron positivo para covid-19 y los investigadores analizaron el tejido cardíaco de sus autopsias.Los investigadores encontraron que 16 de los pacientes tenían virus en el tejido del corazón, pero no mostraban signos de inflamación repentina inusual en el corazón o miocarditis. No está claro qué significa esto, dijeron los investigadores.La muestra de casos de autopsia fue pequeña y la «edad avanzada de los pacientes podría haber influido en los resultados», escribieron los investigadores. Se necesita más investigación sobre si surgirían hallazgos similares entre un grupo más joven de pacientes.

Ambos estudios «se suman a un rompecabezas cada vez más complejo» cuando se trata del nuevo coronavirus llamado SARS-CoV-2, dijo el Dr. Dave Montgomery, cardiólogo fundador de la Clínica PREVEN en Sandy Springs, Georgia.«En conjunto, los estudios respaldan que el SARS-CoV-2 no tiene que causar miocarditis clínica para encontrar el virus en grandes cantidades y la respuesta inflamatoria en el tejido miocárdico. En otras palabras, uno puede tener o no síntomas cardíacos leves que causarían daño», dijo Montgomery, que no participó en los estudios.«Los virus en general tienen una forma de llegar a órganos que están bastante alejados del sitio original de infección. El SARS-CoV-2 no es diferente en este sentido», dijo. 

Necesidad de medidas preventivas

En esa perspectiva multisistémica a que se entrentan especialmente los mundos de la investigación y la docencia y los de la sanidad, según han resaltado algunos de los últimos pronunciamientos del consejo editorial de Ibercampus.es controlar la diabetes tipo 2 es un objetivo esencial. Según datos oficiales, esta disfunción afecta a 5,3 millones de españoles. Es una enfermedad multifactorial y compleja que, sin un correcto seguimiento, puede tener graves consecuencias para la salud, como problemas de visión, sobrepeso u obesidad, insuficiencia renal y enfermedades cardiovasculares, entre otras.

Además, se estima que un 56% de las personas con diabetes en España no tienen un nivel óptimo de control glucémico (hemoglobina glicosilada).

Los especialistas recuerdan que una gestión inadecuada de los niveles de glucosa en sangre puede tener como consecuencia hiperglucemias o hipoglucemias, poniendo en riesgo la salud y la calidad de vida de los diabéticos. Afortunadamente, en la actualidad existen opciones terapéuticas que no solo contribuyen a un control glucémico óptimo sino que también inciden favorablemente sobre el peso y el riesgo cardiovascular.

Según el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIDDK), perteneciente a los Institutos de Salud de EE UU, con el tiempo el nivel alto de glucosa en la sangre puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios que controlan el corazón.

También fumar aumenta el riesgo de sufrir enfermedades del corazón, recuerda el NIDDK. Está científicamente demostrado que, tanto el tabaco como la diabetes, disminuyen el tamaño de los vasos sanguíneos.

La enfermedad cardiovascular sigue siendo la principal causa de muerte en el mundo. Y puede estar originada por múltiples factores: desde el tabaquismo a la diabetes, sin olvidar la tensión arterial alta (hipertensión), obesidad, contaminación del aire o patologías menos comunes como la amiloidosis cardiaca o la enfermedad de Chagas.

Actualmente y con motivo de la pandemia, los pacientes con enfermedad cardiovascular se enfrentan a una doble amenaza ya que no solo están expuestos a un mayor riesgo de ser infectados por SARS-CoV-2, que causa Covid-19, sino que también es posible que descuiden la atención médica que requiere el cuidado de su corazón por temor a acudir a un centro sanitario.

La Fundación Española del Corazón, que pertenece a la Sociedad Española de Cardiología (SEC), recomienda comer cinco porciones de fruta y vegetales al día (pueden ser frescos, congelados, enlatados o deshidratados); limitar el consumo de alimentos procesados y envasados, ya que suelen tener alto contenido en sal, azúcar y grasa; realizar, al menos, 30 minutos de actividad física moderada o intensa cinco veces a la semana: jugar, caminar, bailar, hacer tareas domésticas… Ya que todas las actividades cuentan.

Para representar mejor la magnitud del problema, en el número de febrero de 2006 de la Revista Española de Cardiología se publicó la siguiente comparación: “Durante los seis años de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), fallecieron cerca de 55 millones de personas, mientras que en los primeros seis años que llevamos celebrando el Día Mundial del Corazón se calcula que han fallecido por enfermedades cardiovasculares aproximadamente 100 millones de individuos”.

En cualquier caso, el Día Mundial del Corazón constituye una magnífica oportunidad para reflexionar y realizar iniciativas sobre el tema. “Esto no debería consistir en un gesto aislado de los sanitarios -apostillaba un comentario editorial de esa publicación de la SEC-, sino más bien en una actividad de educación sanitaria permanente”.

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