jueves,18 agosto 2022
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Grandes Historias

El verano es tiempo de voluntariado

Marga Peñafiel
Dos jóvenes cuentan a Ibercampus.es su experiencia como voluntarios durante el verano. Mariola Villar se fue a Paraguay a educar a las familiar y enseñarles una forma de progresar y Gerardo Server optó por un campo de trabajo en Melilla donde entretenía niños

Gerardo Server y Mariola Villar son dos voluntarios que dedican su tiempo libre a ayudar a los demás. El verano es una época propicia para sacar tiempo para regalarselo a los demás y eso es lo que hicieron estos dos jóvenes: ir donde más les necesitaban.

Paraguay es el segundo país más pobre de América del Sur. Su capital, Asunción, está rodeada de decenas de barriadas con chabolas donde las familias pasan los días sin los medios más primarios para subsistir. La mayoría son mujeres con muchos niños a su cargo y ninguna trabaja. ´Viven del aire´ y de los poco que les dan.

La fundación Fade propone cada año muchos proyectos para sacar adelante a estas familias. Mariola Villar es una de las voluntarias que no dudó en coger un avión y ofrecer su ayuda.

Ella es licenciada en Educación Especial, pero la fundación no le pedía ningún requisito para ir, "sólo iniciativa y muchas ganas de ayudar", asegura. El único sacrificio era vacunarse contra la fiebre amarilla, el tétanos y la hepatitis A, y pagar el viaje de ida y vuelta.

Ayudaba a dos asociaciones diferentes. Adextra se ocupa de enseñar un oficio a las mujeres de los suburbios para que puedan ganarse el pan por si mismas. Para empezar hacían "varias encuestas por las casas de las barriadas y les preguntaban a que les gustaría dedicarse", explica. Los tres talleres más pedidos eran de "costura, bisutería y repostería".

Los cursos duraban varios meses. No solo les enseñaban el oficio, sino que también se preocupaban para que su negocio diese beneficios. "Les decíamos que era muy importante saber la cantidad de material que utilizaban, pero ellas no les parecía importarle. Su cultura es muy diferente a la nuestra", se muestra comprensiva.

Micropréstamo

Una vez que había aprendido el oficio, la asociación les daban un ‘micropréstamo’ para ayudarles a montar una tienda. Sin embargo la mayoría de ellas no se comprometían. "Algunas aceptaban el crédito, pero no hacían nada, ni siquiera se lo gastaban. No comprendían que la mujer trabajase»", comenta.

La tradicción les enseña que es "el hombre el que debe trabajar, mientras ellas se quedan limpiando en casa y cocinando", pero mucha estaban divorciadas o "sus maridos les habían abandonado", lamenta.

El otro proyecto lo coordinaba la Ong Promu. Consistía en impartir formación a profesoras para que enseñasen a los niños. La mayoría de ellos están sin escolarizar, ya que viven en zonas de dificil acceso. Por ello, la asociación se dedica a buscar locales cerca de sus hogares en donde poder enseñarles “al menos a leer”.

Lo primordial era aportar experiencias y métodos para tratar a niños sin educación y que, a menudo, viven situaciones insólitas. “Algunos de estos pequeños tenían problemas en casa, les pegaban o no se preocupaban por ellos”, dice preocupada.

También ayudaban a las profesoras a preparar materiales para dar las clases con cartulinas o ejercicios adaptados a cada uno.

voluntariado

Gerardo por su parte prefirió otro tipo de ayuda. Consiguió una de las plazas en los campos de trabajo que ofrece el Ayuntamiento de Murcia. Decidió embarcarse en esta aventura porque "parecía muy divertido. Es una manera distinta de pasar el verano y, al estar subvencionado, el dinero no era un problema", cuenta muy orgulloso de su descubrimiento del verano.

El campo de trabajo consistía en acudir a los colegios de los suburbios de Melilla y entretener a los niños con juegos divertidos. Es un proyecto en el que participan chicos de todas partes de España. Para formar parte de él no piden ningún requisito, lo único es que se debe ser mayor de 18 años o mayor de 16, siempre que se tenga autorización de los familiares.

Una vez allí, la primera semana la dedican a la formación. Otros monitores con más experiencia les enseñan juegos y a tocar algún instrumento: "A mi enseñaron a tocar los timbales, aunque ya venia de casa sabiendo un poco", confiesa. La música es importante porque anima mucho a los niños: "La mezclábamos con los juegos a la vez que nos inventábamos historias, y los peques se quedaban flipando", explica riendose de sus recuerdos.

"Los niños eran geniales"

La segunda semana la dedicaban a estar con los niños. Se reunían en los patios de los colegios y pasaban toda la mañana jugando. Uno de ellos consistía en coger una tela muy grande con un agujero en medio donde se mete el niño y, mientras los voluntarios movían la manta, se introducía un pelota que el niño tenia que intentar coger. "La historia que les contábamos era que la manta era un paracaídas y nosotros unos forasteros que nos habíamos perdido en una isla y que para salir de allí, nos tenían que ayudar a reparar el agujero del paracaídas".

Confiesa haberse sentido sorprendido, ya que, a menudo, los adultos en un sitio tan multiracial, suelen tener aversión con gente de otras razas y no les gusta tocarse entre ellos. Sin embargo con los niños no había ningún problema. "Les encantaba abrazarse contigo. No había ningún pensamiento de racismo. Eran geniales". También confiesa que nunca se había sentido "tan en contacto" con gente desconocida: "Hice amigos con los que, un año después, sigo manteniendo el contacto", comenta ilusionado.

Gerardo se involucró tanto que cuando llegó el momento de marcharse, dice haberse sentido bastante apenado: "Ves a los niños llorar, darte abrazos y pidiendote que no te vayas. Eso le toca la fibra sensible a cualquiera", le cuesta revelar.

Ambos voluntarios coinciden en que ha sido una experiencia que les ha ayudado a valorar la suerte que tienen. Vivir aquello les ha enseñado a ser más fuertes ante los problemas. “Allí era invierno y estábamos a cero grados ¡sin calefacción ni agua caliente!, eso en España es impensable”, dice Mariola. Gerdado confiesa que desde entonces "le ha dado una nueva oportunidad a la humanidad".

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