Un arranque que suscita muchas preguntas. Unos personajes que prometen muchos traumas. Y unas primeras secuencias que auguran mucha acción. Con estos elementos empieza una serie en la que se concluye en cada capítulo es poco comparado con el déficit de información que queda pendiente.
Martin Gero es el creador de esta ficción en la que no faltan los ingredientes clásicos de un thriller dinámico, donde el trauma personal y la conspiración político-social van de la mano, sin olvidar el toque romántico y las personalidades que desvelan sus secretos. De este modo, en esta producción, se pueden dar dos experiencias. Por un lado, la de un espectador menos adicto en este tipo de series. Esto le permitirá vivir con más sorpresa e intensidad los giros y cambios, las revelaciones y los continuos señuelos que siembra el guion para dinamizar y mover las tramas. Y por otro, la de un público experto y habitual de títulos de este calibre. En este caso, toda la retahíla de virus, bombas, personajes trampa, cuentas atrás, complots entre agencias gubernamentales, programas secretos y frases algo reiterativas sobre lo mal que se pasa sin memoria le resultarán previsibles, pero quizá tolerables para pasar un rato sin muchas complicaciones.
Esta cuestión es importante pues, en este tipo de producciones, la trama se puede resentir a base de abusar de los citados elementos de guion que manejan las expectativas de quien está al otro lado de la pantalla.
Entretanto, ya está en marcha una segunda temporada de ´Blindspot´ que se estrenará el próximo mes de septiembre y en la que seguirán intactos los esquemas que han funcionado en la primera. Seguramente, también seguirá presente esa obsesión por la paranoia que ve maquinaciones por todas partes y que introduce personajes con deseos de hacer volar un país o infectar a todo un planeta. Asimismo, en ese momento, podrá detectarse si la supuesta Jane Doe sigue siendo un enigma lo suficientemente poderoso para convocar al auditorio necesario.
Clemente Ferrer
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