jueves,18 agosto 2022
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En tiempos revueltos, ganancia de especuladores

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Acabamos de conocer un dato nuevamente desesperanzador para el ciudadano: Según informa el Consejo General del Poder Judicial de España, los desahucios de inmuebles (viviendas, fincas, locales, despachos y garajes) aumentaron un 7,3% en el tercer trimestre del año respecto a 2013, hasta un total de 13.341.

 

También el Banco de España proporciona datos desalentadores: los bancos desahuciaron 1.218 viviendas hasta junio de este año, lo que supone un 17% más. Y eso que el Gobierno aprobó unas medidas contra el desahucio de familias que, supuestamente, venían para aliviar la situación. Frente a lo que tozudamente muestran la estadísticas, el Gobierno –para nuestra sorpresa- se defiende alegando que muchos de esos desahucios corresponden a usureros, fondos buitre que han adquirido bloques enteros de pisos (entendemos que a precio de ganga) y echan a inquilinos morosos.

A su vez, el Instituto Nacional de Estadística (INE) arroja datos sobre ejecuciones hipotecarias (recuperación de deudas garantizadas por un bien inmueble), resultando que crecieron un 8,4% respecto al 2º trimestre de 2013, por lo que registramos acciones de similar calado a los desahucios y, desde luego, detrás se encuentran entidades bancarias con nombres y apellidos bien conocidos.

En otro orden de cosas, asistimos estos días a la inminente liberalización de precios de los arrendamientos de locales comerciales, después de 30 años de moratoria tras la aprobación de la denominada Ley Boyer. Coincide, el azar resulta caprichoso, que los torpes inquilinos que no han sabido negociar en este periodo un nuevo precio de arrendamiento, mayoritariamente, se han venido topando con fondos buitre, cuyo ánimo especulador les inducía a solicitar cuantías que los márgenes del negocio del arrendatario no permitían satisfacer.

Así las cosas, mucho me temo que Vd. no podrá volver a almorzar en la popular cafetería Riofrío y dentro de poco tampoco escuchará los maravillosos conciertos del Café Central, abocado a la misma suerte de extinción. No desespere, posiblemente, una gran cadena como Starbucks si podrá saciar la codicia de estas sabandijas; pero, ¿eso es lo que Vd. realmente desea?

Sea como fuere, buitres, halcones o gavilanes, que nunca palomas, el Gobierno español asiste impávido al afloramiento de muy diversas rapaces en el ecosistema financiero, sin ánimo alguno de ejercer su velo protector sobre los consumidores más vulnerables. Las sacrosantas tablas del libre mercado lo impiden (aunque siempre más unas veces que otras).

Carlos Trias Pintó

Consejero del Comité Económico y Social Europeo

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