jueves,18 agosto 2022
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¿Es la recuperación desigual lo que hace perder a Rajoy?

Redacción
Es un hecho confirmado por las encuestas del CIS que el presidente Rajoy ha perdido el Debate del Estado de la Nación ante el debutante líder del PSOE, Pedro Sánchez, pese a la mejora económica. Pero no hay acuerdo en el por qué. Analistas independientes lo atribuyen a la falta de credibilidad del mensaje y al carácter desigual de la recuperación. Otros apuntan a las diversas crisis del PP.

Con cierto retraso, el CIS publicó el viernes su sondeo sobre el Debate sobre el Estado de la Nación, confirmando lo que ya habían avanzado la mayoría de las encuestas privadasel triunfo del líder de la oposición, Pedro Sánchez, aunque la diferencia según el CIS fue de solo siete décimas (21,7% a 21%), si bien porque en la mayoría de las preguntas previas solo se proponen ambos nombres y en los distintos apartados la derrota de Mariano Rajoy es mayor. 

Por ello, EL MUNDO, tras recordar que en cuatro años el PP ha pasado de gozar del mayor poder institucional que jamás ha tenido un partido en democracia, a ver que el suelo se abre bajo sus pies, dice que hay factores externos para justificar la catarsis a la que está abocado, determinados por el desgaste lógico del poder y por el agotamiento de las instituciones y el modelo del 78, que ha favorecido la irrupción de nuevas formaciones tanto en el ala izquierda (Podemos) como en el centro político (Ciudadanos). Pero también existen problemas específicos del partido, puesto que en el PP convergen tres crisis que se retroalimentan. Una de liderazgo, por la debilidad de la dirección actual, la práctica ausencia de debate interno y el excesivo presidencialismo de Rajoy. Otra organizativa, por una descoordinación inaudita entre Moncloa y Génova. Y otra de imagen y de comunicación, principalmente por la incapacidad para dar una respuesta convincente ante la corrupción y para vender los logros conseguidos en materia económica. La falta de reacción de Rajoy, cuyo síntoma más visible sería la ausencia de candidatos claros en Madrid y Valencia a tres meses de las municipales y autonómicas, sólo puede agravar los problemas. El presidente del Gobierno y del partido no puede seguir impasible ni postergar la búsqueda de soluciones a después de las elecciones.

Carlos Elordi, en Zona Crítica de eldiario.es, dice que la retórica propagandística de la derecha llega a un círculo cada vez más reducido de ciudadanos, porque la gente ya se las sabe todas. Incluida la que en 2011 votó al PP. "Más del 40 % de ella sigue diciendo que no volverá a hacerlo. Para muchos esa postura es ya casi una cuestión de fe. Si no reduce sustancialmente ese porcentaje de aquí a las generales, Rajoy se dará un batacazo. Y lo que se ha visto esta semana indica que carece de recursos para conseguirlo. Sólo le cabe confiar en la inercia que siempre ha favorecido al poder. Pero no parece que esta vez vaya a ser suficiente".

EL PAÍS apunta por su parte a la creciente desigualdad: el nivel de paro, precariedad laboral, pobreza y exclusión social no solo es injusto, sino que pone en peligro la propia esencia de la democracia."Las principales formaciones políticas han empezado a anunciar propuestas para atajar este terrible problema que nos sitúa a la cola de la Unión Europea en igualdad, justicia social, calidad democrática y capital humano. La reacción coincide con el año en el que habrá más citas electorales desde que estrenamos democracia. Aunque su actitud es de agradecer, habría que pedirles que no que acudan a reformas coyunturales. Además de debatir medidas para crear empleo y recuperar las ayudas y subsidios que se han recortado en estos años de crisis, son imprescindibles reformas de calado. La primera de ellas, sin duda, es la de la educación. En segundo lugar, se hace imprescindible una reforma fiscal que permita al Estado hacer frente a las necesidades sociales de la gente. Es incongruente plantear bajadas de impuestos cuando la economía empieza a recuperarse. Además, sería conveniente blindar constitucionalmente los derechos sociales de los ciudadanos, plantear políticas activas de empleo y garantizar unos ingresos básicos para las personas más desfavorecidas.

En el mismo diario, y bajo el título A la intemperie, Joaquín Estefanía opina que "la permanente percusión (prácticamente todos los grupos parlamentarios, uno tras otro) sobre la corrupción y la mentira no fue lo único que desestabilizó a un presidente de Gobierno que entró pagado de sí mismo en el debate parlamentario sobre el estado de la nación. También lo hizo la ausencia de reconocimiento de una recuperación económica que no disfruta el conjunto de la ciudadanía. Un relato, el económico, que fue prácticamente el único que tuvo Rajoy. Llegó al Congreso como Superman y salió como Clark Kent. "¿Cómo extrañarse entonces de que el ciudadano que ha sufrido los efectos de una devastación personal y familiar por mor de una crisis económica de la que no conoce precedentes vividos y que experimenta el bombardeo de la mejora, pregunte: qué hay de lo mío, cuándo voy a recuperar mi puesto de trabajo? Y si todavía no lo consigo, ¿cuándo volveré a disfrutar del seguro de paro que perdí hace tanto tiempo?, ¿cuándo dispondré de un poder adquisitivo similar al menos al del año 2007?, ¿cuándo podré utilizar, sin las gigantescas listas de espera actuales, una sanidad que contribuyo a financiar, la calidad de la educación anterior, los servicios de dependencia, etcétera, dado que la distribución de los sacrificios derivados de la austeridad han estado tan desigualmente repartidos?“.

Otro analista independiente ("El mitin económico de Rajoy", Juan Laborda, dice en vozpopuli.com: "Todos los indicadores económicos, sociales, políticos, y morales de nuestra querida España han empeorado desde la llegada al poder del actual ínclito monclovita, finales de 2011. "Simplemente algunos datos. El PIB Nominal a finales de 2011 se situaba en los 1,08 billones de euros, ahora apenas supera los 1,05 billones. El número de afiliados a la seguridad social alcanzaba a finales de 2011 los 17,3 millones de personas frente a los 16,5 a cierre de 2014. El número de trabajadores a tiempo completo rozaban a cierre de 2011 los 19,1 millones de personas frente a los 18,3 actuales. La tasa de paro U6, que sí tiene en cuenta precariedad y temporalidad, exacerbada por la peor reforma laboral de nuestra historia, ha pasado del 27% al 34%. Si sumamos a los parados, por un lado, los desanimados y los que desean trabajar, y por otro, todos los trabajadores temporales involuntarios y subempleados, el total de trabajadores en precario se aproxima a los 11 millones. La deuda de las administraciones públicas, si atendemos a las Cuentas Financieras de Banco de España, supera los 1,4 billones de euros, lo que supondría un incremento de casi 600.000 millones de euros bajo Rajoy “el austero”. La deuda externa neta alcanza un nuevo récord histórico, por encima del billón de euros. Mientras nuestras exportaciones crecían en 2011 a tasas superiores al 15% ahora apenas repuntan un 2%. El indicador de miseria AROPE (At‐Risk‐Of Poverty and Exclusion), en el marco de EUROSTAT, alcanzó a finales de 2013 el 28% de la población española, y el 30% de la población infantil… Y así un largo etcétera".

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