jueves,18 agosto 2022
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La unidad horaria de España, forzada por los trenes en 1990

España adopta este domingo por penúltima vez el horario de invierno: a las 3 serán de nuevo las 2

Redacción
Desde la madrugada de este sábado 26 de octubre al domingo 27, los relojes españoles deberán atrasarse una hora para adaptarse al cambio de horario oficial: a las 3 tendrán que volver a las 2, por lo que el domingo 27 amanecerá y anochecerá una hora antes. Será la penúltima vez que España adopta el horario de invierno. La unidad horaria de España fue forzada por el trazado del ferrocarril en 1990 y contribuyó a la unidad de mercado junto a otras muchas medidas adoptadas en décadas anteriores.

Todo apuntaba a que sería la útlima vez, tras un proyecto presentado en el seno de la Unión Europea, pero finalmente la medida se ha pospuesto hasta 2021. Habrá pues un año más de aplicación del horario de invierno que viene adoptándose desde mediados de los años 70, ahora en Europa de acuerdo con lo establecido por la Directiva Europea del Cambio de Hora que se aplica en todos los Estados de la Unión Europea.

España geográficamente está ubicada en el uso GMT+1 coincidiendo con la mayor parte de Europa, excepto Reino Unido, Irlanda y Portugal, que se mantienen en el UTC/GMT+0. Esta adscripción de huso es la que marca desde 1940 la hora oficial española, adelantada en 60 minutos a la hora universal.

Según la normativa vigente, el cambio de hora de verano a invierno se produce el último domingo de octubre en toda Europa, de acuerdo a la Directiva Comunitaria del Cambio de Hora, que es de obligado cumplimiento con el objetivo de lograr un ahorro energético.

Origen del cambio de hora en España

La unidad horaria de España vino en 1990 de la mano del amplio trazado de ferrocarril y contribyó como éste a la unidad de mercado, como en décadas anteriores la unión de aduanas o la fiscal, o previamente los procesos de codificación civil, penal, procesal y mercantil, mediante los cuales pasó a haber las mismas normas para todo el teritorio español, hasta entonces fragmentado por montañas, rios e  irregularidades orográficas, las mayores de Europa despues de Suiza.   

"El desarrollo continuo de las líneas férreas y de navegación ,creando rápida facilidad en las comunicaciones y la casi supresión del tiempo en las efectuadas por corrientes eléctricas, de tal modo han reducido las distancias aproximando los momentos de ejecución de gran número de hechos, que han llegado a exigir una variación radical en el modo de contar el tiempo, unificando todo lo posible las diferencias originadas por las posiciones geográficas de los diversos puntos de la tierra".

Así comienza la exposición de motivos en la que el presidente del Consejo de Ministros del 1900, Francisco Silvela, se dirige a la regente María Cristina de Habsburgo-Lorena para que España adopte el tiempo referido al meridiano de Greenwich. Ella, atendiendo su propuesta, decretó en nombre de su hijo, el futuro rey Alfonso XIII, lo siguiente:

El servicio de los ferrocarriles, correos, telégrafos, teléfonos y líneas de vapores de la península e Islas Baleares, así como el de los ministerios, tribunales y oficinas públicas, se regulará con arreglo al tiempo solar medio del meridiano de Greenwich, llamado vulgarmente tiempo de la Europa occidental. […]

Estas disposiciones entrarán en vigor a partir del instante en que, según el tiempo indicado en el art. l°, principiará el día 1° de enero de 1901.

Mediante este real decreto rubricado por la regente de España el 26 de julio de 1900 y publicado por la Gazeta de Madrid —el BOE de la época— el 28 de julio del mismo, se implantaba una hora oficial en España. La misma norma jurídica establecía, además, que las horas se contarían en una serie continua de 24, iniciándose el conteo en la media noche. De este modo, señala el decreto de María Cristina de Habsburgo-Lorena, se pueden omitir los términos mañana, tarde y noche.

Pero antes de que entrase en vigor este decreto tan trascendental el primer día del 1901, inaugurando el siglo XX, una real orden del 16 de noviembre de 1900 publicada en la Gazeta de Madrid el 20 de noviembre, tal y como recuerda un trabajo de Pere Planesas, se detallaban las instrucciones concretas para su aplicación práctica en el caso particular del servicio de ferrocarriles, entonces regido por la hora de Madrid: tocaba adelantar los relojes.

A las once horas cuarenta y cinco minutos (hora actual o del meridiano de Madrid) de la noche del 31 de diciembre próximo, se adelantarán quince minutos todos los relojes del servicio de ferrocarriles.

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