La violencia verbal encona las relaciones entre España y Venezuela, mientras que la física retorna a Colombia a los pocos días de la VII Cumbre de las Américas. El embajador venezolano, Mario Isea, fue recibido por el director general para Iberoamérica, Pablo Gómez de Olea, quien calificó de "intolerables" las palabras del presidente venezolano y advirtió de que "este tipo de declaraciones e insultos no contribuyen a un mínimo entendimiento entre dos gobiernos que representan a dos pueblos unidos históricamente por estrechos lazos". Asimismo, reiteró que las autoridades españolas "han sido y serán siempre respetuosas de la dignidad de las personas que ocupan cargos de gobierno en Venezuela", según una nota difundida por la Oficina de Información Diplomática. El comunicado añade que Isea tomó nota de los mensajes y prometió trasladarlos a las autoridades de su país.
Posteriormente, el Ejecutivo venezolano convocó al embajador español, Antonio Pérez-Hernández y Torra, y le comunicó que hará una "revisión exhaustiva" de las relaciones bilaterales por lo que consideró declaraciones "injerencistas" de las autoridades españolas. La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, presentó al embajador español un dossier con las declaraciones realizadas en los últimos meses por las autoridades españolas. "No podemos permitir que hasta ministros de asuntos sin importancia vengan a pronunciarse en contra de Venezuela", añadió.
La Cancillería difundió un comunicado en el que se reiteran las críticas al Gobierno español y se le reprocha estar "a favor de quienes atentan contra la democracia" venezolana. Asimismo, rechaza el comunicado emitido por el Ministerio de Exteriores español, "que pretende justificar inexcusables posturas injerencistas del Gobierno español sobre Venezuela".
La oposición venezolana aplaudió la proposición no de ley aprobada por el Congreso. La Mesa de la Unidad Democrática de Venezuela destacó la "decencia" del Gobierno español al convocar al embajador venezolano.
El problema estalló cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro a través de su programa “En Contacto con Maduro”, aseguró que “las cortes de España no sabe lo que está diciendo” yo le he ordenado a la canciller Delcy Rodríguez “que analicemos” las agresiones por parte de ese país europeo para preparar una respuesta contundente en rechazo a las “maniobras y jugadas contra la patria de Bolívar. “Se acabaron Rajoy tus abusos".
PSOE apoya la respuesta dada a Maduro
Desde el Gobierno, el portavoz de Moncloa, José Luis Ayllón, tachó de "absolutamente fuera de lugar" las palabras de Maduro, y recordó que el Parlamento español atendió a los problemas que preocupan a la gente dentro y fuera de España y "defender la libertad y la pluralidad en las democracias". El presidente del Congreso, Jesús Posada, dijo que Maduro "está remando contracorriente" y le recomendó "fijarse más en cómo está evolucionando el escenario mundial". Desde el PP, el diputado Pablo Casado apuntó que su partido no acepta "ninguna lección de democracia ni de derechos humanos de un dirigente que los conculca a diario".
La portavoz del PSOE de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, expresó su apoyo a la decisión del Gobierno de plantear una protesta ante el embajador venezolano. Jiménez recordó que el PSOE, apoyando el texto del Congreso, "simplemente" hizo un llamamiento para que los políticos que han sido "injustamente encarcelados" sean "liberados y se les haga en todo caso un proceso justo".
Izquierda Unida entendió la reacción de Maduro si bien consideró algo excesivo utilizar el término "racista".
"Los insultos de Maduro a Rajoy desatan la crisis con Venezuela", titula EL PAÍS. ParaEL MUNDO, "Madrid replica a Caracas sin romper puentes". "El Gobierno recrimina a Maduro sus ´intolerables´ insultos a España", es el titular de ABC. LA VANGUARDIA yEL PERIÓDICO coindicen en hablar de una "crisis" con Venezuela por los insultos de Maduro". LA RAZÓN recuerda que representantes de la oposición venezolana llegan el domingo a España "en plena crisis diplomática".
Colombia reanuda los bombardeos contra las FARC
El proceso de paz en Colombia sufrió ayer un duro revés con el ataque de las FARC a un destacamento militar en el suroeste del país que dejó, al menos, 11 muertos y 18 heridos, lo que supone una ruptura del cese del fuego unilateral de la guerrilla declarada en diciembre. Con consecuencia del ataque, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ordenó reanudar los bombardeos contra campamentos de las FARC, suspendidos desde el pasado 10 de marzo en respuesta al cumplimiento que se hacía del cese el fuego.
Santos calificó la acción contra el Ejército de "un ataque deliberado, no fortuito". "He ordenado a las Fuerzas Armadas levantar la orden de suspensión de bombardeos hasta nueva orden", añadió. El presidente colombiano, que viajó a Cali con su ministro de Defensa para encabezar un consejo de seguridad con la cúpula militar y las autoridades regionales, insistió en que el cese el juego bilateral que reclama la guerrilla "no puede darse ni se dará sino como consecuencia de un acuerdo serio, definitivo y verificable, de terminación del conflicto".
Uno de los negociadores de las FARC en Cuba, Pastor Alape, lamentó las muertes y recordó a Santos que un alto el fuego bilateral evitaría más enfrentamientos armados.
