jueves,18 agosto 2022
Espacio euroiberoamericano de diálogo sobre la innovación social, profesional y académica
InicioGobernanza económicaDigitalizaciónEuropa da la razón al taxi y crea doctrina global contra Uber...
El servicio debe cumplir como todos, porque no solo informa

Europa da la razón al taxi y crea doctrina global contra Uber y todas las plataformas digitales

Redacción
Uber es un servicio de transporte ordinario, además de ser soportado por una plataforma digital, por lo que debe cumplir las normas al igual que los demás servicios tradicionales. Este criterio, defendido por los taxistas de casi todo el mundo al quejarse de la competencia desleal o ilegal, ha sido respaldado por la justicia europea este miércoles, tras muchas huelgas de taxistas nacionales. La decisión afectará a todas las plataformas digitales de otros muchos servicios ajenos al transporte.

En respuesta a la consulta de un juez español sobre si Uber POP era una empresa limitada a la información digital al facilitar el contacto entre particulares, o debe ser considerada una empresa de transportes a la hora de exigirle el cumplimiento de las normas de estas, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en el texto de una sentencia que ya no admite apelación, ha sido claro y tajante: "El servicio de puesta en contacto con conductores no profesionales prestado por Uber está comprendido en los servicios en el ámbito de los transportes".

Por si quedaran dudas, la nota de prensa sobre la sentencia del tribunal publicada este miercoles en español y en otros 22  idiomas, subraya en negritas lo que sigue: "Mediante su sentencia dictada hoy, el Tribunal de Justicia declara que ha de considerarse que un servicio de intermediación como el controvertido, que tiene por objeto poner en contacto, mediante una aplicación para teléfonos inteligentes, a cambio de una remuneración, a conductores no profesionales que utilizan su propio vehículo con personas que desean efectuar un desplazamiento urbano, está indisociablemente vinculado a un servicio de transporte, y, por lo tanto, ha de calificarse de «servicio en el ámbito de los transportes», a efectos del Derecho de la Unión. En consecuencia, un servicio de esta índole está excluido del ámbito de aplicación de la libre prestación de servicios en general, así como del ámbito de aplicación de la Directiva relativa a los servicios en el mercado interior y del de la Directiva sobre el comercio electrónico.

El servicio de Uber, empresa a la que de poco le han servido así los servicios de lobby ante las instituciones de la unión europea que tienen especialmente las grandes firmas digitales, estaba suspendido cautelarmente en España y otros países.  Ahora los Estados miembros pueden regular los requisitos de prestación de dicho servicio como si fuera un transporte y exigir licencia, sin considerarlo economía colaborativa o un servicio especial prestado en la sociedad de la información, como argumentan diversas plataformas digitales.

Golpe global a las plataformas digitales

Un portavoz de la poderosa Asociación de la Industria de Computadoras y Comunicaciones, que además de Uber representa a firmas como Amazon, Google y Facebook,  declaró tras conocer la sentencia: "La mentamos que la sentencia amenaza la aplicación de normas harmonizadas para los intermediarios online. Normas cuyo propósito es asegurar que los innovadores puedan lograr mayor escalabilidad y competitividad en la Union Europea, sin las restricciones de las normas nacionales indebidas". 

La decisión del tribunal supone por tanto el principio del fin de la forma de entender hasta ahora este tipo de servicios con soporte digital entre particulares, ya que la Justicia europea entiende que es la plataforma (la app) la que realmente genera el negocio y, por lo tanto, debe ser la empresa la que esté bajo regulación.

Recibe así un duro golpe el modelo de negocio de las plataformas digitales, presente en muchos sectores, incluido especialmente el financiero, como recordaba hace unos días, en un análisis estructural del sector financiero y de las Fintech, Gustavo Matías, profesor de Estructura Económica y Desarrollo en la UAM y consejero de Ibercampus.es, al afirmar: "Las Fintech e Insurtech son la punta de lanza de acelerados cambios en las infraestructuras que facilitan las relaciones financieras. Pero esas oportunidades de inclusión y eficiencia son desaprovechados en todo el mundo por unas instituciones (desde la educación a la banca, los políticos y los reguladores) poco capacitadas para entenderlos y regulatarlos. Esta brecha es fuente de desconfianza en el sector cuando no acaba de recuperarse de los efectos de la última crisis en muchos frentes. Son como Amazon, Alibaba, E-bay, ARBN o Uber en sus sectores: pocos costes de estructura y mínima regulación y cumplimiento de obligaciones propias y derechos ajenos (incluido el pagode impuestos), deslocalización respecto a donde prestas el servicio, algo de opacidad y mucha automatización (…) Hace falta incorporarlas al diseño del nuevo pacto social mundial, distinto al de ultimas décadas, movido por la información y el conocimiento, no tanto por materia transformadapor la energía".

Precisamente al albur de los privilegios que buscaba frente a sus competidores tradicionales, Uber había escalado en su valoración bursátil durante sus cinco primeros años de vida, para luego estancarse durante los dos últimos a consecuencia de los problemas regulatorios y operativos que comparte con las demás plataformas digitales, a los que además los dueños de Uber suman escándalos de acoso sexual y, más recientemente, de hackeo.

Hace apenas dos años, cuando la plataforma para alquilar coches con conductor estaba a las puertas de completar una nueva ronda de financiación de 2.100 millones de dólares (1.926 millones de euros), ya tenía una valoración de 62.500 millones de dólares, según el The New York Times, aunque otras fuentes citadas por The Wall Street Journal elevaban su valoración hasta los 64.600 millones de dólares. Superaba así ala capitalización de Telefónica y multiplicaba por diez la capitalización de la empresa de alquiler de coches Hertz. Algunos de sus financiadores era Tiger Global Capital Managment y T. Rowe Price, que también invírtieron previamente en otras compañías de alquiler de coches con conductor como la china Didi Kuadi y la india Ola.

La última noticia fiable sobre el valor de Uber la dió el 26 de noviembre el consejo directivo de la compañía, al aceptar una oferta japonesa por el control del 17% de sus títulos.  Era de SoftBank Group, el conglomerado tecnológico japonés fundado por Masayoshi Son, que daba una valoración de 48.000 millones de dólares, equivalentes al 70% de los 68.500 millones estimados hasta entonces.

Uber era hasta principios del 2015 la compañía no cotizada más valiosa del mundo, muy por delante de la china Xiaomi (fue valorada en 46.000 millones de dólares en su última ronda hace un año) y de Airbnb, tercera de este ránking con una valoración de 25.500 millones de dólares. En sus cinco primeros años de vida (hoy solo tiene siete años), Uber había levantado más de 12.000 millones de dólares de capital y deuda, por lo que era la única compañía estadounidense que superaba los 60.000 millones de dólares de valoración antes de dar su salto al parqué. Facebook logró alcanzar los 50.000 millones de dólares cuando tenía siete años de vida. Un año más tarde salió a Bolsa prácticamente duplicando esa valoración, aunque se esperaba que sus ingresos superaran los 2.000 millones de dólares en 2015, cuando la cifra de negocio bruta (lo que se estimaba facturaban los conductores que usaban la plataforma), podría alcanzar los 10.000 millones de dólares ese año.

Consecuencias de la sentencia europea

La sentencia delTribunal de Justicia europeo tendrá mayores consecuencias. Considera que "el servicio prestado por Uber no se limita a un servicio de intermediación consistente en poner en contacto, mediante una aplicación para teléfonos inteligentes, a un conductor no profesional que utiliza su propio vehículo con una persona que desea realizar un desplazamiento urbano". Según la resolución, "el prestador de ese servicio de intermediación crea al mismo tiempo una oferta de servicios de transporte urbano, que hace accesible concretamente mediante herramientas informáticas y cuyo funcionamiento general organiza en favor de las personas que deseen recurrir a esta oferta para realizar un desplazamiento urbano". Por eso, el Tribunal de Justicia señala que "la aplicación que proporciona Uber es indispensable tanto para los conductores como para las personas que desean realizar un desplazamiento urbano" a la vez que aclara que Uber "ejerce una influencia decisiva sobre las condiciones de las prestaciones efectuadas por estos conductores".

Uber defendía que los conductores eran la base del negocio al ponerse en contacto con ellos y ofrecerse para hacer viajes entre particulares. Algo similar a la operativa de Blablacar. Pero un portavoz de Uber asegura ahora que "esta decisión no cambia nada en la operativa de Uber en la mayoría de los países de la UE. Sin embargo, todavía hay millones de europeos que no pueden usar apps como la nuestra. Como dijo recientemente nuestro nuevo CEO, conviene regular servicios como Uber y por ello continuaremos el diálogo con países y ciudades en toda Europa".

El origen de este procedimiento está en la llegada de Uber en 2014 a España con su servicio UberPop, donde cualquier conductor sin licencia podía ponerse en contacto con pasajeros y llevarlos en su coche particular. Las asociaciones de taxistas lo denunciaron, primero en Barcelona (Elite taxi el caso que se juzga hoy) y luego en Madrid, por considerar que incumplía la normativa de transportes y suponía una competencia desleal. El juzgado de Barcelona decidió elevar la cuestión sobre qué norma debía utilizar para este caso a la justicia europea. Un paso que quedó diluido por la decisión del titular del mercantil número dos de Madrid que mediante unas medidas cautelarísimas  directamente prohibió el servicio UberPop en España.

Barcelona, clave en la lucha global del taxi contra Uber

Además de todo ello, la sentencia europea supone un golpe duro para el concepto de economía colaborativa  en el que se refugiaban algunas otras compañías digitales, al entender que la aplicación es clave en el negocio y por lo tanto es la empresa dueña sobre la que se debe regular y a la que se le debe exigir licencia. Gracias a ello, esas plataformas ofrecen precios más bajos por el mismo servicio, lo que estaba hasta la sentencia de hoy en el punto de mira de taxistas de todo el planeta, que las acusan de competencia desleal en numerosos países, desde España a Brasil, pasando por El Salvador o la misma capital de la Unión Europea, Bruselas, donde a principios de la semana pasada se registró un caos en el transporte al coincidir cancelaciones de vuelos por las nevadas y una de las muchas huelgas organizadas por los taxistas locales contra Uber.  

En esta lucha del taxi tradicional frente al emergente en torno a las plataformas digitales que intentan identificarse con la economia colaborativa, ha tenido un papel fundamental la asociación Élite Taxi de Barcelona, al llevar en 2014 a Uber Spain ante un tribunal de Barcelona que, antes de pronunciarse, pidió al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que determine la naturaleza de la actividad de Uber. El abogado general del TJUE, Maciej Szpunar, propuso al magistrado del alto tribunal determinar que los servicios facilitados por este tipo de plataformas corresponden al ámbito del "transporte" en virtud de la legislación europea.

"A pesar de ser un concepto innovador, la plataforma electrónica Uber pertenece al ámbito del transporte, de modo que puede obligarse a Uber a disponer de las licencias y autorizaciones requeridas" a nivel nacional, estimó en mayo Szpunar. Aunque Uber consideraba que la prestación de sus servicios estaban vinculados al sector digital, el abogado general apuntó que su "prestación principal" está relacionada con el servicio de transporte urbano, "lo que le confiere su sentido económico".

Pese a no ser vinculantes, se ha confirmado así una vez mas que los magistrados del alto tribunal con sede en Luxemburgo suelen seguir las opiniones emitidas por los abogados generales de cara a la decisión final, con la que sientan una base jurídica en los países del bloque. Pero Uber considera que la situación no cambiará "en la mayoría de los países de la UE" donde ya operan en virtud de la legislación de transporte nacional, según precisó un portavoz de la compañía estadounidense.

La decisión afectará "a la capacidad de la UE de garantizar" que los países "no restrinjan de manera indebida los servicios en línea", estimabaja Jakob Kucharczyk, portavoz de la Asociación de la Industria de la Computación y las Comunicaciones."O permite promover el mercado único digital o conduce a una mayor fragmentación del mercado" para las empresas innovadoras en el sector digital, agregó el vocero de este grupo de presión de la industria digital al que pertenLos taxistas protestaron en contra del Uber en todo el mundo. En la foto, una manifestación en Buenos Aires (Gustavo Gavotti)

Alcalce global de la sentencia

Aunque el alcance del fallo del alto tribunal es europeo, la decisión será seguida a nivel mundial, mientras que la plataforma, que opera en más de 600 ciudades, enfrenta resistencias en la mayoría de ellas.

En Brasil, el Senado devolvió en noviembre al Congreso de los Diputados un proyecto de ley para encuadrar sus actividades, aunque dejando fuera la exigencia inicial de que las autoridades municipales tuvieran que dar una licencia a estas aplicaciones.

Ese mismo mes, un tribunal laboral de Londres, donde la compañía estadounidense está también amenazada de perder su licencia, falló que la empresa debía considerar como empleados a sus conductores, a quienes tenían que pagarles así el salario mínimo.

La imagen de la empresa estadounidense se deterioró además en las últimas semanas, después que los datos de 57 millones de usuarios en todo el mundo fueron pirateados a fines de 2016, un pirateo investigado por la justicia estadounidense y por otras autoridades en Europa.

De interés

Artículos Relacionados

Centro de preferencias de privacidad