jueves,18 agosto 2022
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Sustituye a Juan Antonio Martínez Camino

Gil Tamayo, nuevo secretario general de los obispos españoles

Redacción
El sacerdote José María Gil Tamayo es el nuevo secretario general de los obispos españoles en los próximos cinco años, en sustitución del obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino. Gil Tamayo ha obtenido el respaldo de 48, de los 79 miembros de la Asamblea Plenaria con derecho a voto, por lo que necesitaba al menos 40 para ser elegido.

Los otros dos candidatos que optaban en la terna prevista han obtenido 17 votos el obispo de Guadix-Baza Ginés García, y 12 votos el obispo auxiliar de Madrid César Franco, a los que hay que sumar otros dos emitidos en blanco.

Como secretario general de la CEE, Gil Tamayo podrá decidir si asume la función de portavoz, como hizo su antecesor, o si por el contrario se nombra a otra persona, tal y como está previsto en los estatutos.

Según ha explicado el jefe de comunicación de la Conferencia Episcopal, Isidro Catela, corresponde al nuevo secretario general hacer su propuesta a la Asamblea Plenaria y a ésta aprobarla.

El presidente de la CEE y cardenal Antonio María Rouco Varela ha comunicado por teléfono a Gil Tamayo su nombramiento, quien lo ha aceptado y se convertirá en el noveno secretario general en la historia.

El nuevo secretario general no estaba dentro de la reunión de la Asamblea Plenaria porque al ser un sacerdote no es miembro de este máximo órgano y se encontraba en su parroquia de Badajoz junto a su madre, que estaba muy emocionada y ha roto a llorar.

Tras la renuncia formal de Martínez Camino para que no hubiera problemas legales ya que este relevo debía hacerse en marzo, se ha iniciado la votación.

Con este nombramiento se abre el proceso de renovación en la iglesia española, que se completará en marzo con la elección del nuevo presidente de los obispos, después de que el cardenal Antonio María Rouco Varela haya cumplido los dos trienios máximos permitidos al frente de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Editoriales de los periódicos

Intereconomía: Bienvenida a Gil Tamayo

El sacerdote extremeño José María Gil Tamayo es el nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal Española. Su elección frente a otros dos candidatos, realizada en la primera votación por la holgada mayoría absoluta de 48 de los 79 obispos presentes, revela el alto grado de confianza con que desempeñará desde el primer momento su mandato de cinco años.

Esta circunstancia no es ninguna novedad: bien conocido por los prelados españoles, está dotado de una considerable capacidad organizativa y de gestión, cualidades muy necesarias para el cometido que le espera, que ha demostrado en más de una ocasión en acontecimientos eclesiales de diversa índole y con amplia repercusión pública. Además, ya fue director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social; y por si todo esto fuera poco, a esta experiencia añade la de portavoz del Vaticano en lengua española durante el interregno producido recientemente entre la renuncia de Benedicto XVI y la elección de Francisco al frente de la Iglesia universal.

Dato este último de relevancia, pues aunque la Secretaría General de la Conferencia no lleva aparejada la portavocía, es muy probable que Gil Tamayo asuma los dos cometidos, al igual que hizo su predecesor monseñor Martínez Camino, que fue también portavoz en los difíciles años del funesto Zapatero.

Es posible que algunos obispólogos interpreten la rapidez en la elección de Gil Tamayo y, sobre todo, la gran diferencia de votos como un modo de abrir una etapa en la vida de la Conferencia que no signifique una continuidad del largo pilotaje de la institución por el cardenal Rouco Varela, pues el candidato menos votado –con 12 votos– ha sido el obispo auxiliar de Madrid César Franco.

Pero sin desmerecer ninguno de los propuestos que perdieron (el tercero era el obispo de Guadix-Baza, Ginés García Beltrán, que obtuvo 17 votos), la candidatura de José María Gil Tamayo era sin duda la más adecuada, sin necesidad de atribuir su abultada votación favorable a otras consideraciones.

Recordemos, finalmente, que la Conferencia Episcopal no merma un ápice la autoridad de cada obispo en su diócesis, que deriva directamente de la sucesión apostólica, mientras que la Conferencia es un instrumento –importante, pero sólo un instrumento– de ayuda y coordinación en la labor pastoral de los obispos españoles.

Ni los órganos de gobierno de la Conferencia constituyen nada parecido a una súper diócesis, ni nada que se le parezca, aunque no cabe duda de que sus documentos, por el respaldo episcopal que merecen, revistan una especial importancia no sólo ante los fieles católicos, sino también ante la sociedad española en general.

El Mundo: Un comunicador para la nueva etapa de la Iglesia

final de la era del cardenal Rouco, que acaba su mandato en abril, va a propiciar una renovación de la cúpula de la Iglesia española. Ayer los obispos eligieron a José Mª Gil Tamayo como nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal, en sustitución de Martínez Camino. Gil Tamayo es un sacerdote y periodista con experiencia en los medios, lo que le ayudará a acercar el mensaje evangélico a la sociedad. Camino es un jesuita con gran formación filosófica y teológica, mientras que el nuevo secretario es un comunicador cuya principal misión va a ser sintonizar los mensajes del Papa Francisco con la labor pastoral de los obispos.

El Periódico: Relevo en la Conferencia Episcopal

José María Gil Tamayo fue elegido ayer secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE) como resultado de aunar el conocimiento de la casa y una vasta experiencia en el mundo de la comunicación, condiciones necesarias para afrontar tanto el próximo relevo del presidente de la CEE, Rouco Varela, como los cambios impulsados por el Papa Francisco. El fin de etapa Rouco se visualiza con la derrota de su candidato a ocupar este puesto, César Franco, así como con la elección de un sacerdote vinculado al incansable y popular portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi.

Sintonizar en las mismas ondas que el Vaticano no será una tarea que la CEE vaya a hacer de hoy para mañana, pero este nombramiento puede significar un cambio, empezando por la necesaria labor reparadora de la política comunicativa y de acercamiento a la sociedad española. El nombramiento de Gil Tamayo se ha recibido con recelo en medios progresistas y cristianos por el hecho de que es miembro del Opus Dei –aunque no pertenece ni depende de la Prelatura–, y por lo tanto se le presume alejado de un perfil aperturista. De su capacidad de transmitir la renovación de la Iglesia católica impulsada por el Papa, más allá de sus cuentas en Twitter y Facebook, y de conectar a esta con la CEE dependerá el éxito de su tarea que requerirá de la complicidad del sustituto de Rouco.

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