jueves,18 agosto 2022
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El Eurogrupo, satisfecho con España

Guindos descarta ajustes y recortes este año

Redacción
El ministro de Economía, Luis de Guindos, restó ayer importancia a que la Comisión Europea prevea un déficit público de 6,1% para este año en España y descartó ajustes adicionales, resaltando como lo más importante que la Comisión Europea ha mejorado las previsiones de crecimiento para España en este año y el próximo.

El ministro de Economía consideró que el 6,1% de déficit que pronostica la Comisión responde a "una proyección inercial" y se mostró convencido de que se corregirá si se tienen en cuenta factores "distintos a los que da el modelo de la Comisión" como la evolución de los tipos de interés, la mayor recaudación o las medidas adoptadas por el Gobierno, que permitirán reducirlo hasta el 4,2% en 2015.

Para el ministro, "lo importante es que la Comisión dice que España va a crecer el año que viene por encima de la media europea y va a crear más empleo que la media europea", lo que consideró un "mensaje muy positivo".

Por otra parte, recordó que el Gobierno aprobará una "reducción de impuestos", con un IRPF "completamente nuevo, que no tendrá nada que ver con el anterior". "Es una modificación sustancial y de fondo que va a suponer una importante reducción de la carga fiscal para los contribuyentes españoles", anunció.

La Comisión Europea ha mejorado las previsiones de crecimiento para España en este año y el próximo, aunque la recuperación no irá acompañada de una bajada significativa del paro. Según las previsiones de primavera de la Comisión, el PIB crecerá un 1,1% este año y un 2,1% en 2015 y la tasa de desempleo será del 25,5% en 2014 y del 24% en 2015. 

Estas cifras contrastan con las del Gobierno, que prevé un crecimiento del 1,2% este año y del 1,8% el que viene, con un descenso del desempleo hasta el 23,3%. Los pronósticos de crecimiento de la zona euro son del 1,2% este año y el 1,7% en 2015.

En cuanto al déficit, Bruselas calcula que este ejercicio llegará al 5,6%, cumpliendo el objetivo pactado, pero que en 2015 alcanzará el 6,1%, frente al 4,2% marcado como objetivo. La deuda pública también crecerá, situándose en el 100,2 este año y en el 103,8 el próximo.

El encargado de dar a conocer las previsiones de la Comisión fue el comisario de Transportes, Siim Kallas, quien destacó las "señales positivas" que se observan en la economía española gracias a la "muy muy eficiente" implementación de las reformas aconsejadas por Bruselas por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. No obstante, alertó de que la situación española "sigue siendo grave" porque el paro "seguirá estando en niveles muy elevados" a pesar de que el crecimiento producirá creación de empleo, aunque "limitada". Bruselas estima que la destrucción de empleo "tocó fondo en el último trimestre" de 2013.

El Eurogrupo, satisfecho

El Eurogrupo analizó ayer los resultados de la misión europea a España para analizar la evolución de la economía, tras el fin del programa asociado al préstamo para sanear la banca. El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, calificó de "muy positivo" el resultado en lo relativo a "cuestiones presupuestarias" y a las reformas estructurales, "lo que no quiere decir que estemos satisfechos con los resultados en términos de desempleo, ni que lo estemos con los niveles de desempleo en toda la zona del euro", matizó. Y añadió: "España ha hecho lo que podemos esperar que haga en el marco de la vigilancia posterior al programa".

El responsable del Mecanismo Europeo de Estabilidad, Klaus Regling, indicó que el resultado de la visita a Madrid es "alentador" y señaló la existencia de "varios factores que apuntan a una mejoría en la economía real y también en el sector financiero". Reconoció que "hay cuestiones pendientes que no pueden ser mejoradas de la noche a la mañana, como el desempleo y la necesidad de más esfuerzos fiscales". Regling explicó que no se ha detectado "ningún problema" en España en cuanto a su capacidad para pagar el préstamo de 41.300 millones para la banca.

Por otra parte, el Eurogrupo apoyó el fin del rescate para Portugal, aunque consideró que el Gobierno luso debe ser "extremadamente vigilante y no puede tener ninguna complacencia" a la hora de continuar las reformas y de aplicar "medidas decididas".

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