Las empresas que contraten a jóvenes menores de 25 años tendrán créditos con menores tipos de interés y mayores plazos en virtud del plan de empleo juvenil que negocia el Gobierno con la Union Europea para reducir una tasa de paro que supera en España el 50% entre las personas de esa edad, el doble que en la media europea. La medida podría entrar en vigor ya este año, si la UE da prioridad al plan español.
Esta medida en favor de la inclusión laboral de los jóvenes figura entre otras en el proyecto que la Comisión Europea, Francia, España y Alemania perfilan para obtener el máximo rendimiento posible de la partida consignada en los Presupuestos de la UE para dinamizar las políticas de empleo juvenil.
Se trata de utilizar los 6.000 millones de euros previstos como garantía de un crédito de hasta 60.000 millones de euros, a través del Banco Europeo de Inversiones, que se destinarían a la concesión de créditos blandos a aquellas empresas que contraten a jóvenes menores de 25 años, según informe hoy LA RAZON. Esto facilitaría una nueva vía de financiación empresarial en unos momentos de restricción crediticia por parte del sistema financiero.
Para España significaría un impulso muy importante en cuanto que complementaría la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016 puesta en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy dentro de su programa de reformas de segunda generación. Una estrategia ambiciosa que, además, ha sido avalada por los agentes sociales. No estaría de más que en la próxima reunión de finales de mes entre Rajoy y Hollande se llevaran muy adelantadas las líneas maestras del proyecto.
Dice LA RAZÓN que la Unión Europea estudia conceder mayor prioridad al plan de lucha contra el paro juvenil que afecta a países como España y que los fondos -6.000 millones de euros- incluidos en los presupuestos del período 2014-2020 se movilicen incluso este año. A finales de este mes se espera que sea presentado este plan para dinamizar el empleo en la zona euro, promovido por Francia y Alemania.
La idea es movilizar esos 6.000 millones de euros que se van a destinar a luchar contra el paro dentro de la partida de los presupuestos europeos para los próximos seis años para que tengan un mayor impacto a través de la financiación. Esos 6.000 millones serían gestionados a través del Banco Europeo de Inversiones, así se dispondrían de hasta 60.000 millones de euros que se podrían destinar a conceder créditos blandos a aquellas empresas que contraten a jóvenes menores de 25 años.
Esta partida del presupuesto europeo va destinada a financiar la garantía juvenil", es decir, que todo joven menor de 26 años reciba de manera obligatoria una oportunidad de trabajo, prácticas o continuación de su formación en un plazo inferior a cuatro meses después de terminar sus estudios o estar parado. España sería uno de los grandes beneficiados por esta iniciativa. Según las estimaciones del Gobierno, nuestro país podría recibir hasta 1.000 millones de la nueva partida presupuestaria de la UE, destinada principalmente a las regiones con una tasa de desempleo joven mayor del 25%.
Diferencias sobre la austeridad
El plan de empleo juvenil sería una excepción en la dura política de austeridad en los países mediterráneos aplicada por la canciller Merkel de cara a las elecciones alemanas de septiembre, que ofrece grietas y es criticada lateralmente incluso por comisarios europeos como Almunia.
El presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann, expresó ayer su preocupación por el hecho de que el BCE esté rebajando demasiado la presión sobre España y el resto de los países rescatados del euro, de forma que los correspondientes gobiernos se relajen y no continúen con las reformas necesarias todavía pendientes. "Temo que el buen comportamiento de los mercados financieros, y en especial los bajos tipos de interés de la deuda pública, lleven a combatir las causas de la crisis con menos presión", argumentaba en una entrevista concedida a Bild Zeitung. Por este motivo, Weidmann criticaba duramente las últimas decisiones tomadas por el BCE, tanto el programa de compra de deuda basura que incluye la española y la italiana, destinado a mantener artificialmente baja la prima de riesgo de estos dos países, como la rebaja de un cuarto de punto de los tipos de interés anunciada a principios de mes, que tiende a agravar el exceso de liquidez en el mercado sobre el que Alemania viene ya tiempo advirtiendo. A su juicio, ambas medidas son "contraproducentes" para atajar la crisis de la deuda. Concretamente las denomina "efectos secundarios de la medicina" del dinero barato y responsabiliza de ellas directamente al presidente del BCE, Mario Draghi. Las críticas de Weidmann a Draghi han llevado a fuentes del BCE recientemente a quejarse de que "en el Bundesbank hay enemigos de euro", unas declaraciones difundidas por los medios alemanes. Weidmann lamenta que "el BCE se exceda en su mandato, que se limita a controlar la inflación y garantizar la estabilidad monetaria". Él, sin embargo, no tiene reparos en traspasar su mandato al frente del Bundesbank, que se limita a la economía alemana, y juzga abiertamente las políticas económicas del resto de los socios del euro. Además reprocha al Gobierno francés que no se implique más en el cumplimiento de los compromisos adquiridos en materia de reducción del déficit público.
Por su parte, el comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, defiende en una entrevista concedida a EL PERIÓDICO la política de austeridad aplicada en la UE por considerarla "imprescindible", pero reconoce que "los sacrificios de los ajustes están muy mal repartidos". En cuanto a los cambios que deberían producirse destaca "acelerar la unión bancaria y, si hace falta más reestructuraciones de entidades financieras, sin que el coste vuelva a caer sobre el contribuyente". En su opinión, "hay que acompasar el saneamiento presupuestario con reformas para mejorar la productividad y competitividad. Hay que aumentar la demanda a nivel europeo e impulsar las exportaciones". Almunia considera que en España "hay que basar el crecimiento en sectores capaces de generar más valor añadido y productividad crecientes". Además, cree que "falta una visión a medio y largo plazo más clara, unos objetivos más definidos y un listado de acciones y prioridades viables, que puedan contar con un apoyo político y social más amplio que la mayoría parlamentaria".
En cuanto a la destrucción de empleo, el dirigente comunitario reconoce que "España necesitaba una reforma del mercado laboral porque cada vez que hay una crisis, las cifras de paro españolas baten los récords en Europa", pero lamenta que "en plena recesión su efecto inmediato es que crecen más los despidos que los contratos".
Respecto a la falta de un estímulo financiero, Almunia sostiene que se conseguirá "con la unión bancaria y el saneamiento de los bancos, pero hay que actuar en común". Preguntado por las desigualdades económicas en nuestro país, el comisario europeo dice que "el nivel de ingresos no permite proteger la protección social, la educación y la sanidad que la población pide. Hay que luchar contra el fraude fiscal, racionalizar el gasto y que la población más pudiente contribuya más". Preguntado sobre la posibilidad de una unión política de la eurozona, Almunia responde que "en los próximos años se van a tomar decisiones mucho más ambiciosas de las que ya hemos tomado desde el 2008".
